"Ni un pelo de agua": la sequía del Colhue Huapi
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SARMIENTO (Por Rocío Barquín / Especial para ADNSUR) – Es sabido que el régimen natural del Colhue Huapi es un ciclo de crecidas y retroceso de sus costas, un proceso que se ha dado a lo largo de las décadas. Pero en los últimos años las intervenciones sobre la cuenca del Río Senguer afectaron el equilibrio hídrico y el Colhue Huapi se secó completamente. Las causas son múltiples: bajo régimen de lluvias, pocas nevadas en la zona del Lago Fontana – que es donde nace el Senguer-, canales de riego excesivamente grandes, riego inapropiado, incremento del uso para la industria y para el consumo humano, entre otras.
El problema no es sólo de Sarmiento, que dejó de ser “la ciudad de los lagos” para ostentar un título más triste donde impera el singular - “el lago”-, o de los productores que no tienen agua para sus animales, sino que debería preocupar a todo el área del Golfo San Jorge, porque es de esta cuenca hídrica que beben las localidades de Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Caleta Olivia.
Y si la falta de agua no fuera lo suficientemente preocupante, está el tema de las arenas. El fondo seco del Colhue Huapi es un arenal que corre en médanos de casi 4 metros de altura, que avanza sobre los campos y sobre toda la meseta ayudado por el viento, que en esta zona siempre es generoso con su presencia y velocidad. Esta persistencia lo va llevando a la costa, donde impactará directamente en la vida de las ciudades, no sólo llenando de arena las casas y generando protestas a la hora de limpiar, sino favoreciendo afecciones respiratorias y oculares, e incluso entorpeciendo la conectividad aérea si la nube de arena afecta la visibilidad en el aeropuerto General Mosconi.
NI UN PELO DE AGUA
No queda "ni un pelo de agua", coinciden los 13 productores agropecuarios cuyos campos limitan ahora con un lago que no existe. Tienen varios problemas en común: no tienen agua para darle a sus animales; las ovejas se pierden, se mezclan y aparecen en los campos vecinos; aumenta la mortandad de animales que se empantanan y se hunden en la planicie que antes ocupaba el lago; las arenas finas del lecho seco se esparcen con el viento tapando pasturas y volviendo páramos parte de sus campos. Y estos son sólo los mas urgentes.
"Tengo la mitad del campo tapado con arena, finita, gruesa, hasta para revocar tengo arena", cuenta Luis Kruger, y explica que eso no sólo le tapa pasturas sino que le secó las aguadas, por lo que sus ovejas beben agua de un pozo "que sale salada, y a veces colorada".
Luis tiene su campo ubicado en la costa noreste y recuerda las épocas donde tenía hasta 3 mil ovejas, y tenía que vender corderos porque se desbordaba la capacidad de las pasturas. "Ahora tengo 400 y no se puede poner alambrado en el lago y los animales se pierden y se empantanan", relata. "Además, la carne es mala, carneás un capón y está durísimo porque está sufriendo", se lamenta.
La imposibilidad de delimitar los campos sobre el fondo del lago es común a todos los productores, y se debe a que cualquier alambrado queda tapado por un médano de arena con sólo tres días de viento.
SECO POR ARRIBA, SECO POR ABAJO
La sequía no es sólo superficial. Cuando antes los pozos para sacar agua tenían una profundidad de 6 ó 9 métros, ahora hay que bajar más de 45 y cruzar los dedos para que "el agua sea buena".
Así lo cuenta Zulema Jara, que tiene el campo “para el otro lado, para el lado de Buen Pasto”, donde el viento no le lleva arenas del fondo del Colhue. Pero en sus tierras tampoco hay agua superficial, por lo que extrae el agua de un pozo para darle a sus 800 ovejas. Para consumo humano le traen agua desde el pueblo, pero parece que la del pozo tampoco sirve para los animales.
"Hay un pozo que ya no uso, salada sale esa, yo no le daba a las ovejas pero tomaron los gansos y gallinas que tenía y me los mató a todos", señala. Las ovejas caminan mucho en búsqueda de agua y de comida. "Perdemos muchos corderos, muchas ovejas, se pierden, se empantanan y tenés que salir a buscarlas, hay que buscarlas a rodeo, como antes", relata Zulema.
CON LA HACIENDA MEZCLADA
En la costa este del Colhue Huapi tiene sus tierras Patricia Galaz, que saca agua de un pozo con una bomba para que beban no sólo sus animales, sino también los de sus vecinos. “Cuando se secó el lago los alambrados se perdieron, así que los animales se pasan y gracias a Dios nos llevamos muy bien todos los vecinos, y ya sabemos que puede haber animales mezclados, así que cuando se trabaja, se trabaja en conjunto; por ejemplo cuando hay que vacunar cada uno lleva y hace su trabajo ahi donde estén los animales”, explica.
La mezcla de hacienda se complica después de la parición, cuando llega la señalada y hay que determinar a quien pertenecen los corderos. “Ahí hacemos lo que se llama “marcar ubres”, se marca la ubre del animal y se espera que el cordero mame, y ahí recuperas el cordero. Es un trabajo de paciencia”, reconoce Patricia, y se lamenta que “los animales tienen que caminar mucho para llegar al agua, unos 6 o 7 km hasta los bebederos y de ahí al fondo del campo donde hay más pasturas”.
Cuenta que “la arena va tapando lo que es el pastizal, y van quedando en la zona donde hay las reparos, donde hay cerros”. Estas largas caminatas y la sequía afectan la calidad de la lana, porque “se pierde mucho rinde, la lana no es de buena calidad y tiene mucha arena”.
SIN PROMESAS
Los productores se reunieron este viernes en uno de los campos linderos al lago Colhue Huapi con el ministro de Producción de la Provincia, Hernán Alonso, a quien le plantearon sus realidades y necesidad de soluciones concretas.
“La falta de agua para la hacienda es prioritaria, y después el avance de las arenas del lago que estan ocupando o invadiendo el área productiva en los campos linderos al lago”, sintetizó Alonso sobre el desarrollo de la reunión. Valoró “la unidad de los productores y su acercamiento al diálogo”, y aseguró que “trabajaremos juntos para buscar soluciones a esta problemática”.
Señaló que trabajarán junto al INTA para elaborar un diagnóstico y definir qué superficie de campos se encuentra afectada y cuáles son las medidas que se pueden tomar.
En la reunión se definió una lista de prioridades. Primero hacer pozos de agua a los 13 productores para que sus animales tengan donde abrevar. En segundo lugar abordar la problemática de los médanos que nacen en el oeste del lago, y que crecen, caminan, y se expanden.
Y finalmente, evaluar una estrategia para paliar los efectos que a su paso deja la arena que ya salió del área del lago y avanza hacia el este, hacia la costa, y que impactará en los campos más cercanos a Comodoro Rivadavia, a las ciudaddes, e incluso a la conectividad aérea.
“El ministro dijo que va a trabajar en el tema de hacernos pozos de agua que es lo mas urgente, pero no pudo decirnos un plazo y dijo que no quería prometernos nada que no pudiera cumplir. Ya sabemos que no tenemos promesas, por este mismo problema nos reunimos con Maestro, con Lizurume, con Das Neves en su anterior gobierno, con Buzzi. Estamos acostumbrados a que nos prometan y no nos cumplan. Y agachamos la cabeza y salimos adelante por amor a la tierra”, se resigna Patricia.