Basti, el pequeño guerrero de Comodoro que está venciendo al cáncer
Basti tiene 5 años y hace 2 le detectaron leucemia linfoblástica aguda tipo B. Por estos días, está en la última etapa del tratamiento, y este martes participó de la conmemoración que realizó el Servicio de Pediatría del Hospital Regional en el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer Infantil. Un pequeño superhéroe.
“Es una lucha pero por suerte se está recuperando muy bien”, dice Margarita Dure, la mamá de Bastián, uno de los pequeños guerreros que por estos días le está dando batalla al cáncer. A Basti, como le dice su madre, le quedan solo tres meses de tratamiento y dará por terminada esta etapa para continuar con el jardín, donde ya tuvo su primera experiencia.
Este martes, el pequeño junto a su madre, participó de los festejos por el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, una jornada especial donde se debe celebrar la vida y concientizar sobre la importancia de la prevención y el respeto de los derechos que tienen los pequeños que atraviesan este tipo de tratamientos. A Basti se lo vio feliz, jugando, pidiendo upa a alguna de las doctoras y hasta se animó a posar para la cámara.
UN PEQUEÑO GUERRERO
Según contó Marga a ADNSUR, el pequeño es mellizo y hace dos años le diagnosticaron Leucemia. Primero comenzó con fiebre y decaimiento y luego aparecieron otros síntomas, hasta que comenzó a empeorar.
“Empezó con decaimiento, mucha fiebre, le empezó a sangrar la nariz muy seguido y le empezaron a salir manchitas en el cuerpo. Nosotros pensábamos que era Covid, pero no, decayó hasta que bajaron los glóbulos blancos y lo internaron. De ahí quedó internado como tres meses en terapia y le empezaron a hacer transfusión de sangre, de plaquetas y las pulsiones que son en la médula, donde le ponen quimio”, recordó la madre.
Florencia Gutiérrez es la oncóloga infantil del hospital de Día que funciona en el Servicio de Pediatría del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia. Cuenta que Basti tiene leucemia linfoblástica aguda tipo B y el tratamiento dura 2 años.
“Durante los primeros 8 meses el pequeño recibió quimioterapia intravenosa, bastante intensiva, tuvo complicaciones en el primer mes que pudo superar y ahora está con quimioterapia vía oral para mantenimiento”, cuenta sobre cómo es su tratamiento.
En ese sentido, la especialista detalla que en este tipo de casos los pequeños tienen punciones lumbares y estudios de médula ósea frecuentes, y los síntomas son sorpresivos. “Las leucemias agudas son así: ayer tenía un hijo sano, hoy me desperté, mi hijo está raro y resulta que tiene una leucemia y mañana empieza con tratamiento. Entonces es como que no da tiempo para procesar la información. Por eso nosotros con el equipo médico tratamos de apoyar a la familia, acompañarla, que asuman la enfermedad, que los padres estén muy atentos a sus hijos. Así que es un tratamiento multidisciplinario, en equipo, con los médicos y los padres que son parte del tratamiento”.
Marga afirma con la seguridad de quien lo vivió que “el tratamiento fue duro”. A Basti se le cayó el pelo y no quería saber nada con ir al Hospital. “Estábamos doblando en la esquina y empezaba a llorar”, recuerda y no puede evitar quebrarse.
El pequeño en un principio la tuvo difícil. Los primeros tres meses estuvo en terapia intensiva, haciendo quimioterapia. También estuvo un tiempo internado en el Hospital Garrahan, pero por suerte hoy sigue el tratamiento en forma ambulatoria, tomando una pastilla por noche y por supuesto con controles médicos cotidianos.
“Con la pastilla tiene que estar hasta mayo, y ahí termina el tratamiento. Por suerte está mejor, no tuvo ninguna recaída y se está recuperando”, cuenta la madre.
Mientras habla a Marga se la escucha agradecida, y tiene sus razones. Los médicos hicieron que su pequeño mejore y como padres se sintieron contenidos en todo momento. “Acá tuvimos el apoyo de todos. Ellos nos aconsejaban que teníamos qué hacer, dónde teníamos que ir porque nosotros no sabíamos, no estábamos informados. Es más tuvimos problemas con la obra social y no sabíamos si nos tenían que dar las pastillas o las teníamos que comprar y nosotros la compramos. Pero ellos nos orientaron para que eso sea diferente y también con la enfermedad. Nos ayudaron en todo”, dice agradecida.
En dos meses Basti terminará el tratamiento contra el cáncer, pero aún no tendrá el alta. Por estos días, ya no sufre de ir al Hospital Regional, al contrario, sabe que podrá jugar con los juguetes que tiene el Hospital de Día y que será una aventura distinta cada mañana; una experiencia que algún día podrá contar este pequeño guerrero que está venciendo al cáncer y este martes lo conmemoró.