COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – “Estaba cursando las últimas materias cuando fue el accidente, y cuando pase a sala común lo único que me preocupaba era la uni, no podía perder las últimas cuatro materiales anuales que me quedaban. Todo el mundo me decía ‘Stefi no vas a perder nada’ y cuando me fui al departamento, donde hice la rehabilitación, todos los días pensaba ‘yo no me puedo atrasar en la uni’. Eso fue más o menos lo que me sacó adelante... querer hacer cosas”, dice Stefanía Visser, la joven que en la madrugada del 28 de abril de 2019 sufrió un accidente cuando transitaba entre Comodoro y Rada Tilly. “Stefi” se salvó de milagro y hoy puede contarlo.

Esta semana, está inquieta y risueña chica de 26 años, dialogó con ADNSUR y contó cómo se siente hoy, a más de un año del accidente en Ruta 3 y 26 que cambió todo. Se la ve contenta, llena de vida, y agradecida por esta oportunidad que le dio el destino. También por  las numerosas muestras de apoyo que recibió durante todo el tiempo que estuvo internada.  

“El otro día cuando se cumplió un año me saltaban todos los recuerdos de Facebook, y vi mucho de lo que había pasado, la repercusión que tuvo. La verdad es algo que vivo con mucho respeto pero lo voy superando todos los días”, contó a través de una entrevista virtual.

Estoy muy agradecida de la gente que me apoyo. Mi familia me contaba de todos los que fueron a donar sangre. Me lo contaban como guau; ir a donar sangre es sacar a la gente de su confort, que los pinchen, es un montón y no tuve el medio para agradecer a toda la gente que estuvo tratando de ayudar con un compartir o rezando. Es un agradecimiento enorme, y quiero poder hacerlo”, indicó, emocionada por todos los que pensaron en ella.

El último 28 de abril se cumplió el primer aniversario del accidente. Para Stefi, como le dicen sus amigos, no fue un día más. Admite que los días previos ya sabia y sentía que se acercaba una fecha que la iba a movilizar, y cuando vio Facebook, recordó los miles de mensajes que recibió en WhatsApp y en esa red social, las diferentes muestras de apoyo y la cantidad de gente que se acercó a donar sangre.

“Tuve muy presente que se acercaba la fecha. La verdad que fijás un aniversario… porque es un aniversario de vida. A mí me han cargado mucho mis amigos pero tengo dos cumpleaños porque yo tuve la oportunidad de volver a nacer”, dice con alegría.

Cuando sufrió el accidente, Stefi cursaba las últimas materias cuatrimestrales de Ingeniería, vivía sola en un departamento y trabajaba. Hoy su vida cambió rotundamente: solo le quedan rendir los finales de la carrera, comenzó a estudiar Seguridad e Higiene en el Trabajo y se juntó con su novio, Leandro, quien la acompañó durante todo ese proceso.

UN DURO ACCIDENTE

Stefanía asegura que no recuerda nada del accidente, y tampoco la inquieta saber que pasó, prefiere centrarse en las cosas bonitas que le dejó esta experiencia: la contención de sus amigos y su familia, la posibilidad de sobrevivir y el cambio de perspectiva que tuvo sobre ciertas cosas.

Por el accidente Stefi estuvo internada casi un mes en terapia intensiva. Su cuadro era delicado. El impacto le produjo el estallido del bazo, y lesiones en la rodilla izquierda y la columna. Las hemorragias internas agudizaron el cuadro. Se temió lo peor. Sin embargo, luego de varias intervenciones pudo ser estabilizada. Un mes después del accidente Stefi fue dada de alta.

Volver a la vida obligó a Stefi adaptarse a la rehabilitación. Su departamento tenía escaleras y se tuvo que mudar a un lugar acorde para poder recuperarse. Recuerda que cuando empezó a caminar acordó ir a la universidad con muletas. Rendía y volvía. Así terminó su año, rindiendo Operaciones Industriales en forma exitosa y tratando de rehabilitarse. 

En el verano se dedicó a hacer kinesiología. Sin embargo, luego dejó y comenzó la pandemia. “Recién la semana pasada retome para corregir postura por todo el tiempo que estuve en cama y por la rodilla. Tuve dos meniscos rotos y tres ligamentos de cuatro. Se me explotó la rodilla izquierda, y la rodilla derecha quedó sana total”, explicó.

Stefi le pone alegría a sus palabras pese a lo raro que fueron para ella esos días en que estuvo internada. “Era como que no entendía nada. Yo no entendía lo que me había pasado. Veía gente que me iba a ver pero no entendés lo que estás pasando. Yo siempre digo lo mismo, yo no estaba consiente, pero mis viejos, mis amigos, mi novio me iban a ver y yo me acuerdo de cosas que han dicho: ‘che hablale vos, no hablale vos’ y en teoría estaba dormida”.

Los recuerdos brotan en sus pensamientos. Las lecturas que su hermano Angel le hacía de “El Principito”, aquel famoso libro que escribió Antoine de Saint-Exupéry, el piloto francés que supo volar por las rutas de la Patagonia. También una imagen que la sorprendió, su papá y su novio juntos a pesar que todavía no los había presentado.  Y por supuesto, aquellos raros momentos en que no entendía porque no podía hacerse escuchar. “Yo notaba que me hablaban y yo no podía responder, pero no entendía por qué. Es muy raro, yo decía ‘estos no entienden’, pero nunca me daba cuenta que estaba entubada. Recién pude hablar cuando me pasaron a la Clínica del Valle”. En ese centro asistencial terminó de recuperarse.

Stefi, asegura el accidente le cambió la perspectiva de vida. “Antes laburaba a la mañana, estudiaba y cursaba a la tarde. Entonces, estaba todo el día haciendo algo. Aparte tenía como pocos tiempos. Hoy en día me preguntó ‘¿las cosas por las que me preocupaba?’. Pero uno sigue proyectando, yo sigo queriendo crecer en el día a día. Quiero recibirme, me gustaría volver a trabajar. Tengo un emprendimiento y también quiero avanzar con eso”.

Stefi cuenta que siempre le gustó cocinar, y en este último tiempo se puso a cocinar granola de todos los tipos. “Es un producto que se consume un montón y hay bastante demanda”, dice sobre su emprendimiento que lo tituló: “Granola de la villa”, en un juego de palabras que se divide en una gran ola de la villa.  

Asegura que le gusta ver la parte productiva y la parte divertida de cosas. Pero por supuesto no se olvida de todas las enseñanzas profundas que le dejó esta experiencia que le tocó vivir.

“Estuve muy cerca de irme. Una vez vino alguien que no conocía pero sabía que era ‘la chica del accidente’ y me dijo: ‘Si Dios te dejó es porque tiene un propósito muy lindo para vos’. Nunca lo había visto así, y me lo dijo alguien que no tengo idea quién es. Yo tuve la oportunidad de volver a nacer”, dice Stefi, la joven que conmovió a toda una comunidad y que salió delante de su más duro momento.

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