Investigadoras del CONICET revelaron aspectos desconocidos de pinturas rupestres halladas en la Patagonia
Además fue publicado en una prestigiosa revista de ciencia internacional. Las científicas Judith Charlin y Liliana Manzi, quienes llevaron adelante el trabajo, dieron detalles de la técnica utilizada para obtener las muestras y su posterior análisis.
Judith Charlin y Liliana Manzi, investigadoras del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) revelaron aspectos desconocidos de pinturas rupestres halladas en la Patagonia. El trabajo fue publicado en la prestigiosa revista de ciencia internacional Journal of Archaeological Science: Reports. Las dos investigadoras dieron detalles de la técnica utilizada para obtener las muestras y su posterior análisis.
El trabajo se llevó a cabo sobre la zona del campo volcánico Pali Aike, ubicado en el límite entre Santa Cruz y la región chilena de Magallanes. Asimismo, sobre el alero Romario Barría, localizado en la cuenca del Río Gallegos y en el marco de la investigación, las científicas pudieron dar cuenta de que las representaciones halladas en la zona, tienen una antigüedad de 3.100 años, superior a los 2.000 que se creía.
Cabe destacar que las profesionales obtuvieron los primeros fechados carbónicos directos por AMS de las pinturas rupestres.
Por otra parte, las investigadoras llegaron a la conclusión de que los resultados hallados proporcionan las primeras dataciones de las actividades pictóricas en el campo volcánico Pali Aike, asignadas al “Estilo Río Chico” y extendiendo su antigüedad aproximadamente 1.000 años.
Cabe señalar que este estilo está representado por figuras geométricas realizadas a partir de trazos lineales y predomina el color rojo en más del 90% de las mismas. En tanto, colores como el negro o blanco se encuentran en menor cantidad.
En este sentido, Judith Charlin, que es investigadora del CONICET en el Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH, CONICET), habló sobre el trabajo y señaló que “lo que nos mostraron las dataciones radiocarbónicas realizadas por Alejandro Cherkinsky, investigador del Centro de Estudios de Isótopos Aplicados de la Universidad de Georgia (EE.UU), es que el rojo es el color que ha sido más utilizado, desde 3.120 ±60 años A.P. (Antes del Presente). Mientras que el rojo se utilizó durante miles de años, el negro, en cambio, se comenzó a usar durante los últimos 760 años A.P., razón por la cual son mucho menos frecuentes los motivos en este color. De todas formas, es necesario que realicemos más dataciones para confirmar esto”.
Además, aclaró que “la muestra de pintura blanca no tenía la cantidad suficiente de materia orgánica para ser fechada, así que no tenemos ninguna cronología absoluta para el uso de ese color, aunque suponemos que fue anterior al negro, según lo indican las superposiciones de motivos negros sobre blancos”.
Por otro lado, en cuanto a la actividad pictórica, explicó que se encuentra relacionada al aumento en la intensidad de ocupación de sitios en la zona, durante los últimos 3.500 años AP y con un “uso prolongado y recurrente”.
“Los sitios con representaciones rupestres que estudiamos en general están asociados con vías o sectores de circulación. El estudio de su ubicación en el paisaje, a través de los sistemas de información geográfica (SIG), muestra que estos sitios no se encuentran asociados con lugares donde haya mucha abundancia y diversidad de restos arqueológicos”, explicó la investigadora.
CUÁLES FUERON LAS TÉCNICAS UTILIZADAS
“Con respecto a las técnicas, sabemos que se han usado los dedos y también alguna suerte de pincel que pudo estar hecho a partir de restos vegetales o de pelos de guanaco o humanos. Aunque no hay evidencias al respecto, y es muy poco lo que sabemos, nos damos cuenta por las diferencias en el ancho de los trazos cuándo se trata de dedos y cuándo de pinceles. Pero eso es algo que estamos evaluando de acuerdo a cómo se dispersa la pintura. Estamos haciendo análisis de huellas dactiloscópicas, denominadas paleodermatoglifos, algo innovador para nuestro país. Lo estamos haciendo con gente especialista en criminalística. Hemos ido al campo a tomar huellas digitales en las pinturas rupestres para identificar sexo y edad de los/las pintores/ras”, indicó Charlin.
Además, a través de la técnica conocida como espectroscopía Raman, durante el análisis de la composición de las pinturas rojas encontraron que el pigmento más utilizado fue la hematita, procedente de afloramientos volcánicos de la región. Cabe señalar que el basalto, alterado por meteorización, que es el proceso de transformación de color, textura, composición o firmeza de rocas y minerales a partir de la acción del agua o el ambiente, produce la hematita. De esta forma se pudo determinar que la materia prima para la pintura fue obtenida localmente.
“Para obtener las muestras que datamos raspamos la superficie de las pinturas en una porción muy pequeña para no dañar la conservación de estas evidencias. Tenemos análisis en marcha por difracción de rayos X en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA para identificar la composición de los pigmentos negros y blancos. Por el momento, lo que sabemos de los negros es que no parecen ser de carbón, sino óxido de manganeso, y los blancos, carbonatos. Pero estos análisis están en marcha y aún no tenemos los resultados. Y lo que hay hecho en la zona anteriormente es muy escaso”, explicó la investigadora del CONICET.
Asimismo, remarcaron que los fechados carbonizados fueron posibles, gracias a la presencia de otras sustancias orgánicas como restos vegetales o huesos de fauna molidos. “En la meseta central de Santa Cruz, se habla también de uso de tejido y grasa de herbívoros (muy probablemente guanacos) y albúmina (clara) de huevos de cauquén o choique. Por eso, lo que se está datando de estas pinturas es justamente la parte orgánica de su composición”, concluyó.