RIO GALLEGOS - Un policía que hasta semanas atrás prestaba funciones en el servicio de Alcaidía en El Calafate, fue echado de la Fuerza, luego que se cumpliera el proceso de un sumario administrativo. El agente Jiménez fue quien estaba ingresado ilegalmente a la sede de Río Gallegos de la Asociación Civil Policial. El policía estaba prestando funciones en la Comisaría de El Calafate en el 2014, cuando en un fin de semana, en uso de su franco, viajó a Río Gallegos.

En la madrugada del lunes 1 de septiembre fue apresado luego de romper un vidrio de la sede de la asociación de policías ubicada en la calle Ecuador. La rotura de un vidrio activó el sistema de alarma, por lo que fue alertado uno de los cuidadores, otro policía que vivía a pocos metros.

El hombre fue apresado y demorado en una comisaría de Río Gallegos, donde se constató que se trataba de un efectivo policial que prestaba funciones en El Calafate.

El hecho fue caratulado como “Tentativa de Robo”, por lo que en pocas horas quedó en libertad, y al día siguiente el policía se reincorporó a sus funciones en la Comisaría Primera de la villa turística como si nada hubiera ocurrido.

El caso generó críticas en el interior de la fuerza policial, lo que hizo que días después los jefes provinciales decidieran la separación preventiva de su trabajo.

Los días pasaron, el caso dejó de salir por los medios y Jiménez volvió a vestir uniforme hasta días atrás.

Si bien la causa judicial no tuvo resolución aún, las autoridades policiales terminaron de cumplimentar el sumario administrativo, encontrando al efectivo autor de una falta grave.

Se pudo saber que, días atrás, Jiménez fue notificado de que quedó cesante, según consta en un decreto firmado por la gobernadora Alicia Kirchner, el que se basa en el sumario administrativo de la Policía y el dictamen de la asesoría legal del Ministerio de Gobierno.

Hasta terminar febrero, el policía prestaba funciones en el servicio penitenciario, el que funciona en el edificio de la Comisaría Segunda de El Calafate.

La cesantía significa el despido de la fuerza, sin posibilidades de volver a trabajar en el Estado Provincial por cinco años como mínimo.

Tanto en aquel momento como en la actualidad, diversas fuentes policiales indican que Jiménez estaba bajo tratamiento psicológico porque meses antes se había separado. Su ex pareja había pedido el pase a la ciudad de Río Gallegos y era asistida por la Asociación Civil Policial.

Nunca quedó en claro la real intención que el policía tenía para entrar a esa vivienda que oficia de sede de la asociación.

CASOS

Otro policía de El Chaltén fue exonerado de la fuerza y de la administración pública, con la pérdida de todos los beneficios, incluso jubilatorios. Se trata del cabo Montiel, quien el año pasado fue condenado a 12 años de prisión luego que se comprobara que abusaba de su hijastra desde los 9 a los 13 años.

Durante el año 2015 la denuncia la había radicado la esposa del policía, también efectivo de la fuerza de seguridad en El Chaltén.

En tanto, el agente Quintullanca, que trabajaba en una comisaría de Pico Truncado, también fue cesanteado por una “falta grave”.

En mayo del 2016 la Policía fue alertada de que un grupo de hombres estaba encapuchado intentando ingresar a una vivienda. Cuando los policías llegaron al lugar atraparon a tres jóvenes. Un cuarto se escapó y fue apresado minutos más tarde, resultando ser el agente de policía que vestía de civil.

Todos quedaron en libertad pero involucrados en una causa por “Tentativa de Robo”, pero al agente le costó el puesto del que fue echado recientemente, también con un sumario en su contra y la firma de un decreto de la Gobernación. (Ahora Calafate / La Opinión Austral)

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