¿Intercambiamos chivos?: un estudio recomienda oler el sudor de otras personas para bajar la ansiedad social
Un ensayo encabezado por un grupo de científicos, sostiene que la transpiración de otros ayuda en la terapia psicológica. Los resultados fueron sorprendentes
En las últimas horas salió a la luz un estudio tan insólito como curioso. Investigadores aseguraron que oler el sudor axilar de otras personas podría ser una buena terapia para bajar la ansiedad social, un trastorno que afecta a las personas que se preocupan de manera excesiva al participar en situaciones sociales.
Un grupo de científicos del Instituto Karolinska de Suecia ha demostrado que la exposición a estos olores podría potenciar el tratamiento de la ansiedad social. Los resultados han sido presentados en el Congreso Europeo de Psiquiatría, EPA, celebrado en París.
Para el experimento, los investigadores citaron a 48 mujeres de entre 15 y 35 años que recibían tratamiento por este trastorno y las dividieron en tres grupos. A su vez, también extrajeron muestras de sudor axilar de otros participantes mientras veían películas de miedo y también felices.
Después, las 48 participantes se sometieron a dos días de terapia para tratar la ansiedad social y cada grupo fue expuesto a un olor diferente: uno al de las personas que habían visto la película de terror, otro de la feliz y otro a aire limpio, el grupo de control.
Dirigido a aquellas personas que sufren de ansiedad o problemas psicológicos al relacionarse con otra gente, los resultados indican que sería beneficioso que se expongan al sudor de otras personas.
Aunque parezca increíble, y asqueroso, se tomaron muestras de sudor de personas voluntarias y se pusieron a prueba en los consultorios terapéuticos. Cada grupo estuvo expuesto a las muestras de olor o al aire puro, y los resultados demostraron que hubo una reducción de alrededor del 39 por ciento en la ansiedad en los primeros casos.
“Puede haber algo en el sudor en general que afecta la respuesta al tratamiento. Puede ser que el simple hecho de estar expuesto a la presencia de otra persona tenga este efecto, pero necesitamos confirmarlo”, dijo la investigadora Vigna.