Advierten que en situaciones de desigualdad social, la menstruación puede poner en riesgo la salud
Acceder a artículos de higiene puede ser un obstáculo para las mujeres de escasos recursos, que puede llevarlas utilizar alternativas o productos por más tiempo del indicado, aumentando el riesgo de padecer infecciones entre otras consecuencias.
CAPITAL FEDERAL - Ante la falta de recursos económicos para poder acceder a productos de gestión menstrual, muchas mujeres han buscado alternativas como el papel higiénico o bien han usado de manera incorrecta y por más tiempo toallitas o tampones. ¿Pero qué consecuencias podrían padecer en la salud las personas menstruantes en estos casos?
"El tampón o la toalla femenina con uso prolongado puede producir infecciones ginecológicas e infecciones urinarias. Porque hay sangre por más de 12 horas que empieza a ser un caldo de cultivo para el crecimiento de gérmenes", explica a BAE Negocios Donato Spaccavento, médico sanitarista, ginecólogo y obstetra.
La sangre son células vivas que se van muriendo, agrega el médico, y señala que es justamente de eso "de lo que se alimentan las bacterias, los hongos o cualquier microorganismo. Por eso aumenta la frecuencia de infecciones".
Por esto, Spaccavento considera que las toallitas femeninas y los tampones aumentan las infecciones urinarias y la aparición de flujo debido a los componentes que tienen como perfume o aromatizante, y por usarlo más allá del tiempo recomendado. Aunque en los últimos tiempo se han popularizado alternativas sustentables, como las toallitas reutilizables y las copas menstruales.
"Muchas mujeres no acceden a los dispositivos de gestión menstrual habituales por el precio. Por eso la ley que se está promoviendo es para que el Estado se haga cargo del costo que significa la menstruación, una vez por mes, para todas las mujeres. Así como se les da preservativos gratuitos a los hombres en los centros de salud, también se le podría dar a las mujeres productos para su menstruación", concluyó el médico ginecólogo.
Florencia Carbajal, presidenta de una de las empresas que comercializa de forma masiva la copa menstrual en Argentina, reseña que "la particularidad que tiene la copa o las toallas de tela, que también son una forma de gestionar de forma sustentable el sangrado, es que son reciclables, reutilizables y tienen una vida mucho más larga".
"Hay una pluralidad de variables que afectan sobre la justicia o la equidad de género en términos generales pero la justicia menstrual es uno de los temas de mayor impacto a nivel económico. Un montón de países hoy están legislando la accesibilidad a los productos menstruales", asegura Carbajal en diálogo con BAE N
Considera que habría una "especie de impacto económico positivo en lo social" si se desarrollaran "microempendimientos, emprendimientos solidarios, comunidades", donde las mujeres pudieran confeccionar sus propias toallitas. "Donde haya un fortalecimiento no sólo de las organizaciones sino también de los grupos familiares. En ese caso sí creo que podría haber algún tipo de impacto positivo", apunta.
"Por el tipo de cultura en la que estamos, y el tabú y el estigma que tiene la menstruación, es complejo de abordar. En la Ley de Educación Sexual Integral los contenidos en torno a la menstruación todavía siguen siendo muy chiquitos. Históricamente no hubieron políticas públicas que enfrentaron esta situación, entonces fue siempre el mercado el que cubrió esa educación que faltaba de parte del Estado", sintetizó Carbajal.
Fuente: BAE Negocios