Del aula a la cocina marina: la chef Norma Luque y su pasión por las algas Patagónicas

Norma Luque, oriunda de La Escondida, un remoto pueblo chaqueño, ha trazado un camino tan singular como inspirador en el ámbito culinario. Desde sus inicios como docente de Lengua y Literatura, hasta su metamorfosis en chef especializada en la cocina marina de la Patagonia, Norma ha sabido reinventarse con determinación y pasión.

En sus propias palabras, Norma comparte su visión sobre este nuevo capítulo de su vida: "Cocinar con algas es como regresar a mis raíces, a esos sabores familiares que me marcaron desde la infancia". Esta conexión profunda con sus recuerdos ha impulsado a Norma a explorar y experimentar con los tesoros marinos que la Patagonia ofrece.

Su periplo gastronómico la llevó a sumergirse en las aguas salobres de la región, donde aprendió de la experta Carola Puracchio el arte de la cocina con algas y pescados locales. "Cada plato que preparo lleva consigo un trozo de mi historia, un pedacito de mar y tierra unidos en armonía", confiesa Norma, cuyos platillos despiertan elogios entre los comensales del Glamping Isla Leones en Camarones.

Entre las creaciones más destacadas de Norma se encuentra el "pez gallo relleno con morrón ahumado y cebollas horneadas", una fusión de sabores intensos y contrastantes que evocan la diversidad de la Patagonia en cada bocado. Además, sus "pastas tricolores rellenas con algas y pescados" representan un festín visual y gustativo que cautiva a quienes buscan una experiencia culinaria única.

La esencia de Norma como chef trasciende la mera preparación de platos; para ella, cocinar es un acto de amor y servicio. "En cada receta busco transmitir mi esencia, mi pasión por la cocina y el deseo de compartir momentos especiales a través de la comida", enfatiza Norma, cuyo emprendimiento Doña Franci rinde homenaje a su madre, fuente de inspiración culinaria.

Desde las aulas de El Impenetrable hasta las costas vírgenes de la Patagonia, la travesía de Norma Luque es un testimonio vivo de resiliencia, creatividad y amor por la tradición culinaria. Su historia nos recuerda que, a veces, los sueños más aparentemente lejanos son los que nos llevan de vuelta a casa, a través de los sabores y aromas que tejen la memoria.