El cardiólogo Gabriel Manos conversó en exclusiva con ADNSUR, sobre un considerable aumento de urgencias cardíacas en los últimos meses, ante un contexto económico de mucha incertidumbre y aseguró que “desde hace más de 50 años se observa que -ante situaciones de estrés intensas- se produce un aumento logarítmico de los accidentes cerebrovasculares y del infarto agudo de miocardio”.

Esto se demostró, por ejemplo, cuando ocurren terremotos, y ha quedado en evidencia recientemente “en la época del covid por el estrés que desencadenó la pandemia, el encierro, la depresión y el estrés y hubo un aumento importante de la incidencia de infartos de corazón e infartos cerebrales”, explicó el profesional.

SITUACIONES DE ESTRÉS

Lo que sucede -señaló el cardiólogo- es que “ante una situación de estrés como esta, se produce un aumento de la circulación de catecolaminas”. Y ejemplificó, “es como que un motor que tendría que ir normalmente regulando a 80 kilómetros por hora nos está llevando a 180 y eso produce un desgaste y una situación fisiológica que hace que el corazón se acelere, que aumente la presión arterial, que los vasos sanguíneos estén en un estado de hipercoagulabilidad”, detalló.

"Ante situaciones de estrés intensas, se produce un aumento logarítmico de los accidentes cerebrovasculares y del infarto agudo de miocardio".

Entonces -agregó- "se pueden formar coágulos, lo que se llama accidentes de placa aterosclerótica, es decir, todos tenemos algo de aterosclerosis en las arterias, que son como plaquitas de colesterol que están en las paredes, pero cuando se produce el estrés y hay estas catecolaminas que están circulando, se puede producir rupturas de estas placas, tanto a nivel cerebral como a nivel de los vasos sanguíneos del corazón. Esto es lo que lleva a un accidente cerebrovascular o un infarto, además de otras cosas porque también otros órganos se pueden ver afectados".

ECONOMÍA Y SALUD

En relación a las preocupaciones económicas y la pérdida de poder adquisitivo de la población, el médico indicó que “se produce un círculo vicioso, la alimentación sobre todo en nuestra zona que es tan cara, en comparación del resto del país y el hecho de que realizar una dieta sana, es mucho más costosa y mucho más laboriosa, entonces se funden dos aspectos: el costo y el tiempo que conlleva hacer una comida sana. Y hace que uno tenga más tendencia a comer ‘chatarra’ y lógicamente todo eso se suma al efecto del estrés”.

Actualmente -destacó- “eso ha aumentado en forma importante la incidencia de urgencias cardiológicas en nuestro centro. Lo que va en los últimos seis meses prácticamente se ha duplicado”, comunicó alertado.

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