El suelo: otro recurso no renovable que empieza a escasear en comodoro
Entre las recomendaciones se sugirió minimizar el movimiento de suelos y la extracción de cobertura vegetal
COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) - Un grupo de investigadores (*) del departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud, elaboraron un informe donde se señala que una parte significativa de los materiales movilizados durante la tormenta deriva de la pérdida de suelo ¿Qué es el suelo? De acuerdo a FAO (2015) “El suelo es la capa superficial de la tierra, delgada y vulnerable. Está compuesto por partículas minerales, materia orgánica, microorganismos, agua y aire. Los procesos formadores del suelo son muy lentos y requieren largos períodos de tiempo. En las praderas de climas templados, se necesitan 100 años para formar 1 a 2 cm de suelo. Como su (re)generación es muy lenta, el suelo debe considerarse como un recurso no renovable”.
Algunos de los condicionantes en relación a la altísima cantidad de sedimento que se movilizó a la ciudad son:
1) La etapa previa de sequía, con precipitaciones decrecientes que alcanzaron 134 mm en el año 2015.
2) La pérdida de cobertura vegetativa relacionada a la explotación humana de los recursos naturales en las áreas de cabecera y por crecimiento de la ciudad. Se incluyen aquí caminos, más de 3000 locaciones petroleras, obras de ingeniería y viviendas en todas las cuencas de drenaje. La industria hidrocarburífera ha avanzado con un desarrollo progresivo de caminos, instalaciones y locaciones de pozo de mayores dimensiones a lo largo del siglo XX y XXI en todos los cañadones que se encuentran aguas arriba de la ciudad, y la ciudad ha avanzado aguas arriba con loteos en los márgenes (y en algunos casos) dentro de los valles fluviales, y en depresiones cerradas (bajos endorreicos).
La recomendación es minimizar el movimiento de suelos y la extracción de cobertura vegetal para el desarrollo de caminos, locaciones de pozos petroleros u otras instalaciones urbanas o industriales. Esto implica evitar la ubicación de caminos, locaciones de pozos u otras instalaciones en laderas de pendientes moderadas a abruptas. A mayor pendiente, mayor es el movimiento de suelo necesario para su emplazamiento y mayores son las dimensiones de los taludes necesarios para su estabilización. Estos taludes, inconsolidados y libres de cobertura edafológica y vegetal, dejan desprotegidos a los agentes externos a los sedimentos que los conforman, favoreciendo el desarrollo de formas hídricas erosivas, y favoreciendo el transporte de sedimentos pendiente abajo.
Se sugiere además un plan de revegetación que facilite el desarrollo de suelo en los taludes y locaciones de pozo en desuso. Para tal fin se sugiere la reutilización de la capa superficial del suelo extraído en otras obras en desarrollo y el escarificado del perímetro de grandes locaciones. También debería considerarse un plan de revegetación de caminos circundantes a la ciudad que estén en desuso o sean innecesarios.
INUNDACIONES EN ZONA SUR: BARRIOS CONSTRUIDOS SOBRE UNA ANTIGUA LAGUNA
Barrios como Juan XXIII y Pueyrredón se encuentran emplazados, según mapas del año 1929, en zona de una laguna que coincide casi exactamente con las áreas inundadas de esos barrios, al igual que lo ocurrido en un sector de barrio Laprida, donde había un antiguo mallín.
“En la reciente experiencia, se ha visto que el entubamiento de las colectoras es desastroso, por cuanto su obstrucción por sedimento o desechos urbanos inutiliza rápidamente las mismas, buscando el agua nuevas rutas hacia los puntos más bajos de la ciudad, o generando endicamientos que favorecen desbordes hacia zonas de menor pendiente. Una consecuencia directa de la redirección de los flujos de tormenta hacia zonas de menor pendiente fuera de las colectoras es que el flujo se desconfina, reduce su velocidad y comienza a depositar su carga en transporte. En el evento reciente, el principal mecanismo depositacional dentro de los barrios de la Zona Sur se asocia al escurrimiento por rutas alternativas de menor pendiente a la de las colectoras diseñadas para ello, que derivó en la depositación de centenas de miles de toneladas de sedimento dentro de la ciudad”.
Por ello se recomienda la colectoras pluviales a cielo abierto, de mayor dimensión que las existentes, para prevenir futuras inundaciones. También se recomienda un canal abierto en avenida Chile, que coincide con un antiguo cañadón de escurrimiento de lluvias.
(*) Paredes, J.M., Ocampo, S.M., Foix, N., Olazábal, S.X., Fernández, M.A., Montes, A., Castro, I., Maza, W., Allard, J.O., Rodríguez, S., San Martín, C., Simeoni, A., Mendos, G., Quagliano, J.A., Turra, J.M., Maino, J., Sánchez, F., Valle, M.N., 2017. Sistemas fluviales efímeros e inundaciones repentinas de la ciudad de Comodoro Rivadavia: causas, procesos y mitigaciones. Informe Técnico FCNyCS. UNPSJB, p. 1-44. Comodoro Rivadavia.