El dólar 'blue' que rompió nuevos techos, la incertidumbre que resultó la negociación entre el país y el FMI para refinanciar su asfixiante deuda externa y las versiones en la semana sobre un posible default; la discusión política sobre si hay que pagar o no, que seguirá aún después del anuncio formal. Lo cierto es que las consecuencias de una negociación que se extendió por casi dos años se vieron especialmente reflejadas en los últimos días, con precios que subieron al ritmo del dólar paralelo y Comodoro no fue la excepción. ¿Qué implica el acuerdo en lo inmediato? Los alcances, beneficios y letra chica, en la visión de dos economistas de la región

Las negociaciones del gobierno nacional con el FMI parecen una discusión lejana y compleja frente a los problemas que cada uno enfrenta en su vida cotidiana. Sin embargo, muchas de esas dificultades están atravesadas por los hilos de la trama macro económica, que tiene su pantalla más visible en la cotización ascendente del llamado dólar 'blue', una de las tantas variantes del tipo de cambio en el país. 

El fenómeno no es nuevo, ya que hubo otros períodos de recalentamiento, precisamente enmarcados en el largo período de renegociación con el 'Fondo'. La brecha con el tipo de cambio oficial no es nueva, pero el matiz de esta semana fue la tensión a la que se llevó la definición, que además coincidía con un vencimiento que el país debía (y finalmente concretó) pagar el viernes 27 de enero . 

Repuestos de autos, chapas y hierro subieron al ritmo del 'blue'

Mientras el acuerdo se demoraba y se agitaba la posibilidad del default, la desconfianza de los mercados y los ahorristas se vio reflejada en la suba del 'dólar blue', que en la última semana superó la barrera de los 220 pesos y comenzó a trasladarse a precios de distintos rubros comerciales de Comodoro Rivadavia. 

La suba de precios en materiales de construcción se notó especialmente en hierros y chapas.

“Estuve hablando con la gente del sector de 'repuesteros' ya ellos les inciden automáticamente cada suba del dólar paralelo –explicó el presidente de la Cámara de Comercio de Comodoro Rivadavia, Guillermo Ceriani-. Hay muchos repuestos que son totalmente importados, particularmente en lo que tiene que ver con componentes electrónicos, que directamente no se consiguen. Pero si se consiguen, los precios suben con el dólar blue”.

Otro de los rubros en los que se ha notado el incremento es en el de la construcción, particularmente en lo que respeta a siderurgia, chapas y hierro, que “se mueven automáticamente con el tipo de cambio paralelo”.

“Hay otros sectores que no tienen vínculo con el dólar, en ladrillos hay una fábrica local y el cemento no se ha notado un movimiento en particular –continuó explicando Ceriani, que se dedica precisamente al rubro de la construcción-. En la parte textil no se ha notado tanto, pero siempre hay una pequeña incidencia del dólar, algún componente importado que mueve la estructura de costos”.

En lo que hace a otros elementos para la construcción, el comerciante local destaca como ejemplo que hay claros faltantes en luminarias de led, de 60 por 60, al tiempo que los precios prácticamente se duplicaron en poco tiempo, al pasar de 3.000 ó 3.800 pesos por unidad hasta los 6.000 pesos. 

Los repuestos automotor suben sus precios ante los aumentos del dólar paralelo.

Ceriani lamentó que esta escalada del paralelo pueda cortar el recupero que venía notando el comercio local, a razón de un 1 por ciento mensual, tras la caída del año 2020. De todos modos, el dólar paralelo retrocedió el viernes tras el anuncio de acuerdo. ¿Habrá también un retroceso de precios?

Qué puede pasar a partir del acuerdo

Muchas referencias del gobierno y de la oposición coincidieron en las últimas semanas en que la refinanciación de la deuda en sí misma no implica soluciones automáticas para el país, pero el escenario de un “no pago” hubiera sido aun peor. 

Por lo pronto, se espera que el FMI restituya alrededor de 4.000 millones de dólares que Argentina había pagado en estos dos años en concepto de anticipos, lo que descomprimiría la tensión del mercado y debería evitar, al menos en principio, que el dólar paralelo siga escalando 

“Una consecuencia positiva del acuerdo es que cae la volatilidad de las expectativas del mercado –explicó el economista santacruceño Alejandro Demel, integrante del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, consultado para este informe exclusivo de ADNSUR-, porque parte del mercado creía en el incumplimiento y que el país podría caer en default... al ver que Argentina terminó negociando y aceptando las condiciones del FMI a corto plazo, eso trajo tranquilidad en el tipo de cambio, porque ahora se van a recomponer reservas y el riesgo país va a caer”.

Alejandro Demel, economista de Santa Cruz que se desempeña en el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.

Otra consecuencia inmediata, según describió el analista, es que los bonos argentinos afectarán su valor y habrá un recupero de las acciones. Entre las condiciones aceptadas, agregó que “ahora el país va a estar constantemente monitoreado por personal del FMI, por lo que tendrá que mostrar avances y cumplimientos cada 3 meses. De lo contrario, se cae el acuerdo”.

El alivio inmediato es que los vencimientos que debían afrontarse este año y el próximo, por 18.000 y 19.000 millones de dólares, respectivamente, se 'patearon' hacia 2026, con un plazo de 10 años de pago. Técnicamente, el Fondo hará un nuevo préstamo por esos montos, con los que a su vez Argentina devolverá el préstamo contraído en 2018, pero ahora con nuevos plazos.

 La letra chica…

“En principio, el acuerdo alivia tensiones en el mercado –añadió, por otra parte, el economista comodorense Marco Simoes-. Para la economía siempre es mejor, en términos de estabilidad, llegar a un acuerdo que a un default con un acreedor (sea el FMI, el club de París o cualquier otro). Esto te permite obtener acuerdos de financiamiento, ya sea en el mercado o con organismos multilaterales”.

¿Cuál es la consecuencia de que el país no obtenga créditos? “Sin financiamiento, el déficit se tiene que cubrir sí o sí con emisión monetaria o algún stock del gobierno –respondió Simoes-, lo cual significa aumento de la inflación”.

Marco Simoes, economista: "la incertidumbre es cómo se reducirá el déficit".

Simoes advirtió además un detalle que contradice el anuncio oficial respecto de que no habrá ajuste. Así lo explicó el analista local:

“Este acuerdo con el FMI difiere con otras negociaciones, en el sentido de que existe un condicionante más restrictivo en lo que refiere a las políticas económicas del país. Si bien anunciaron que pudieron negociar un ajuste gradual (en una estrategia similar a los primeros años del gobierno de Macri), el acuerdo incluye un límite en cuanto al déficit que se podrá financiar con emisión, que será del 1 por ciento del Producto Bruto Interno”.

La derivación inevitable de lo anterior plantea dos caminos posibles: “Esto implica que Argentina o bien aumenta el nivel de deuda, en caso de conseguir financistas, o acelera más el ajuste fiscal por sobre lo comprometido (el déficit debería bajar al 2,5 por ciento en 2022, al 1,8 en 2023 y al 0,9 por ciento en 2024) en caso de no conseguir financiamiento”.

Para Simoes, “la incertidumbre es la forma en que se va a reducir el déficit fiscal. Si bien existe un compromiso de reducción de subsidios a la energía (con un enfoque social, es decir sosteniendo el beneficio sólo para los sectores de menores ingresos), el resto de la meta no se sabe si se cumplirá con reducción de gastos o aumentos de impuestos”.

Qué pasará con el dólar

Una de las grandes incógnitas es cómo seguirá la evolución del dólar, tanto el paralelo como el oficial, en tanto los mercados mostraron calma el viernes después de que se confirmase el acuerdo. No obstante, los pronósticos dependen de muchos factores.

“En lo que respecta al dólar blue –evaluó Simoes-, si bien el acuerdo con el Fondo elimina expectativas negativas, su valor es difícil de predecir porque depende de la demanda de pesos. Esto tiene un fuerte componente estacional; por ejemplo, se suelen vender muchos dólares al mercado para pagar vacaciones con ahorros. Pero cuando terminan esas ventas, cae la demanda y el precio del dólar libre sube”.

¿Y qué pasará con el dólar oficial?

“El gobierno aclaró que seguirá con su política de ‘crawling-peg’, lo que implica aumentar su precio conforme con el ritmo de inflación”, es decir en alrededor del 3 por ciento mensual, según las proyecciones planteadas para el primer trimestre del año. 
De los dichos del economista, se desprende que no habrá un salto en la cotización del dólar, lo que es reclamado por sectores exportadores, como se refleja en otro informe de ADNSUR relacionado con la situación del campo chubutense.

¿Y si no acordaban, o se incumplen las metas?

¿Qué había pasado si, finalmente, no había acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional, para reprogramar los vencimientos de la deuda por 44.000 millones de dólares que el país tomó en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri? 

Vale recordar que la toma de la deuda fue atribuida, por parte del gobierno anterior, a la necesidad de cancelar vencimientos con acreedores privados que había dejado pendiente el gobierno de Cristina Fernández, algo que algunos economistas señalan que es cierto parcialmente, pero otra parte fue vendido libremente en el mercado de cambio local sin restricciones, provocando una fuerte fuga de una buena parte de los dólares que ingresaron desde el Fondo.

Martín Guzmán, ministro de Economía de la Nación.

Como sea, la deuda fue asumida por el país y el refinanciamiento acordado es similar -salvando las distancias- a lo que hizo Chubut, a mucha menor escala, sobre fines del año 2020, aunque en este caso con vencimientos que volverán a operar en 2024 y extendiendo el plazo desde 2026 hasta 2030, por una deuda de 650 millones de dólares..

Por la incertidumbre de la semana pasada, bien valía la consulta. ¿Qué pasaba si no había acuerdo?

“Sin acuerdo con el FMI, entrás en default. ¿Qué significa eso? Que si ya hoy nadie le presta plata a la Argentina, en ese caso las restricciones iban a ser peores –razonó Alejandro Demel-. Eso significa que los únicos dólares que podés tener son a través de tus propias exportaciones, que de hecho son chicas. Esa sería la única fuente de ingreso de dólares”.

Las consecuencias no terminaron ahí, según continuó explicando Demel. La escasez de dólares, en un hipotético agravamiento del escenario actual, terminaría repercutiendo en el dólar oficial, que “por razones de escasez va a tener que aumentar, con lo que las importaciones van a ser más caras”.

Siguiendo con ese razonamiento, Demel agregó.
“Si aumenta el dólar oficial, podría aumentar los precios en una proporción similar (aparte del aumento que traen por inflación). Por ejemplo, una tonelada de harina se exporta a una cierta cantidad de dólares, pero con el nuevo tipo de cambio, esos precios aumentan en pesos en toda la cadena productiva. Y por lo tanto aumenta la inflación”.

La opinión en contra del acuerdo se hizo escuchar fuerte en los últimos años, particularmente por las condiciones en que se tomó el préstamo y porque el propio organismo admitió que vulneró sus estatutos al darle al país más crédito del que correspondía.

En esa misma línea de “efectos cascada”, el economista añadió que por lógica consecuencia, el incremento de inflación “te hace más pobre, porque la corrección de salarios siempre es retrasada frente a la inflación. Entonces tu poder de compra cae, pero si además no tenés trabajo, el empobrecimiento se agrava”. 

Por su parte, Simoes sumó otras consecuencias negativas que se evitaron con el acuerdo:

 “El default limita la posibilidad de conseguir financiamiento externo para cubrir el déficit que, como vimos en los mismos números que presentó el ministro Martín Guzmán ante el Fondo, son elevados. Se hubiera necesitado mucho para cubrir esos baches de desajustes fiscales. Sin financiamiento externo, sólo te queda que te presten en pesos los bancos, a costa de los depósitos de la gente, pero esa vía ya está llegando a un tope. Y tampoco se puede recibir mucha asistencia del Tesoro, por vía de emisión monetaria, porque también ya estamos al tope”.

En ese escenario, en la visión de Simoes, el gobierno se hubiera visto empujado a “un ajuste fiscal por las malas, por vía de la aceleración de la inflación, lo que implica pérdida de capacidad de ahorro y de salario”. 

La hipótesis del 'no acuerdo' sigue vigente, ya que todo podría volver a foja cero si Argentina no cumple las metas asumidas. Para ello deberá reducir el déficit, para lo cual se deberá reducir la emisión monetaria y probablemente incrementar tarifas para lograr los más de 15.000 millones de dólares que se asignarán en subsidios este año.

Por ahora, al menos por un tiempo, todos "dejaron de mirar hacia arriba", parafraseando a la película promocionada de Netflix. El meteorito se ha desviado por un par de añitos, a no ser que ya haya impactado... y no nos dimos cuenta. 

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