El emotivo encuentro del nene que se ahogó con un caramelo y la policía que le salvó la vida
Maribel Huaiquil fue destacada por su "profesionalismo y valor ante la angustia de la familia".
El pasado jueves 30 de mayo, se vivió un emotivo encuentro entre la suboficial de policía Maribel Huaiquil y Mirko, el menor de 5 años al que le salvó la vida.
Cabe recordar que el martes 28 de mayo por la noche, una mujer policía en la Patagonia, salvó a un nene que se ahogó con un caramelo y no podía respirar. El hecho sucedió en la ciudad de Río Gallegos, Santa Cruz.
Los padres del menor, Franco y Carolina, se acercaron hasta la Comisaría Sexta pidiendo ayuda. De esta manera una suboficial que se encontraba prestando servicio, realizó una acción de primeros auxilios y salvó al menor de edad. Mediante la maniobra de Heimlich -compresiones abdominales-, pudo salvar al niño, quien lanzó el caramelo.
De esta manera, fue trasladado al hospital local, donde constataron que se encontraba en buen estado de salud y fue dado de alta.
Luego del tenso momento y tras un final feliz, la suboficial se reencontró con Mirko y su familia. Allí, se sacaron una foto, el niño se llevó un juguete de regalo -un auto de policía- y dijo: “Quiero ser policía de grande”.
Según informó La Opinión Austral, se realizó un acto protocolar donde reconocieron a Maribel Huaiquil por su valorable acción.
En el encuentro, destacaron su "profesionalismo y valor ante la angustia de la familia. Ella actuó con rapidez con destreza. Gracias al proceder pudieron contener a la familia, los policías Enzo Ayala, Emiliano Oyarzún y Fabiana Palacios, para que Mirko pueda ser atendido por profesionales".
Por su parte, Huaiquil señaló que “tengo 20 años de servicio. Todas las guardias son distintas. Siempre hay que presentarse de manera fresca, estoy nerviosa y emocionada. Hoy tenemos a Mirko bien, que va a poder festejar su cumpleaños número seis”.
“Siempre es muy lindo salvar una vida. Esta vez la ambulancia tardó poco en venir y cuando llegó, Mirko ya estaba sonriendo con mi campera puesta”, añadió.
“No hay mayor oro que verlo sonreír. Pensé que ahora me iba a tener miedo porque lo sacudí”, indicó. “Este es el primer abrazo posterior, ayer (por el miércoles) hablaba con su mamá y él me gritaba ‘gracias”’, concluyó.