“Siempre me gustó lo relacionado con el ambiente”, dice Mariana Andrea Buzzi cuando explica las razones que la llevaron a estudiar la licenciatura en Protección y Saneamiento Ambiental. La docente e investigadora de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) cuenta que siempre participó en ONG, pero no sabía cuál era el campo que estudia lo relacionado con el ambiente. Siempre decía que iba a estudiar biología, hasta que descubrió que existía el campo ambiental.

“Cuando descubrí que había una carrera ambiental, no lo dudé, porque siempre me gustó más la parte de ecología y diversidad”, dice a ADNSUR al recordar esos tiempos. Hoy, Buzzi es docente de dos materias de la carrera que estudió: Tratamiento de Residuos Sólidos y Protección del Paisaje, Flora y Fauna. Además, participa en diversos trabajos de investigación, entre ellos, un proyecto que analiza el proceso de tratamiento de los residuos de la industria pesquera de Puerto Deseado.

La investigación tiene como objetivo mejorar algunos parámetros físico-químicos para optimizar el proceso de biorremediación. El mismo cuenta con la participación de los licenciados Maximiliano Méndez Rosa y Facundo Maldonado, docentes de la casa de estudios que dirigen la tesis de dos estudiantes de la misma carrera.

Recientemente, la docente también participó en una estancia de investigación en Toluca, México. Desde diciembre hasta principios de febrero estuvo en el Centro de Investigación en Desarrollo Sustentable de la Universidad Autónoma del Estado de México, trabajando en el campo de la educación ambiental.  

“Ya había estado ahí hace seis años, cuando gané una beca de la Universidad y fui a hacer parte de mi doctorado con una especialista en modelos de distribución de especies y teledetección”, cuenta la investigadora a ADNSUR. “Ella me orientó para hacer el último capítulo de la tesis, que de hecho fue lo más valorado del trabajo, y ahí hicimos el primer contacto. Desde ahí, siempre estuvimos trabajando un poco a distancia, haciendo publicaciones, trabajando en educación ambiental, en la parte de gestión de residuos, y ahora tuve la oportunidad de volver a ir.”

Desde diciembre a principios de febrero, la investigadora participó de esta estancia de investigación en México. Foto: Archivo personal.
Desde diciembre a principios de febrero, la investigadora participó de esta estancia de investigación en México. Foto: Archivo personal.

Esta vez, la investigadora trabajó junto al doctor Fernando Barreto, investigador de ese Centro de Estudios que trabaja en gestión de residuos, e hizo varios proyectos en el municipio de Toluca y otras ciudades cercanas.

La estancia de investigación estuvo orientada principalmente a la educación ambiental, conociendo de primera mano un proyecto alemán en el que se está trabajando. El mismo, según explicó Marina, busca “hacer profesionalización docente en cuestiones ambientales”. 

Al respecto, la docente explica. “Lo que se busca es ver de qué manera los docentes estamos dando educación ambiental, porque de alguna manera hoy está limitada a cuestiones de efemérides ambientales. Esos días se hacen cosas en las escuelas, los jardines y las instituciones, pero la realidad es que eso no es una educación ambiental que produzca un cambio de actitud dentro de la sociedad”.

"Entonces, la idea es que el trabajo se haga con continuidad y no esté solamente limitado a gente que se dedica al ambiente, sino que esté interiorizado en otras formaciones. Por ejemplo, ellos la incorporaron en algunas carreras: el cirujano y el dentista tienen educación ambiental. Acá ni siquiera los médicos la tienen, y el problema es que eso repercute en la gestión de los residuos. Entonces, falta un poco de conciencia y educación."

En México se está trabajando en un proyecto alemán que apunta a otra mirada de la educación ambiental. Foto: Archivo personal.
En México se está trabajando en un proyecto alemán que apunta a otra mirada de la educación ambiental. Foto: Archivo personal.

Modernizar para mejorar

Según explica la docente, “la educación ambiental empezó en la década del 70 y la realidad es que no ha cambiado demasiado”. En ese sentido, es categórica: “tenemos que empezar a pensar un poco en eso. Argentina tiene la ley de educación ambiental integral, que no la tiene México ni otros países. Entonces, eso plantea un quiebre; lo plantea la legislación así, pero hay que aplicarlo”.

En este sentido, la investigadora plantea la importancia de trabajar la educación ambiental comunitaria. “Es algo muy interesante. Ellos tienen muchos tesistas de doctorado que hicieron su trabajo con comunidades, entonces poder rescatar cómo están trabajando en las comunidades es lo más importante. En San Jerónimo de Puerenchécuaro, una localidad indígena que está cerca de Toluca, por ejemplo, las comunidades tienen bien trabajadas algunas cuestiones en conservación, diversidad y medio ambiente. Actualmente, están formando líderes comunitarios y están trabajando en la recuperación del lago Pátzcuaro".

Según explicó Buzzi, el lago ha bajado su nivel de agua y esto afecta a las especies endémicas que viven en la zona. El objetivo de la comunidad es tratar de revertir esa situación, y la forma de hacerlo es trabajar con la gente del lugar. 

Ese trabajo se podrá ver en el próximo simposio de Educación Ambiental que se realizará el 5 y 6 de octubre a nivel internacional, con la Universidad de Comodoro como una de las instituciones convocantes. Para Buzzi, esa iniciativa tiene doble valor, en virtud de que el ámbito académico sale a la comunidad y promueve otro tipo de educación ambiental. 

Buzzi en Casa Mora, Toluca, donde junto a otros profesores dictó un curso titulado : "Abordaje crítico del desarrollo económico y sustentable: hacia la sustentabilidad alterna". Foto: Archivo personal.
Buzzi en Casa Mora, Toluca, donde junto a otros profesores dictó un curso titulado : "Abordaje crítico del desarrollo económico y sustentable: hacia la sustentabilidad alterna". Foto: Archivo personal.

La investigadora, que también estuvo en Guatemala, trabajando en un proyecto vinculado a la sustentabilidad alimentaria, está convencida que se puede promover otro tipo de educación ambiental en Comodoro. Sin embargo, considera necesario, pensar el problema a nivel local. 

“En general, a nivel mundial, estamos en una situación bastante complicada respecto a los residuos, o por lo menos en lo que se proyecta de acá a unos pocos años. Comodoro, en cuanto a la generación de residuos, es un poco más alta que la media nacional. Eso se relaciona con los hábitos de vida, pero la realidad es que no hay demasiados datos que digan qué se genera; sí hay generalidades. Entonces, primero sería interesante saber qué cantidad generamos y qué tipo de residuos para hacer propuestas más integrales. Por otro lado, tenemos que pensar cómo abordar las agendas globales y los objetivos ODS. Si bien son agendas globales, lo tenemos que ajustar a nuestra situación, porque no es lo mismo Europa que América Latina, ni Buenos Aires que Comodoro. Pero con esta mirada un poco más amplia, debemos preguntarnos de qué manera estamos haciendo educación ambiental”, se pregunta la investigadora, abriendo el interrogante para repensar cómo se está trabajando la educación ambiental en Argentina.

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