COMODORO RIVADAVIA (ESPECIAL PARA ADNSUR / Por Raúl Figueroa)-  En junio el país tuvo el mayor déficit comercial de los últimos años, a raíz de la caída de exportaciones y aumento de las importaciones. Ese desequilibrio toca de cerca a Chubut: es que entre los rubros que mayor retracción tuvieron aparece la venta externa de petróleo crudo, con una merma de 88 millones de dólares y un retroceso del 51% en relación al mismo mes del año anterior, sumándose a la baja registrada en mayo, con 100 millones de dólares menos que la exportación de igual mes de 2016.

Las cuentas públicas provinciales también acusan el impacto de la menor actividad: entre enero y abril, las regalías ingresadas a la provincia sumaron apenas 96,1 millones de dólares, un retroceso que pone en duda la meta del ministro Pablo Oca para llegar al menos a un monto de 300 millones de dólares en el corriente año.

Mientras la carrera política juega su propia dinámica para llegar a renovar dos bancas que corresponden a esta provincia en la Cámara de Diputados de la Nación, las señales de alerta de la economía nacional plantean interrogantes que tienen fuertes ecos en esta región.
ECONOMÍA EN CRISIS
Por un lado, los números de la macro economía aportan indicadores que se vinculan directamente con la producción petrolera.

Según el informe oficial del INDEC, en junio el déficit comercial por diferencia entre mayores importaciones (compras) y menos exportaciones (ventas) del país llegó a 748 millones de dólares.

Entre los productos que más se retrajo la venta externa se cuenta el rubro petrolero, que corresponde con los excedentes producidos en la provincia de Chubut y que por características del crudo de esta región, no puede ser totalmente procesado en las refinerías del país.El informe enumera entre los rubros de mayor retroceso a Aceites crudos de petróleo, cuyas “exportaciones cayeron 88 millones de dólares debido en su totalidad a menores ventas a China”.

Vale recordar que también en mayo se dio un retroceso aun mayor en relación al mismo mes del año anterior, con una pérdida de 100 millones de dólares en volumen de ventas.

EL PORQUÉ DE LOS NÚMEROS

Varios factores pueden explicar estos números: algunos vinculados al mercado internacional, donde sigue habiendo sobre abundancia de petróleo y los precios no terminan de levantar; esto significa una posición doblemente desventajosa para el crudo de esta región, que además recibe una penalización por menor calidad que lo ubica 8 dólares por debajo de lo que muestra la cotización del crudo tipo Brent.

Entre los motivos internos, debe considerarse la caída de los incentivos de exportación que se aplicaron el año pasado (que aseguraban un aporte adicional de 10 dólares por cada barril exportado, siempre que la cotización internacional del crudo no superara los 47 dólares, además de los reembolsos a la exportación por puertos patagónicos).

Esos mecanismos posibilitaron grandes operaciones de venta externa de crudo, con una exportación total del orden de los 15 millones de barriles en el año.

 

LA CAÍDA DE LAS REGALÍAS
El dato entraña efectos negativos para la región: la menor colocación  de petróleo en el mercado internacional no  se compensa con una mayor venta al mercado interno, lo que significa menor producción.

Según datos del Ministerio de Energía de la Nación, entre enero y mayo de este año en Chubut se produjeron 3,4 millones de metros cúbicos de crudo, lo que significa un retroceso del 8,1% en relación a igual período de 2016 (3,7 millones de cúbicos) y una baja del 10,5% en relación a 2015 (3,8 millones de metros cúbicos).

Todavía no hay datos de junio, pero los entendidos en el tema recuerdan los 15 días de paralización por nevada y la dificultad para recuperar esa actividad perdida en lo que resta del invierno.

De este modo, el impacto en las cuentas provinciales no se hizo esperar. Los registros oficiales del Ministerio de Energía de la Nación muestran la fuerte caída en dólares que se produjo entre enero y abril de este año, cuando ingresaron 96,1 millones de dólares.

En igual período del año pasado, esos ingresos fueron de 103,6 millones de dólares, que a su vez venían en baja respecto de los 129,7 millones de dólares del primer cuatrimestre de 2014; y muy lejos de los 154,3 de 2014, ó los 174,9 millones de dólares de 2012.

Para el año 2017, el presupuesto oficial de la provincia de Chubut contempló ingresos totales por de 6.462,4 millones de pesos en concepto de regalías, lo que parece una cifra demasiado optimista (equivale a 400 ó 380 millones de dólares, según la cotización de dólar que se haya estimado como promedio a lo largo del año).

Más realista, semanas atrás el ministro de Economía Pablo Oca señaló en diálogo con esta agencia que esperaba al menos llegar a una cifra de 300 millones de dólares: la proyección del primer cuatrimestre indica una cifra algo inferior, en el orden de los 288 millones de dólares.

En esa misma entrevista también reveló otro análisis: confiaba en que un mayor valor del dólar terminase por mejorar las cuentas públicas para la segunda parte del año, al tiempo que ponía fuertes reparos a las expectativas de negociación paritaria, al reiterar que la masa salarial de los agentes públicos consume el 90 por ciento de los recursos de la provincia.

LOS EFECTOS DE LA DEVALUACIÓN
 Con ese panorama, la devaluación del dólar (que el viernes superó la barrera de los 18 pesos) puede ayudar a maquillar temporalmente las cuentas públicas (aunque con el inevitable impacto en el poder adquisitivo de los salarios y el mayor costo de vida) de una provincia que sólo tiene dos alternativas para contar ingresos, ante la imposibilidad de aumentar recaudación de impuestos propios: un recupero petrolero que hoy parece lejano de cualquier ejercicio de imaginación; o una modificación del esquema de coparticipación federal que, más allá de ser parte de los discursos de campaña, parece también bastante complejo de llevar a la práctica… y en el mejor de los casos será en el largo plazo.
Y mientras el gobierno nacional enumera algunos proyectos que están lejos de transformar la realidad productiva de la cuenca del golfo San Jorge, los silencios impuestos por el período electoral de cara a octubre parecen un plazo demasiado largo para esperar a proyectar las decisiones políticas que eviten un desenlace que se anuncia por múltiples señales, pero que hoy pocos se atreven a admitir.
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