La mañana del 10 de noviembre de 2018 llovía torrencialmente en Capital Federal. Boca jugaba la primera de las finales de la Copa Libertadores contra River en la Bombonera. La intensa lluvia, que anegaba las calles de La Boca, hacía dudar que se disputara el superclásico.

Carlos Silvestri, quien había pasado por Lobos en la ruta 205, alrededor de las 5.50 horas, le mandó un mensaje a su hijo Franco desde Buenos Aires: “Está cayendo agua, está imposible”.

“Tranqui, papá”, le respondió el joven que iba viajando con Luciano Virgili, Sebastián Berra, Malcom Vitton y Ezequiel Jones en una Peugeot Partner.

Al regresar a Trelew, Franco Silvestri iba a rendir la última materia para recibirse de abogado. Había alquilado una chacra donde iba a hacer la fiesta el 28 de noviembre. El padre cumplía años por esa fecha y el título universitario era el mejor regalo que Franco podía darle.

Padre e hijo siempre estuvieron ligados a la pasión Xeneize. Carlos, presidente de la peña de Boca Juniors de Trelew, se trata con Roberto Mouzo, Jorge Ribolzi, Roberto Passucci y otras glorias del club. Franco quería ser abogado de la FIFA y viajar por el mundo.

Carlos Silvestri y su hijo Franco en la Bombonera, fanáticos de Boca. Foto: gentileza Carlos Silvestri

La noche anterior, Franco iba a viajar a Capital Federal con el padre y otros hinchas del club, pero a último momento cambió de planes. Se pusieron de acuerdo con Sebastián y Luciano para ir juntos con los otros dos hinchas rawsenses en la Partner.

El padre y el hijo nunca antes habían ido por Lobos a Capital Federal. El “destino de mierda” –así lo ve hoy Carlos- quiso que ambos fueran por la misma ruta.

Carlos llegó antes que el hijo a Capital Federal, descansó un rato y fue al barrio de La Boca. Nadie sabía si el partido se iba a jugar.

"¿No lo viste a Franco?”, le preguntó a un conocido que recibía a los choferes de los colectivos que llegaban del interior del país.

Silvestri lo llamó un par de veces a su hijo y no atendía: “Me empecé a preocupar”, dijo. Habían quedado en encontrarse en la Bombonera.

“Se accidentaron unos pibes de Rawson”, empezó a correr el rumor en la cancha. Carlos no conocía a ninguno de los apellidos que le nombraron.

Silvestri notó que unos amigos lo miraban raro cuando estaba ingresando a la Bombonera.  “¿Qué les pasa?”, pensó.

Sonó el teléfono: era “Tato” Aguilera, el conocido cronista de Boca. “La verdad que lo lamento mucho…”

Él fue uno de los últimos en enterarse.

El mural que pintaron en homenaje a las víctimas de la tragedia de Lobos. Foto: gentileza Carlos Silvestri

LA TRAGEDIA

El sábado, a las 8.40 horas, un joven a bordo de una Toyota Hilux impactó de frente del lado del acompañante contra la Partner en la que iban Franco Silvestri y los demás chicos.

El siniestro ocurrió en la ruta 205, kilómetro 108,5, en el partido de Lobos. Para ese entonces había parado de llover. Solamente uno de ellos, Luciano, sobrevivió.

Al parecer, el conductor de la Toyota Hilux regresaba de un boliche en Cañuelas, habría hecho una breve parada en un departamento en Lobos –un dato clave en la causa- y siguió viaje rumbo a un campo de la zona.

Según Carlos Silvestri, el test de alcoholemia arrojó que esta persona tenía 1,8 mientras que las víctimas –incluido el único sobreviviente- dieron negativo. La prueba de alcoholemia al conductor se hizo tres horas después de la tragedia.

La causa está caratulada como cuádruple homicidio culposo en la Fiscalía de Saladillo, provincia de Buenos Aires. La pena máxima prevista es seis años.

La familia pidió que se hiciera una aproximación del grado de alcohol en sangre que podría llegar a tener al momento del siniestro, pero no prosperó en la Justicia.

Carlos Silvestri y los otros familiares de las víctimas trajeron los féretros por ruta, el lunes a la madrugada, a Trelew y Rawson, en una camioneta.

Antes de regresar a Chubut, el padre de Franco les pidió a los dirigentes de Boca que ayudaran a la mamá de Luciano, el único sobreviviente, que estaba internado grave.

Rodolfo "Royco" Ferrari, ex vicepresidente del club, hizo sonar los teléfonos de varias personas esa madrugada fatídica.

Guillermo Barros Schelotto, en nombre del plantel y del cuerpo técnico, le hizo llegar sus condolencias.

El partido se jugó al día siguiente en la Bombonera. El "Pity" Martínez, antes de hablar frente a las cámaras, se solidarizó con los familiares de las víctimas de la tragedia.

Carlos Silvestri, después de casi cuatro años, aún recuerda el gesto del exjugador de River y los llamados que recibió de los referentes de las peñas del clásico rival.

“El Pity Martínez cuando termina el partido le hacen un reportaje y lo primero que dice es antes que me hagas una pregunta, la solidaridad con los chicos. Yo esperaba lo mismo de Boca, que me ayuden a destrabar la causa, que pidan Justicia”, comentó el padre de Franco.

El abogado querellante Natalio Nicodemo junto a Luciano Virgil, la conductora del ciclo "Señor Juez" y Carlos Silvestri en la Bombonera. Foto: Gentileza Carlos Silvestri

Tiempo después, Carlos Silvestri les pediría a los dirigentes de Boca que lo ayudaran a conseguir que se haga Justicia y que estas muertes no queden impunes. 

Todavía quedaba por jugar la segunda final en el Monumental.  

PEDIDO DE JUSTICIA

Silvestri no se imaginaba el calvario que iba a tener que atravesar después de la tragedia. Al igual que las otras personas a las que les tocan estas desgracias, él estaba desorientado, lleno de impotencia y de dolor.

“Estuvimos seis o siete meses sin abogado, porque no teníamos a nadie de confianza. Hice la promesa de transformar en fuerza el dolor y la impotencia”, contó Silvestri.

En julio del 2019, Silvestri fue a la fiscalía de Saladillo, provincia de Buenos Aires, para preguntar qué avances había en la investigación de la causa. 

Una secretaria llamó a la fiscal.

“Ah, el accidente...”, se escuchó del otro lado del escritorio.

“Disculpe, doctora, no fue un accidente, fue una tragedia, un siniestro”, corrigió.

“No, es un accidente”, recuerda Carlos que le replicó la fiscal.

La familia de Franco cayó en la cuenta de que estaban solos y tenían que buscar un abogado que los representara.

Carlos Silvestri fotocopió el expediente de la causa y se lo dejó a un familiar en Buenos Aires.

Al cabo de un tiempo, casi por casualidad, dieron con el reconocido abogado Natalio Nicodemo, a quien le interesó el caso y estuvo tres horas revisando el documento.

 “Nos dijo este expediente está para archivo, no se movió nada”, recuerda Silvestri las palabras del abogado que hoy lleva adelante la causa.

En noviembre se van a cumplir cuatro años de la tragedia y la causa todavía no tiene fecha de juicio. “Ni siquiera la retuvieron el carnet (al imputado), cosa que nuestro abogado lo pidió. En estos cuatro años no tuvimos de ninguno de su entorno una palabra, ni yo ni el resto de los familiares”, dijo Silvestri.

En noviembre de este año, colocarían las "Estrellas Amarillas" en el lugar donde ocurrió el siniestro vial para recordar a las víctimas.

Franco Silvestri y su amigo Sebastián Berra con la camiseta de Boca firmada por el plantel. Foto: gentileza Carlos Silvestri

EL LLANTO DE CARLITOS

A Carlos Silvestri lo llamaron para que diera una charla motivacional a los jugadores de Boca antes de que salieran a la cancha. “Mirá, no estoy en condiciones de viajar y enfrentar a los jugadores para motivarlos antes de la final”, se excusó el padre que estaba velando a su hijo.

Pero sí les escribió una carta a los jugadores xeneizes, que Carlos Tevez leyó en el vestuario después del ataque que sufrió el plantel en el micro cuando iba rumbo al Monumental. Todavía no se sabía si el partido se jugaba o no.

 “Yo no tengo películas de gladiadores, ni videos de Triunfos Épicos para proyectarles, ni frases contundentes para pronunciarles, buscando motivarlos…… Sólo espero que el próximo 24/11 recuerden que ESTO ES BOCA!!, y que entiendan que en Boca las finales no se “disfrutan”, como escuché decir a algún jugador… SE LUCHAN con los dientes apretados, se guerrean, se deja EN SERIO hasta el último aliento, y si el resultado es adverso, entonces que puedan abandonar el campo de juego con la frente alta, y con la genuina tranquilidad de haberlo entregado todo… Si eso no sucede, si no demuestran estar a la altura de las circunstancias, entonces nuestros chicos habrán ofrendado su vida en vano, aquel fatídico 10/11 en Lobos”.

Dicen que Tevez se largó a llorar después de leer esa carta.

El partido, se sabe, no se jugó ese día.

La final se disputaría en diciembre en Madrid.

CÓMO SE CURAN LAS HERIDAS

Carlos Silvestri y Zulma Barros cuentan que solo el que sufrió una desgracia como la que sufrieron ellos puede sentirlo en lo profundo. Hay una empatía singular que hace que las víctimas de las tragedias se mantengan unidas. Hablan en la misma frecuencia.

“Lo nuestro es una noche eterna. Tenés algunas opciones: te tirás para lamerte las heridas y entregarte; te convertís en un ogro y te encerrás en tu casa a ver una sucesión de noches y días; o rodearte de la gente que te quiere, te contiene y ves si podés modificar algo para que lo que te pasó a vos no le pase al resto”, contó Carlos.

Carlos Silvestri se contactó con Federico Labaen y otras víctimas de siniestros viales, y se pusieron a trabajar juntos para convertir su dolor en una fuerza capaz de cambiar el estado de las cosas.

Así conformaron la Mesa Chubutense de Víctimas Viales, que este año se reunió con el viceministro de Justicia, Juan Martin Menna. La organización promueve modificaciones en el Código Penal para gravar las penas por homicidios viales.

El homicidio culposo prevé penas de 3 a 6 años, y uno de los objetivos de esta y de otras organizaciones es modificar esa escala penal. "Tiene más pena robar una oveja de un campo que matar a una persona si estás alcoholizado", señalaron desde la entidad.

El proyecto se entregó al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en una reunión histórica con todas las organizaciones. 

En la actualidad, se están conformando las comisiones y la Mesa Chubutense participará en las reuniones que se llevarán a cabo en el Congreso.

Mientras tanto, Carlos Silvestri y Zulma Barros, al igual que los familiares de las demás víctimas, siguen esperando que la causa se eleve a juicio y se haga Justicia.

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