Día del Trabajador: entre recortes salariales y temor por perder el empleo
Será un día de conmemoración, pese a todo, pero con la incertidumbre que implican los recortes salariales que inevitablemente están abarcando a la mayor parte de los sectores del trabajo.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - El día del Trabajador del año 2020 quedará signado por una celebración impedida de la reunión con compañeros de trabajo para compartir un asadito, o el locro o la comida acordada para estas fechas. Será un día de conmemoración, pese a todo, pero con la incertidumbre que implican los recortes salariales que inevitablemente están abarcando a la mayor parte de los sectores del trabajo, debido a la crisis económica desatada por el coronavirus, que lógicamente impacta también en Comodoro Rivadavia.
La gravedad de una economía paralizada llevó a perder de vista otro problema. Aun cuando los porcentajes de recortes puedan limitarse a una tercera parte del ingreso habitual, el poder adquisitivo de los trabajadores se ve también diezmado por la inflación. Aunque salió del foco informativo, la suba de precios erosiona hoy el poder adquisitivo sin la posibilidad de discusión paritaria, ya que la prioridad ha pasado a ser la preservación del empleo.
Los trabajadores estatales ya no tienen el triste monopolio del conflicto laboral por no cobrar sus salarios en tiempo y forma. El problema sigue igual o más grave que antes, porque los plazos se han extendido: hoy empieza mayo, pero la mayor parte de los trabajadores y jubilados no cobró todavía marzo.
Sin embargo, hoy el problema se ha esparcido –casi como el contagio del coronavirus- hacia los principales ámbitos del empleo privado, no en este caso por una demora en el cobro, sino directamente por los recortes salariales que podrían sufrir en los próximos meses.
Uno de los sectores más afectados por la crisis es el del comercio. Con más de 10.000 trabajadores en la región, es una de las principales ramas de actividad. A nivel nacional se encuentran avanzadas las negociaciones, aunque el sector empresario pretende abonar un 75 por ciento de los salarios, mientras el gremio propone el 100 por ciento, lo que se podría alcanzar a partir del carácter no remunerativa de la asignación.
“El empleador puede pagar el 75 por ciento y el otro 25 puede ser por el aporte del Estado nacional”, explicó Matías Silva, en referencia a la propuesta sindical. Se trataría de una combinación entre el programa de Atención a la Producción y el Trabajo (ATP), dispuesto por el Estado nacional, con una reducción del costo para el empleador.
“El otro problema es que hay muchos trabajadores no bancarizados y es algo que hemos reclamado a los empleadores”, señaló el dirigente. Es que para activar el ATP se requiere que el empleado tenga una cuenta bancaria en la que el Estado podría depositar el aporte, que según los casos, puede llegar hasta 2 Salarios Mínimo Vital y Móvil, lo que asciende a alrededor de 34.000 pesos.
Por otro lado, también se pueden dar acuerdos individuales, entre comercios y empleados. Es que en muchos casos, la situación llevaría a proponer que la reducción salarial guarde una mayor relación con la caída de ventas, que desde la Cámara de Comercio han estimado en más del 70 por ciento.
El camino de los petroleros
La serie de acuerdos comenzó con el sector petrolero, que por 60 días mantendrá alrededor de 7.300 trabajadores en sus domicilios, por falta de actividad, con la percepción a cambio de un sueldo básico, una vianda y otros complementos que, según ha informado Jorge Avila, se ubican entre un 60 y 70 por ciento del salario habitual.
El acuerdo tiene alcance para los meses de abril y mayo, pero todavía hay dudas en torno a si las empresas de servicio podrán cumplir en su totalidad con lo acordado por las cámaras empresarias y el sindicato. Cada vínculo contractual es un caso específico y las modalidades de servicio también varían, por lo que no hay certezas absolutas de que las contratistas puedan contar con el reconocimiento total por parte de las operadoras.
La situación motivó en los últimos días que el sector empresario inicie gestiones a nivel nacional, con mediación del gobierno municipal, para que se tengan en cuenta esas situaciones, particularmente en lo atinente a las contratistas de YPF.
Si bien se cree que en la próxima semana podrán cubrirse los salarios de abril, las dudas se proyectan fuertemente para el momento en que haya que afrontar el pago de mayo, en los primeros días de junio.
También los trabajadores de la construcción en yacimiento alcanzaron un acuerdo similar con las operadoras, que luego deben ser cubiertos por las contratistas. El titular de la UOCRA, Raúl Silva, reseñó días atrás que el mismo consiste en el pago de 8 horas, una vianda y un adicional de ticket o ‘asistencia’, previsto en el convenio de trabajo. En la práctica, los operarios que están sin actividad percibirían entre el 65 y 70 por ciento de los haberes habituales.
En cuanto a obras públicas y particulares, la lenta reactivación que comienzan a tener los trabajadores de la construcción se notará recién en la primera quincena de mayo, luego de una paralización de casi un mes. Todavía hay problemas para quienes son cuenta-propistas en este tipo de oficios y no logran obtener un permiso de circulación, porque en muchos casos la tarea se realiza en negro y quedan excluidos de la posibilidad de fundamentar por qué necesitan trasladarse a un lugar determinado, más allá de la obvia necesidad de subsistir.
Estaciones de servicio y concesionarias
Vale recordar que en todos los casos, los trabajadores que continúan prestando servicios con normalidad, tienen el derecho a la percepción del salario normal y habitual. Esto se dio en sectores del comercio como los supermercados y otras unidades que pudieron continuar trabajando con normalidad desde el inicio del aislamiento.
Sin embargo, no todas las ramas laborales incluidas en los “servicios esenciales” (y por tanto, exceptuadas de la pandemia), podrán cumplir con ese imperativo legal. Un caso que grafica lo anterior es el de las estaciones de servicio, que aun habilitadas para funcionar, registran una baja de ventas que, al considerar en forma global los combustibles y también las tiendas comestibles y cafés, se ubican alrededor del 90 por ciento. En este sector, se desempeñan alrededor de 500 trabajadores.
A nivel nacional, el sindicato de este sector, SMATA, avanza en una negociación que involucra a las concesionarias automotrices, otro de los ámbitos fuertemente afectados por la cuarentena. La negociación podría concluir en los próximos días, según anticiparon fuentes vinculadas al gremio, por lo que una vez homologado a nivel nacional, bajará a las provincias. Con el piso del 75 por ciento fijado por la CGT y la UIA, se supone que ningún salario debería afectarse por debajo de ese valor, pero la discusión es cómo llegar a conformar ese piso mínimo.
Panaderos complicados
En el sindicato Panadero, aguardan la llegada del 5 de mayo –día de pago de haberes- para conocer si las panaderías cumplen con la totalidad de los haberes, o si avanzan en algún tipo de recorte, como han advertido desde el mes de marzo. “No vamos a aceptar ninguna reducción salarial”, dijo Juan Maldonado, conductor del sindicato que representa a unos 650 trabajadores en Comodoro Rivadavia. “Estamos dispuestos a dialogar y a colaborar en lo que sea necesario, porque sin panaderías no hay trabajo, pero tampoco vamos a sacrificar el salario de los compañeros”, advirtió. Al mismo tiempo, manifestó su desacuerdo con lo establecido a nivel nacional por la CGT, al aceptar recortes de hasta el 25 por ciento de los sueldos de trabajadores de la UIA.
Pesca: suspenden aumento paritario
Desde el sindicato de la Alimentación, Oscar Lapalma advirtió que las empresas pesqueras anunciaron que no pagarán la última cláusula de la paritaria acordada el año pasado, que estipulaba una alícuota del 14 por ciento para el mes de marzo, al tiempo que cuestionó la pretensión de suspender el convenio colectivo de trabajo.
“Hay una disminución en el trabajo, por más que nosotros quedamos exceptuados de la cuarentena –explicó-, por lo que se firmó el protocolo de seguridad, pero con una menor cantidad de materia prima en las plantas. Esto afecta a los trabajadores que ven disminuido su horario de trabajo y el ingreso que va atado al volumen de trabajo”.
En la pesca se desempeñan más de 800 trabajadores, en las plantas de procesamiento en tierra, por lo que se iniciaron las negociaciones para evitar medidas que podrían afectar el ingreso de los trabajadores.
Choferes sin novedad
Otro de los sectores que ha podido continuar funcionando pero en una medida muy acotada es el del transporte público de pasajeros, en áreas urbanas. Desde la UTA se indicó que hasta el momento la perspectiva es que no habría inconvenientes este mes para el cobro de salarios, tras una medida de fuerza realizada semanas atrás a nivel nacional, tras lo que se acordó que el Estado nacional incrementaría las partidas de subsidio para paliar la situación. El caso más complicado es el de Expreso Rada Tilly, que no puede funcionar por ser interurbano, pero hasta el momento en el sindicato no prevén inconvenientes en cuanto al salario de los trabajadores.
Interrogantes compartidos
En una infinidad de situaciones, la incertidumbre alcanza por igual: monotributistas que no pudieron ingresar al IFE (Ingreso Familiar de Emergencia, por 10.000 pesos mensuales), o los que sí ingresaron pero que no les alcanza; trabajadores totalmente en negro que en muchos casos desconocen siquiera dónde preguntar por algún tipo de beneficio. Profesionales autónomos que ven caer sus contratos o posibilidades de desarrollo.
Muchos dirigentes gremiales y trabajadores, sobre todo los de cierta edad, apelan a su memoria y experiencia para confiar en que “esto también pasará”. Recuerdan los años 90, o la crisis del 2001 y 2002, como para dibujar una sonrisa y augurar que sólo queda esperar a que el temporal pase pronto.
Otros, los menos optimistas, agregan: “esto recién empieza”.