César Castillo, el delegado de Chubut en el Festival de Jesús María que renace de las cenizas en Epuyén
En medio de la euforia por acompañar a la delegación provincial en el Festival Nacional de Doma y Folklore en Córdoba, César recibió la peor noticia: perdió su casa por el incendio. En el momento, decidió permanecer con el equipo pero ahora llegó el momento de una lenta reconstrucción en una situación que también identifica a otros damnificados por este drama.

César Castillo, un nombre que resuena en el corazón de quienes conocen su historia no sólo es el delegado de Chubut en el Festival de Jesús María sino un héroe anónimo de una lucha que se despliega en medio del fuego y la pérdida.
En enero de 2024, mientras las llamas devastaban Epuyén, se llevó consigo todo lo que había con tanto esfuerzo construido: su hogar, su refugio y la cabaña donde había compartido momentos inolvidables con su familia.
Aquellas cenizas, una memoria de un pasado cercano, son ahora el telón de fondo de una nueva vida que César se aferra a reconstruir.
En este camino lleno de obstáculos, César enfrenta la titánica tarea de levantar las paredes de su hogar con una determinación que emociona.
"Ahora justamente estamos construyendo, con varias cuestiones para resolver", dice mientras sus manos trabajan -incansablemente- en la obra.
La casa principal perdió su techo, los electrodomésticos y los objetos que estaban en el interior. “Se quemó el techo completo, pero estaba la armadura”, explicó.
Esa armadura, símbolo de lo que fue su vida, se enfrenta ahora a un nuevo destino: ser el cimiento de una nueva vida.
La cabaña de su hija, sin embargo, no tuvo la misma suerte. "No quedó nada, ni rastros", lamentó César.
Cada ladrillo que coloca es un recordatorio del hogar que se desvaneció, pero también es una promesa de un futuro mejor.
Con cada día que pasa, avanza en la platea que será la base de su nueva vida. Su objetivo inmediato es terminarla en los próximos días.
Si bien el Gobierno provincial entregó materiales de construcción, se requieren más elementos, herramientas y que las entregas se agilicen.
En las semanas que vienen, apunta a nivelar el terreno, aprisionarlo bien y armar la platea. "Todo lleva mucho tiempo porque hay que armar un montón de cosas", reconoció.
Por supuesto -ahora más que nunca- César tiene que preservar su trabajo como fuente de ingresos que consiste en montar torres e instalar antenas de comunicación.
Por ahora, César y su familia se encuentran en una casa alquilada cerca del lago, agradecidos por contar con un techo temporal, aún en medio de la incertidumbre.
El alquiler, aunque no es excesivo, representa un gasto significativo para alguien que lo perdió todo. "Cuando no tenés nada, incluso 150 mil pesos son una carga", reflexionó mientras buscaba la manera de equilibrar sus finanzas y avanzar en la reconstrucción.
Al costo del alquiler, hay que sumarle todos los objetos y electrodomésticos que forman parte de una vivienda en condiciones dignas de habitar. En tal sentido, toda la ayuda será bienvenida. "Ahora uno se da cuenta del valor de todas las cosas que tiene dentro de una casa", admite César.
"Pasó todo esto y no me quedé ni con una tenaza". Perdí todo", remarcó.
A pesar de la adversidad, César ha encontrado un rayo de luz en la solidaridad. "Los vecinos siempre están ahí, ayudando", agradece con humildad.
Esa red de apoyo comunitario se vuelve crucial en los días más oscuros, ofreciendo compañía y fuerza en el momento de la necesidad.
“Los chicos que fueron conmigo a Jesús María hicieron una colecta y me mandaron lo que juntaron en eventos en Trevelin, Cholila y Aldea Epulef. Lo quiero recalcar. Estos gestos me dan fuerzas para seguir adelante”, afirmó.
"Sin ellos, esto sería mucho más difícil", reconoce, subrayando el valor de la comunidad que se une en los momentos de crisis.
UNA CARRERA CONTRARRELOJ CONTRA EL INVIERNO
El tiempo apremia y César sabe que el invierno se acerca. "Ya estoy casi convencido de que el invierno me va a agarrar", dice con preocupación.
A pesar de los obstáculos, su espíritu de lucha no se apaga. "Vamos a ir buscando la vuelta", asegura, mientras sigue trabajando en su hogar, ladrillo a ladrillo.
La historia de César Castillo se convierte en un emotivo testimonio de resiliencia y fortaleza.
Cada ladrillo que coloca representa la edificación de un futuro lleno de esperanzas. “Estamos empezando de cero, pero lo vamos a lograr”, afirmó con un profundo temple ante la devastación que sufrió.
Tras el lamentable suceso, sus amistades y la gente campera iniciaron colectas y se puede colaborar al alias de Mercado Pago de César Horacio Castillo: soja.huevo.baul o al CBU 0830016431004002120014.
Con su espíritu indomable, César confirmó que va a continuar con la representación de Chubut en los próximos festivales para demostrar una historia de superación que puede inspirar a quienes lo rodean.
Con cada paso que da, está construyendo no sólo un hogar sino también un futuro mejor para sus hijas y ofrecer el ejemplo que se puede renacer de las cenizas para brindar un testimonio de reconstrucción.
