Vaca Muerta en guerra: violencia y "aprietes" en las obras por el control de un sindicato
Una facción sindical es denunciada por agresiones, amenazas y destrozos en medio de una feroz disputa gremial.
La violencia en la UOCRA alcanzó un nuevo nivel en Neuquén, donde una facción del gremio de la construcción es señalada por extorsionar y atacar trabajadores en distintas obras de Vaca Muerta. El conflicto territorial, que se arrastra desde hace meses, ya derivó en denuncias penales y pedidos de intervención judicial, mientras el temor crece entre los operarios.
Del acuerdo a los golpes: la interna que estalló
La disputa dentro de la UOCRA no es nueva. En abril de 2024, el secretario general del gremio, Víctor Carcar, firmó un acta para delimitar las zonas de influencia de cada referente sindical en la provincia. Pero el pacto se rompió en varias oportunidades, desatando enfrentamientos en distintos puntos estratégicos.
Uno de los episodios más graves ocurrió el 13 de febrero en la Ruta 51, cuando un grupo liderado por Natalio Benavídez irrumpió en una obra de la empresa AESA. Según la denuncia presentada ante la Fiscalía, los trabajadores fueron atacados a golpes y piedrazos, además de sufrir amenazas y destrozos en los vehículos de transporte de personal.
El segundo hecho violento se produjo el 21 de marzo en el yacimiento Rincón de Aranda, donde empleados de SACDE fueron amenazados por allegados a Juan Acsama, alias “El Porteño”. “O se van de la obra o atentarán contra su integridad física”, fue el mensaje que recibieron, según consta en la denuncia.
Ante la escalada de violencia, los trabajadores paralizaron la actividad con una "retención de tareas", exigiendo garantías de seguridad.
La denuncia pone el foco en empresas y operadoras
El documento presentado en la Fiscalía no solo apunta contra los dirigentes sindicales implicados, sino también contra las operadoras y empresas de servicio, a quienes acusan de "permitir los desmanejos" dentro de los yacimientos.
"El incumplimiento del acuerdo gremial no es delito en sí mismo, pero la falta de control de las empresas ha generado un escenario propicio para hechos de violencia", advierte la denuncia.
Por este motivo, la UOCRA solicitó la intervención de la Oficina de Mediación Penal, con el objetivo de reunir a las partes y frenar la escalada del conflicto antes de que haya víctimas más graves.
El miedo entre los trabajadores es evidente. "La pelea por el poder en la UOCRA se está volviendo cada vez más peligrosa. No queremos terminar lastimados o sin trabajo", expresó un operario bajo anonimato.
