¿Cómo es la vida de una familia de Venezuela en Rawson?
Hace 5 años, Carolina decidió radicarse en Rawson por los graves problemas que vive su nación y por las oportunidades que -de inmediato- se le presentaron en nuestra región. Poco tiempo después, Génesis vino de visita, observó la forma de vida y decidió irse de Panamá (donde vivía con su tía) para forjar su futuro en la ciudad. Una historia que envuelve las amarguras de alejarse de su lugar de origen, familia y afectos pero con el entusiasmo de mirar hacia el futuro con optimismo, tenacidad, calidad humana y metas renovadas. “Siempre sonreímos aunque estemos llevando palos", aseguraron ambas en diálogo con ADNSUR.
Desde finales del S.XXI y hasta el final de la 2° Guerra Mundial, Argentina se nutrió de corrientes inmigratorias de todo el mundo que huyeron de los conflictos, penurias económicas, falta de trabajo y calamidades de toda índole.
En los últimos años, creció otro tipo de inmigración que tiene que ver con los inmigrantes latinoamericanos que vieron en nuestra provincia nuevas chances de emprender una vida nueva e reinventarse con un ‘motor propio’ para atropellar las adversidades con un espíritu emprendedor, enfoque profesional a la discapacidad, contracción al trabajo y una firme tenacidad.
Nuestras naciones tienen un origen común en las luchas por la independencia y el destino es la unidad continental, Venezuela recibió a los exiliados argentinos que huyeron de la tragedia de la dictadura militar, ofreció un firme apoyo a Argentina en varios planos durante la guerra de Malvinas hace 40 años y nuestros pueblos se hermanan e interactúan en diversas acciones y objetivos comunes al margen de cualquier especulación política.
Una familia llegó de Venezuela hace 5 años, trabajó en instituciones que se especializan en la discapacidad, luego se dedicaron al cuidado de los chicos y ahora pusieron todas sus energías en la gastronomía.
En diálogo con ADNSUR, Carolina (propietaria del puesto de comidas ‘Chelita’s’) recordó que “teniendo en cuenta la situación que vive Venezuela, surgió la posibilidad de buscar nuevos horizontes, trabajos y formas de vida. En Argentina, tenía amigos argentinos y venezolanos y vine durante 3 meses que era el plazo que la visa me daba el permiso. Previamente, estuve en Panamá visitando a Génesis que vivía allí con mi hermana”.
“Llegué a la zona el 3 de octubre del 2017 y tuve una acogida espectacular por parte de los venezolanos que llevaban años radicados en Trelew. También había conocidos en Rawson quienes me hicieron sentir como en casa. No es fácil llegar a un país con 2 maletas”, evocó.
“En Venezuela, trabajaba como ‘terapista del lenguaje’ porque soy Lic. en Audición y Lenguaje. Tengo 28 años de carrera. En la zona, pude conocer a Paula Saavedra (presidenta de la Fundación ‘Soy Niño’) y –a partir de ahí- conocí a otras personas que me ayudaron en sus consultorios. Pude trabajar hasta 1 año atrás de manera contínua en Trelew. También, trabajé con niños con autismo en la Fundación ‘Ángeles de Cristal”, detalló.
En la pandemia, nos tuvimos que reinventar. Comenzamos con la ‘comida a domicilio’. Además, abrimos un salón para el cuidado de niños con mi hija. Hoy día, algunos padres siguen confiando en mí como ‘terapista del lenguaje”, valoró.
¿Qué pasa en Venezuela?
“A lo largo de la historia, Venezuela fue un país que albergó a personas de muchas nacionalidades. Hoy, hay una crisis en Venezuela en los ámbitos económicos, en la Salud y en otros sectores provocó que miles de venezolanos salgamos del país dejando las profesiones, sus casas, familias. Argentina fue uno de los países que mejor nos recibió. Nos dió muchas oportunidades cuando otros países quieren cerrar las puertas”, destacó.
“Yo no me mudo de Rawson”
“Cuando te vas de tu país porque no tienes un futuro para tus hijos, es lamentable. Tengo a mi hija Génesis en Rawson y mi otro hijo Roger vive en Buenos Aires. Yo no me mudo de Rawson. Siempre, la gente nos trató bien. Nos reconocen en los supermercados y en las tiendas e incluso nos permiten que le paguemos cuando tengamos dinero”, subrayó.
“Gracias a mis padres, pude vender una posesión en Venezuela y eso me sirvió para comprar un carro, acomodarlo y lo estrenamos hace 1 semana”, señaló.
“Siempre sonreímos aunque estemos llevando palos. Es la única manera de salir adelante. Debo hasta la manera de caminar con el carro de comidas. Acá se puede salir adelante si se trabaja. Cada vez más argentinos se animan a probar nuestras comidas. Incluso tenemos reparto a domicilio a Playa Unión. Pueden hacer los pedidos al 2804353028”, expresó.
Génesis trabaja como auxiliar de apoyo a la inclusión en la escuela n° 20
“En julio del 2018, vine de visita, se prolongó la estadía y no volví más a Panamá donde vivía con mi tía. En ese momento, mi mamá trabajaba en una Fundación de nenes con autismo y me ofrecen la oportunidad de trabajar con un chico en la escuela n°20 de Rawson con quien desarrollé un lindo vínculo. Desde niña, trabajo con mi madre. Ya en Venezuela trabajaba como ‘tutora’”, repasó.
“En el 2020, me convertí en un recurso de la escuela y pasé a trabajar con otro chico de la institución. Trabajamos para que los chicos puedan trabajar junto con sus compañeros en el aula para colaborar con los docentes. Apuntamos a que puedan desenvolverse con la mayor autonomía posible en las actividades de la escuela”, explicó.
“El año pasado, comenzamos a trabajar en el cuidado de niños. Destinamos un espacio en casa y mucha gente apostó por nosotros. Fue un emprendimiento que encaramos juntas. Los niños llegan por recomendación”, aseguró.
“En Venezuela, no son comunes las reuniones familiares o entre amigos como acá. Las ‘previas’ para las salidas a los locales nocturnos no se viven como se hace aquí. Ibamos directo de nuestras casas a las discotecas. Si bien algunos venezolanos se van de Argentina por la situación económica, nosotros apostamos por Rawson porque hay trabajo. Siempre estamos a las órdenes para cualquier ocasión”, afirmó.
“Nosotros utilizamos la bandera con 7 estrellas que era la anterior al cambio de la Constitución. En nuestra bandera, el amarillo es el sol que nos ilumina con el oro que tenemos en Venezuela, el azul simboliza al mar Caribe que nos rodea y el rojo es la sangre que derramaron nuestros héroes en la Independencia”, precisaron Carolina y Génesis.
Argentina consolida su desarrollo con las personas que ponen todos sus esfuerzos para proyectar nuevas metas, emprender, apostar a la originalidad y la creatividad, generar puestos de trabajo, hacer un culto de la calidad humana, cultivar la resiliencia y arrollar a las adversidades con total perseverancia.
La combinación de los pueblos originarios con la inmigración nos generó una matriz humana de adaptación a todas las circunstancias, los recursos insuficientes de nuestras naciones nos obligaron a generar un talento especial para sobrellevar los desafíos. En este mundo en conflicto, Argentina tiene la llave para situarse a la vanguardia de las naciones modernas a través de la calidad humana de nuestro pueblo, una concepción bicontinental y soberana y una tenacidad que no conoce límites.