Alrededor de las 15.50 horas de la tarde, una hora y media previa al clásico, "Nacho" salía de una reunión de trabajo e iniciaba el recorrido hacia la casa de su papá, para ver juntos el Boca-River. El joven era peluquero y, desarrollaba varias tareas en ese rubro, era socio en una barbería de Villa Ballester, y fuera de ese horario sumaba ingresos extra atendiendo a domicilio.

El tránsito del domingo era tranquilo: él cruzó la avenida Balbín, en San Martín, arriba de su moto, pero en segundos terminó en el aire, impactado por un patrullero que cruzó el semáforo en rojo. Pocos minutos después murió.

Ignacio Yustos tenía 21 años y en Harlem Barber Club lo recuerdan como "una gran persona, con mucho futuro por delante". El día previo había visitado a su abuelo Pedro para cortarle el pelo.

"Me lo rompieron todo", se lamentó el hombre en un corte de tránsito que organizaron amigos y familiares este lunes a la mañana para pedir justicia.  "Lo tiró contra la heladería Chinin y me lo rompió todo, lo descerebró", dijo Pedro al tiempo que la mamá de Ignacio se encontraba con la fiscal Ana De Leo para conocer los avances en la investigación.

El vehículo que lo impactó era una Ford Ranger de la Policía bonaerense conducida por la oficial Agustina Gutiérrez, de 24 años. En medio de un supuesto operativo de escolta para una ambulancia, la camioneta cruzó un semáforo en rojo.

"Se les había perdido. La ambulancia dobló en la calle Tres de Febrero, dos cuadras antes de Pueyrredón, y no sé, se ve que ellos quisieron alcanzarla. Ellos siguieron derecho (por Balbín), se dieron cuenta de que la perdieron y, como el semáforo estaba en rojo, aceleraron. Ellos venían mal, no sé a qué velocidad venían. Mi nieto cruzó en verde y lo chocaron", trató de explicar el abuelo de la víctima.

Y advirtió: "No había sirena, no venían con la sirena. Nacho, mi nieto, tenía 21 años, laburaba de la casa a la peluquería, de la peluquería a la casa. Hacía cortes a domicilio. Era hermoso, no tengo palabras para definir lo que era mi nieto".

Ignacio iba en su moto, una Zanella color azul y, a pesar de que llevaba puesto su casco de protección y que apenas había tomado velocidad en el cruce, la velocidad del patrullero fue tal que le produjo una fractura de cráneo con desprendimiento de masa encefálica.

Lo derivaron de urgencia al Hospital Inter zonal General de Agudos Eva Perón (ex Castex), a unas 11 cuadras del lugar del hecho. Sin embargo, las heridas fueron tan graves que murió antes de llegar.

Según el relato de la oficial Gutiérrez, que iba acompañada por el oficial Claudio Vázquez, habían acelerado para abrir el paso de la ambulancia que escoltaban pero, con las imágenes de las cámaras de seguridad, se confirmó que ni antes ni después del siniestro la ambulancia pasó por este cruce.

El protocolo en estos casos es claro: las patrullas policiales deben utilizar las sirenas y frenar en las esquinas para asegurarse de que nadie esté circulando cuando pretenden cruzar, ya sea en ante una emergencia o no. De acuerdo a la investigación, solo iban con las balizas encendidas, no con las sirenas.

Un padre sin consuelo

“Queremos que se haga justicia por mi hijo, que era un pibe laburante y fuerte y buen hijo”, dijo el papá de "Nacho", Juan Yustos, al canal C5N.

Afirmó que su hijo había ido a comprar “una heladerita para una barbería” y al momento del hecho se dirigía a ver el superclásico Boca-River con él y le llevaba una picada.

“A la tarde íbamos a ver el partido juntos. Me traía una picada, que quedó tirada acá, por lo que me dijeron”, contó Juan.

“A mi hermano le avisó la Policía, lo fueron a buscar a la casa. Todo el tiempo decían que venían escoltando la ambulancia, pero tres testigos que se quedaron ayudando a mi sobrino nos decían que eso no pasó. Y después quedó comprobado con el video, no se ve eso que ellos dicen”, dijo Mónica Yustos, tía y madrina de “Nacho”.

“No sé qué quisieron inventar, qué quisieron hacer. Sólo sé que en un segundo se llevaron la vida de mi sobrino. Queremos justicia por ‘Nacho’, vamos a seguir hasta la lo último. Mi hermano y mi cuñada están destrozados, era mi único sobrino, su único hijo varón, están destruidos”, añadió la mujer.

Ignacio trabajaba como peluquero desde los 17 años. Cuando lo atropellaron regresaba de Villa Ballester, de la peluquería de un amigo, para conversar con él porque iba a sumar trabajo a la mañana.

La investigación quedó en manos de la fiscalía N° 4 de San Martín, especializada en delitos culposos, a cargo de Ana De Leo.

Fuentes judiciales confirmaron que De Leo solicitó al Juzgado de Garantías N° 1 que formalice la detención a la oficial, que desde ayer permanece bajo arresto. Así, deberá esperar tras las rejas que avance la investigación.

Este lunes por la tarde será indagada por el delito de "homicidio culposo agravado", que prevé una pena de cinco años de prisión e inhabilitación especial por cinco a diez años para conducir.

En tanto, su compañero, que había sido detenido durante las primeras horas, declaró como testigo en la causa y no se tomará ninguna medida restrictiva de su libertad contra él.

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