Astra, el tesoro escondido entre cerros: historia, naturaleza y circuitos para caminar o andar en bici
Un pequeño paraíso escondido que aguarda ser descubierto por aquellos que se aventuren a adentrarse en sus caminos sinuosos y llenos de encanto.
El barrio Astra se encuentra ubicado a 20 km hacia el norte de la ciudad de Comodoro Rivadavia. Es el último barrio o el primero, según la dirección en la que circule el visitante. Quien se anime a descubrirlo, se sorprenderá de la belleza natural que posee: cañadones escondidos, caminos entre calafates y coirones, aguiluchos en la cima de los cerros.
Su historia, ligada al petróleo, sus obreros y familias que llegaron desde todos los puntos del mundo en sus inicios y el misterio en torno al partidismo nazi de algunos de sus habitantes.
PATRIMONIO CULTURAL
Astra se fundó en el año 1912 como un pueblo, cuando en esa zona se inicia la explotación petrolera. Se tomó como fecha fundacional el 12 de diciembre de 1912, ya que ese día, nace en una carpa la primera niña astrense: Marta Eggeling.
La composición de sus habitantes en sus inicios fue de origen europeo. Era necesario traer técnicos especialistas. La estructura industrial y sociocultural fue creciendo: viviendas, fábrica de ladrillos, escuela, hospital, cine teatro, bar, restaurante, pileta de natación, club de palitroque, club de fútbol y hasta un club de planeadores son parte del haber histórico de este antiguo barrio.
Quienes deseen realizar y conocer su circuito histórico pueden contactarse con las integrantes de la Biblioteca Popular Astra, un equipo de trabajo que ha trabajado para divulgar y hacer conocer el barrio.
CIRCUITOS NATURALES
El trekking y el mountain bike son actividades que han sumado popularidad en estos últimos tiempos. Amigos, familias y grupos especializados buscan lugares alejados de las zonas urbanas para realizar estas actividades y disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza.
Astra es el lugar ideal. Adentrarse en sus campos, descubrir picadas y trepar cerros, puede ser una aventura llena de sorpresas. Les compartimos algunos de sus atractivos naturales:
EL PAN DULCE
Es una formación arcillosa, muy atractiva a la vista. Muchas familias llegan a la zona para improvisar un picnic y explorar los alrededores. En su base se pueden encontrar rocas de cuarzo. Su superficie está llena de cuevas donde se instalan aves como búhos y loros barranqueros.
Los más avezados se animan a escalar el Pan Dulce con sogas, pero no es muy recomendable, ya que no es una actividad segura. La arcilla está compactada pero se desmorona fácilmente.
En días soleados, esta zona se torna más calurosa debido a que la luz rebota en la blanca superficie, la gorra y el protector solar deben ser accesorios indispensables para el caminante.
El Pan Dulce es todo un símbolo para el barrio. Está a pocos metros de las viviendas, por lo cual, para muchos se ha convertido en el patio de su casa. Quien se crió en el barrio descubrió el eco jugando en su base, cazando lagartijas y cascarudos.
Es muy fácil llegar al Pan Dulce, ya que se encuentra en el camino que va hacia el Parque Obreros de Astra. Al ingresar al barrio la ruta está señalizada y en el recorrido, aparece de golpe esta imponente formación.
EL PAÑUELITO
Este cerro se caracteriza por tener toda una superficie de arcilla blanca en su cima. Se puede observar desde el ingreso del barrio, hacia el norte. Quien llegue al Pan Dulce lo descubrirá inmediatamente, y desde ahí, iniciar su caminata de aproximadamente 1 km.
En su recorrido encontrarán arroyos secos, tomillo, calafates, duraznillos, botón de oro, la flora autóctona que les perfumará el viaje. También madrigueras de cuises y liebres, con suerte zorros, y en épocas de verano es posible encontrar víboras. Además, hay gran cantidad de fósiles marinos.
Se lo puede escalar. Quien desee hacerlo debe dirigirse a la ladera izquierda del cerro. Allí hay un pequeño cañadón hacia arriba, que no es de gran dificultad, pero hay que ir preparado para trepar con pies y manos. Como el piso tiene arcilla suelta, muchas veces el ascenso es un juego de subidas y bajadas, juntando unos cuantos kilos de arcilla en las zapatillas. Una vez que se atraviesa ese cañadón aparece antes los ojos esta “sábana blanca de arcilla” que es un poco empinada y con piso compactado. Quienes sufran de vértigo pueden abstenerse de atravesarla.
EL CAÑADÓN DE LOS LOROS
Este cañadón está al oeste del barrio, es una zona muy atractiva, y como es el común denominado r, la arcilla invade la visual. Cañadones y grietas atraen la mirada hacia arriba.
Se puede acceder caminando, en vehículo o bicicleta. Si nos paramos en la zona del Pan Dulce se puede atravesar el campo hacia el oeste. No es de difícil acceso, pero el camino requiere de más vueltas. Siempre es aconsejable consultarle a algún conocedor del barrio para que los guíe.
Las aves (aguiluchos y loros barranqueros) sobrevuelan los cañadones. Su recorrido hasta la base es mágico: el silencio invade los oídos y la sensación de paz absoluta hace que el caminante vuelva en reiteradas ocasiones.
Astra tiene todo lo que se necesita para atraer la atención de los visitantes. Es uno de los barrios que mantiene intacto su Patrimonio Histórico Cultural y a tan solo 10 km de la costa y a casi 200 metros del nivel del mar, aún quedan intactos los rastros que dejó la marea hace millones de años: ostreas, turritelas y dientes de tiburón se esconden dentro de las matas y la arcilla.
Su paisaje ha llamado la atención de cineastas y publicistas, convirtiendo al barrio en una locación para películas como “Al Desierto” de Ulises Rosell o una publicidad: “YPF nuestra energía – Ingeniero”.
Sus vecinos están orgullosos y son buenos anfitriones. La prioridad siempre es cuidar el barrio, por lo que se recomienda a los visitantes cuidar la naturaleza, disfrutarla y dejar “todo en su lugar”.