Cómo es la vida en El Líbano, la convivencia religiosa y el futuro incierto en medio de los bombardeos
El testimonio de un ciudadano Libanés: Naoum Obeid y su mensaje de esperanza. "Amamos el Líbano y aquí nos quedaremos”, dijo.
En una entrevista con ADNSUR, Naoum Obeid, ciudadano libanés, narró cómo la guerra transformó la vida en El Líbano, afectando a su comunidad y generando un clima de incertidumbre y desesperanza. Con familiares en la Patagonia, con quienes comparte el amor por la tierra, reza para que la paz llegue a Medio Oriente y admite que no es una opción emigrar hacia otros países, como tuvieron que hacerlo sus antepasados hacia Argentina, en busca de nuevos horizontes. “Amamos el Líbano y aquí nos quedaremos”, dijo.
La guerra en Medio Oriente ha dejado una huella profunda en las vidas de quienes habitan la región. Naoum Obeid, un ciudadano de Koura, que se encuentra a solo 35 kilómetros de Beirut, la capital de El Líbano, ha sido blanco de intensos bombardeos.
En diálogo con esta agencia de noticias, Naoum Obeid manifestó que “estamos viviendo una guerra”. La situación es crítica, especialmente en el sur del país y en la zona de Bekaa, donde los enfrentamientos son constantes y los civiles sufren las consecuencias.
“La zona de Bekaa se considera una zona de guerra. Minutos antes de comenzar esta entrevista hubo un nuevo bombardeo y nosotros lo sentimos como si fuera un terremoto"
Naoum trabaja en Nacional Unidad y además se dedica a la producción de olivos y aceites en el norte del país.
Por el momento, esa es una zona “libre de peligro porque estamos lejos del epicentro. Pero en el sur del país la vida cotidiana es un desafío.
"Tenemos alimentos y suficiente comida para tres meses, el sector turístico está paralizado y la agricultura se vio gravemente afectada porque el valle de Bekaa también es una zona de guerra, y los trabajadores no pueden ir al campo a recoger las semillas.”
Naoum relató que en este último tiempo miles de ciudadanos dejaron sus casas en el sur del país y migraron al norte.
“Tenemos más de un millón de personas que se han desplazado por la guerra buscando una zona segura. No hay lugar para esa gente, entonces también tenemos problemas en el sector educativo porque se están usando esos edificios como centros de refugiados”, explicó.
“Nada sucede con normalidad, es imposible ir a trabajar, ir a la escuela. Las escuelas no están preparadas para recibir a tantos refugiados, especialmente con el invierno a la vuelta de la esquina. Además, algunas personas están viviendo en la calle, en sus coches. No hay lugar para vivir.”
“No tenemos miedo”
Según Naoum, el blanco objetivo de Israel no son los civiles; sino que solo se apunta a militares, por eso “no tenemos miedo”.
La contienda bélica tiene aristas religiosas, históricas y territoriales de larga data. Sin embargo, respecto de la cuestión religiosa Naoum identificó que “aunque hay tensiones, muchos están unidos en su deseo de paz. Los enfrentamientos son más políticos que religiosos", señaló.
“No es la primera guerra, hemos tenido muchos problemas en la historia libanesa. Hace mucho tiempo nuestros antepasados viajaron a Argentina debido a la mala situación que vivíamos. Nosotros somos luchadores en este país, amamos al Líbano y no queremos dejarlo, así que nos quedaremos aquí porque somos ´los demonios de este Medio Oriente y también somos los ángeles de este Medio Oriente”.
Naum sabe que en el mediano plazo no es posible pensar en un alto al fuego. “Rezamos para que llegue la paz a Medio Oriente y la guerra termine”, dijo.
La vida diaria continúa para Naoum y su familia en medio del caos. Aunque hay miedo y ansiedad por los bombardeos, él sigue trabajando en su campo de olivos y se aferra a sus raíces. "Amamos al Líbano y no queremos dejarlo", concluye con determinación.
La historia de Naoum es solo una entre muchas en un Líbano desgarrado por la guerra. Su voz resuena como un eco de esperanza en medio del sufrimiento y un llamado a la paz que todos anhelan en esta región atormentada por conflictos interminables.