A 40 años del show de “Los Abuelos de la Nada” en Trelew: el día que Miguel Abuelo lloró cuando un nene le pidió un autógrafo y el magnetismo con Chubut
En plena efervescencia por la recuperación de la Democracia, una de las principales bandas del Rock Nacional desplegó su talento e interpretó a una generación muy afectada por los años previos. Con el paso del tiempo, Andrés Calamaro y Daniel Melingo siguieron conectados con la Patagonia con canciones que dejaron sus huellas.
La recuperación de la Democracia fue un grito de liberación para una generación que fue golpeada –en los años previos- por una dictadura terrible y por los jóvenes que combatieron en la guerra de Malvinas que comenzaban a emprender el complejo camino de la reinserción social de la ‘posguerra’.
A su vez, el conflicto contra Inglaterra de 1982 tuvo otro saldo que generó un aluvión imparable en los años siguientes. Ante la prohibición de emitir música en idioma inglés - durante las semanas del conflicto- comenzó a revalorizarse la música nacional.
En un proceso lento pero con mucha intensidad, reaparecieron artistas e intérpretes argentinos y latinoamericanos que habían integrado las listas negras en los años previos. Incluso, varios de ellos habían tenido que abandonar el país ante la graves amenazas en su contra.
A LA DEMOCRACIA, SE LA DEFIENDE CON MÚSICA
Ante un contexto de dolor y pérdidas, afloró un terreno fértil para la aparición explosiva de una secuencia de bandas del Rock Nacional que cautivaron a los jóvenes de la época y marcaron una influencia que continúa hasta el presente.
A partir de ese momento, Virus, Fabulosos Cadillacs, Soda Stéreo, Sumo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, GIT, Zas / Miguel Mateos, Viudas e Hijas del Rock and Roll, los Twist se sumaban a Seru Girán, Charly García, León Gieco, Luis Alberto Spinetta, Suéter, Rubén Rada, Nito Mestre entre tantos otros grupos y artistas solistas que iban a componer una oferta avasallante y talentosa en la cultura argentina de la naciente Democracia.
¿POR QUÉ MIGUEL ABUELO LLORÓ CUANDO LLEGÓ A TRELEW?
El magnetismo que se generó entre “Los Abuelos de la Nada” y Chubut comenzó a gestarse desde el mismo momento en que Miguel Abuelo pisó el aeropuerto de Trelew.
En ese momento, Gonzalo tenía 10 años y se acercó al cantante para pedirle un autógrafo.
Ese aparente pequeño gesto conmovió a Miguel Abuelo que se enterneció por el nene y le susurró “que hermoso que haya nenes a los que les guste nuestra música”. ¿Le habrá hecho acordar a su propio hijo ‘Gato’ Peralta sólo 2 años mayor?
El show se realizó en el Gimnasio Municipal de Trelew con la formación original que tenía esa banda: “una estrella de 6 puntas”, como la calificaba Miguel Abuelo.
Fue un espectáculo clave en la historia de la banda por la presentación del material “Vasos y Besos” y porque Trelew como destino musical estaba inserto en una gira nacional.
Pocas semanas después, vendría la presentación en el Luna Park que fue el trampolín para grabar uno de los discos más importantes del Rock Nacional como “Himno de mi corazón”.
En 1985, llegaría el show en el Teatro Ópera de Capital Federal y - tiempo después- se realizaría la desvinculación de Andrés Calamaro quien emprendió su carrera solista entre otros músicos que se dedicaron a diversos proyectos artísticos.
A partir de ese momento, Miguel Abuelo mantendría el nombre “Los Abuelos de la Nada” pero con una nueva formación con la que grabaron el material “Cosas Mías” y realizaron presentaciones públicas en 1986 y 1987.
Pero – luego de batallar varios meses con un cuadro de HIV- Miguel Abuelo falleció el 26 de marzo de 1988, 3 meses después de Luca Prodan y 9 meses antes que Federico Moura, cantante de ‘Virus’.
UNA CANCIÓN QUE IDENTIFICA A LA PATAGONIA ANTE EL MUNDO
Casi una década después del show con “Los Abuelos de la Nada” en Trelew, Andrés Calamaro formaría parte de la banda de sonido de la película “Caballos Salvajes” que se rodó en el Valle de Chubut y en la península Valdés.
La canción “Algún lugar encontraré” se convirtió en una vidriera para “hablar de la Patagonia por otros medios”.
El colectivo 28 de julio, la camioneta antigua de la Policía del Chubut, un paisaje cautivante y el grito de Héctor Alterio “la puta que vale la pena estar vivo” inmortalizaron la belleza de esta región del país como una contundente carta de presentación para siempre.
Más cerca en el tiempo – en el 2013- Calamaro presentó el disco “Bohemio” en Comodoro Rivadavia en lo que significa uno de los materiales más importantes de sus 46 años de trayectoria musical.
Allí, también revalorizó el sacrificio de los trabajadores petroleros y el ímpetu que desarrollan las personas que viven en la Patagonia.
Como “historia urgente”, uno de los músicos que gestó “Los Abuelos de la Nada” en 1982 como Daniel Melingo participó en la película “Reparo” que se filmó en Puerto Pirámides durante el 2022.
En un momento del film, interpreta la “La canción del linyera” a pocos metros del mar lo que confirma su “romance” con Chubut y que su magia musical sigue intacta.
UN LUGAR PARA EL DESARROLLO DEL ARTE Y LA CULTURA
Estas historias nos recuerdan que los amplios paisajes y la personalidad de los patagónicos configuran un escenario propicio para la inspiración, la motivación y la creatividad de todo tipo de expresiones artísticas que nos permitan ser mejores personas.
En tiempos del individualismo feroz y la mercantilización de cada uno de los pasos que damos en la vida cotidiana, recordar la música que nos hizo crecer y comprender la vida– en uno de las letras emblemáticas de “Los Abuelos de la Nada”- para "unir las partes rotas del gran espejo interior”.
Esa búsqueda individual siempre se traza en comunidad a través del cultivo de los valores de la solidaridad, empatía, comprensión, tolerancia, conocimiento y sensibilidad con la mirada puesta en preservar los aspectos que nos hacen crecer como personas y contribuyen a la grandeza moral de la Patria.