Del sueño a la pesadilla: vende su vestido de 15 a dos mil pesos porque no tiene para comer
La joven de 16 años trata de sacar adelante a su familia que cuenta con una mamá desempleada y cinco niñas pequeñas cuyo padre no cumple con la cuota alimentaria. “El día que lo venda me voy a comprar al chino”, indicó.
La triste historia tiene nombre y se llama Emilce. La adolescente tiene 16 años, es de Buenos Aires y pasó del sueño de toda chica de su edad a la pesadilla a raíz de la necesidad que tiene en su vida cotidiana junto a su familia. A través de Facebook, publicó un aviso en el que ofrece la prenda por $2000 porque no tiene para comer. “El día que lo venda me voy a comprar al chino”, afirmó.
La joven bonaerense está decidida a desprenderse de su vestido favorito para enfrentar la crisis. El símbolo de su noche inolvidable es la alternativa a un presente para el olvido. “Los vestidos de 15 están muy caros hoy en día, yo lo vendo casi regalado, a $2000”, contó.
A su corta edad, ya tiene en claro qué hacer para sobrevivir. Emilse es la más grande en una familia de cinco hermanas, y junto con Zulma, su mamá, sacan adelante a su familia, o al menos lo intentan. “Estoy muy desesperada, tengo cinco hermanitas. Mi padrastro no nos pasa plata y tienen hambre", agregó.
"Necesito ayudar a mi mamá porque es mamá y papá a la vez”, comentó en dialogo con TN acerca de la responsabilidad que tiene por ser la hermana más grande.
Su mamá está desempleada y se la rebusca como puede para ser el sostén de su familia, pero no alcanza. La Asignación Universal por Hijo, los bolsones de comida que reparte el comedor y las rosquitas que venden en la puerta de su casa, son las columnas de una familia que sobrevive.
Según Emilse, en las bolsas de alimentos vienen productos como fideos, arroz y puré de tomate. "No viene carne ni verduras, y la carne sin color no tiene sentido, no tiene gusto a nada", indicó con inocencia.
“Comprar carne y verduras es imposible”, aseguró, al mismo tiempo que proyecta con la potencial venta de su vestido: “El día que lo venda me voy a comprar al chino”, añadió. Una niña, bonita y sobreviviente, que dejó de soñar con sus 15 para vivir la pesadilla de no tener para comer.