El plazo fijo tradicional pierde frente a la inflación y el PF UVA se estiró a 180 días, ¿hay opciones para cubrirse?
La reducción que aplicó el Banco Central sobre la tasa de interés para el plazo fijo tradicional, que pasó del 133 al 110% anual, más el reciente cambio dispuesto para desalentar el plazo fijo UVA complican a los pequeños ahorristas, que se quedan sin los instrumentos más conocidos para intentar cubrirse frente a una inflación que seguirá erosionando los ingresos en el verano 2024.
Los depósitos a 30 días pierden hoy claramente frente a la inflación, ya que ofrecen un rendimiento del 9%, contra una inflación que diciembre estaría proyectada cerca de 3 veces más, con enero que arrancó con otra suba de combustibles y productos alimenticios, además de todas las desregulaciones tarifarias en marcha.
Tras la disparada inflacionaria, parecía que el plazo fijo UVA, que se actualiza a partir de un indicador que toma como base el Índice de Precios al Consumidor, volvería a tener efectividad, para preservar al menos una parte importante de los ahorros frente al avance de los precios.
Sin embargo, el cambio introducido por el Banco Central en los últimos días de diciembre, para exigir que el plazo mínimo de inmovilización de los fondos se extienda a 180 días, en lugar de los 90 que regía hasta la semana pasada, hizo perder el incentivo por este instrumento.
CÓMO FUNCIONA AHORA EL PLAZO FIJO UVA
Ya no es atractivo depositar un monto de dinero en pesos, para recuperarlo dentro de 6 meses, con una actualización que podría quedar muy por detrás de la inflación acumulada en ese período. Hay que recordar que este sistema toma en cuenta parte de la inflación pasada, que ahora será de los 3 meses anteriores (antes era de los 45 días previos) y los 3 meses siguientes.
Para poner un ejemplo, un ahorrista que deposite 1 millón de pesos en un plazo fijo UVA, su capital se vería actualizado por una fórmula que toma en cuenta la inflación de los 3 meses previos (si lo hiciera hoy, 3 de enero, esto abarcaría los meses de diciembre, noviembre y gran parte de octubre) y los 3 meses siguientes (gran parte de enero, febrero y marzo). Pero el capital recién podría cobrarlo el 3 junio, dentro de 6 meses.
Un sistema de ahorro en esas condiciones da escasas certezas sobre el resultado. Primero porque ahora está tomando un mayor número de meses con (relativamente) “baja” inflación, ya que el 12,8% de noviembre y el 8,3% de octubre quedan muy por debajo de lo que arrojará diciembre y probablemente también enero y febrero, por encima del 20%.
La otra consecuencia de este instrumento es que podría quedar muy desfasado frente a la posible suba del dólar, que algunos analistas empiezan a vaticinar a partir de la mayor demanda que habrá de importadores en las próximas semanas, alimentando a su vez la presión inflacionaria para el segundo trimestre del año, cuando ya esos índices no apliquen sobre la actualización del plazo fijo UVA.
Por otro lado, si el ahorrista quisiera precancelar antes de los 180 días, recibiría una tasa mensual de sólo un 7% por cada mes en el que mantuvo el depósito, lo que significa una pérdida de buena parte del capital depositado, que el ahorrista había llevado al banco con la intención de preservarlo.
EL REFUGIO DEL DÓLAR QUE PUEDE PRESIONAR LA BRECHA CAMBIARIA
Frente a ese panorama, hay analistas que recomiendan instrumentos de ahorros en dólares, que tal vez por su mayor grado de sofisticación (aunque hoy son mucho más accesibles a través de aplicaciones tecnológicas) quedan lejos del alcance de muchas personas, aun cuando logran sostener una determinada capacidad de ahorro.
En un informe anterior de ADNSUR, la especialista María Moyano, de Adcap Grupo Financiero, dio algunas sugerencias sobre este tipo de instrumentos, en especial los bonos corporativos vinculados a empresas energéticas, como YPF u otras vinculadas al petróleo y energía en general, ya sea en Obligaciones Negociables o acciones. También hay expertos que sugieren la búsqueda de los llamados CEDEARS, que permiten la compra en pesos y la venta en dólares.
Para una mayoría de gente común, con menor propensión al riesgo en este tipo de inversiones, la alternativa más viable pasará por la compra de dólares en el mercado paralelo, por eso hay quienes advierten que esto podría provocar nuevas presiones sobre la brecha cambiaria. Esto se vería potenciado además por la mayor demanda de dólares que comenzará a verificarse por la necesidad de importadores para pagar sus productos, de ahí que los medios especializados en finanzas ya advierten que esto podría recalentar la cotización del dólar oficial, al quedar, dentro de algunas semanas, nuevamente atrasado frente a la inflación (retroalimentando, a su vez, una nueva suba de precios en caso de que haya una nueva devaluación).
Otra alternativa para pequeños ahorristas el dólar MEP, que puede adquirirse en forma regular a través de bancos o entidades financieras, que además en las últimas horas tuvo cambios en la reglamentación para facilitar su acceso. En efecto, el Banco Central eliminó la restricción que regía desde abril del año pasado, cuando se había dispuesto autorizar sólo una compra por mes de este tipo de activos.