La búsqueda de sus orígenes: la enfermedad de su hija impulsó a Bárbara a encontrar a su madre biológica
Bárbara Soledad, de 36 años, nació en Comodoro Rivadavia pero fue adoptada y criada en Buenos Aires. Hace una década inició la búsqueda de su madre biológica, impulsada por el diagnóstico de leucemia de su hija Martina, con la esperanza de encontrar un posible donante de médula ósea.
Bárbara Soledad tiene 36 años, es Comodoro Rivadavia pero vive en Buenos Aires desde muy pequeña. Su acta de nacimiento indica que nació el 24 de febrero de 1988 en una clínica de esta ciudad. Pero ese es el único dato que tiene sobre su identidad. A pocos días de su nacimiento, la entregaron a una familia que la adoptó y crió con amor, vendieron todo y se fueron de la ciudad. "Desde muy chica me enseñaron que había sido adoptada, pero siempre sentí la necesidad de conocer mis raíces", dijo. Sin embargo, el diagnóstico de leucemia de su hija Martina, cuando tenía cuatro años, intensificó su deseo de encontrar respuestas.
Reconocerse en otro rostro o en otra voz. Saber que hay alguien que tiene su misma sangre. "No tengo ningún familiar que se parezca a mí, eso fue lo que más me tocaba", cuando decidió iniciar esta búsqueda hace ya diez años.
Su familia adoptiva le había contado que fue entregada a pocas cuadras del hospital donde nació. "No sé si mi madre sabía que yo nací o si le dijeron que había muerto. Mis padres vendieron todo en Comodoro para mudarse a Buenos Aires poco después de mi nacimiento", explicó.
“Me entregaron a mi hermano, quien fue a buscarme a pocas cuadras del hospital", relató. Bárbara estima que su madre biológica podría haber sido de la localidad de Sarmiento. "Es posible que los padres de mi mamá no quisieran que me tuviera".
EL DIAGNÓSTICO DE SU HIJA
Bárbara fue criada en Buenos Aires, donde vivió una infancia tranquila con sus padres adoptivos. Sin embargo, la llegada de su hija Martina, diagnosticada con leucemia a los cuatro años, reavivó su deseo de encontrar a su madre.
"Cuando me enteré del diagnóstico, pensé en la posibilidad de necesitar un donante de médula ósea de un familiar directo. Eso me impulsó aún más a buscar", explicó.
Bárbara reconoce que las expectativas de encontrar a su madre son bajas. "No he tenido tiempo para imaginar cómo sería encontrarla. Solo deseo recibir algún dato que me ayude", dijo. Sin embargo, mantiene la esperanza de que esta búsqueda no solo le brinde respuestas sobre su pasado, sino también una oportunidad para ayudar a su hija en el futuro.
“Conocer mis orígenes es fundamental no solo para mí, sino también para mis hijos. Quiero darles respuestas sobre quiénes somos”.
A pesar de las bajas expectativas, Bárbara mantiene la esperanza de que esta búsqueda le brinde no solo respuestas sobre su pasado, sino también una oportunidad para ayudar a su hija en el futuro. Conocer sus orígenes es fundamental, no solo para ella, sino también para darles a sus hijos las respuestas que necesitan sobre quiénes son.