La catástrofe de 2017 y el relato de la familia de la única víctima fatal del peor temporal de la historia en Comodoro
El 29 de marzo de 2017 comenzaba el temporal que, luego fue catalogado como la peor catástrofe socio-climática en la historia de la ciudad. Colapsaron los servicios públicos, vehículos y caminos quedaron destrozados y se perdieron unas 3 mil viviendas. Una víctima fatal y la estimación de unas 8.000 personas evacuadas fue el saldo contabilizado.
El temporal de lluvia que en 2017 azotó la ciudad de Comodoro Rivadavia duró 11 días. Comenzó el 29 de marzo, pero llegó tres horas antes de lo previsto y dejó más de 300 milímetros de agua; calles que se convirtieron en ríos torrenciales o grandes zanjones, barrios inundados y aislados, sin energía ni agua corriente. Y un muerto.
El desastre produjo un verdadero shock en una ciudad que demostró no estar preparada para afrontar este tipo contingencias. Y tras siete años de aquellos días, aún quedan vestigios del temporal al recorrer algunos barrios de la ciudad. Juan XXIII, Laprida, Km 8, km3, Saavedra, Médanos, Tres Pinos, Moure, Pueyrredón y Caleta Córdova fueron algunos de los más castigados.
Expedientes Comodoro reveló en aquel momento, según datos oficiales brindados por Aldo Sánchez, del Servicio Meteorológico Nacional, que el 29 de marzo cayeron 55 mm, al día siguiente se registraron unos 232.4 mm, lo que hace un total de 287.4 mm en 48 horas. Las lluvias del 6 y 7 de abril agravaron la situación, se registraron 91.7 mm de lluvia en 48 hs.
“En la primer lluvia el mayor inconveniente fue desde la Avenida Patricios hacia abajo y afecto a toda la gente que vive en esa zona; algunos no habían terminado de poder sacar todo el barro que le había entrado y cuando llueve el 6 de abril termina por desbordar el canal de la avenida Roca y ahí tapa de la Roca hacia abajo. Hay gente que lo vivió dos veces en una semana”, recuerda Victor Bonzano, vecino del barrio Juan XXIII, integrante de la Unión Vecinal.
“Esa noche a las 2, 3 de la mañana yo no podía dormir,- relata María Elena Martín, vecina del mismo barrio- estaba en la ventana de mi casa mirando como entraba el agua a raudales por el portón de autos, pasaba por debajo del ventanal y salía por el otro portón, empezó a entrar junto con barro y quedaba ahí. Entraba por las cloacas, y bueno, nos inundamos. A eso de las 5 de la mañana hubo que evacuar”. La foto de María Elena y su esposo observando como el temporal se llevaba parte de su vida se hizo viral en redes sociales y representó la síntesis de un sentimiento colectivo.
SOBRE LLOVIDO…LODO
El jueves 6 de abril una nueva lluvia dio la estocada final a una ciudad que venía siendo muy castigada. A las tareas de Defensa Civil fue necesario sumar al Ejército (con más de 3 mil efectivos que participaron del operativo) y Prefectura para evacuar a vecinos que habían quedado atrapados en sus casas. Fue la primera vez en la historia que vimos pasar unimog, tanquetas del ejército y vehículos de gran porte por el medio de las calles de nuestros barrios. Con este escenario la ciudad fue declarada zona de desastre.
“Fue horrible, yo me quería quedar y mi marido me decía ´vamos, vamos porque no sabes hasta donde va a llegar esto´. Yo decía no, ´un poco más´ y metía toallas en los desagües, hacia lo que podía para intentar frenar el agua pero era imposible. Vino un grupo de Defensa Civil y nos instó a salir´ ya, ya, ya´ porque ya no queda nadie en el barrio. Asique entre todos, shockeados, salimos. A nosotros nos dejaron en la esquina y nos bajamos bajo el agua, con los nenes, con nuestras bolsitas, caminando hasta el Gimnasio Nº2 que estaba a una cuadra y ahí nos recibieron maravillosamente bien. Nos dieron algo caliente para tomar, nos llevaron a una habitación separados hombres y mujeres, nos cambiaron, nos ayudaron a sacarnos la ropa mojada, embarrada y nos pusieron ropa limpia”.
EL ROL CLAVE DEL EJÉRCITO EN EL DESASTRE
Entre las 4 y la 6 de la mañana del día 7 de abril fue necesario redoblar los esfuerzos en un momento que se había tornado crítico. El Coronel Pablo Giordano, Jefe de Infantería del Regimiento Mecanizado N°8, fue el responsable de la operación de rescate durante el temporal. Defensa Civil, Policía, Ejército, 4 dotaciones de bomberos, Gendarmería, Prefectura y cientos de voluntarios anónimos trabajaron sin descanso. En la ciudad había 24 centros de evacuación.
“Primero fue agua, luego fue agua mezclada con arena, después la arena empezó a ponerse tipo arena movediza y cuando termina de escurrir el agua quedaban muchos de nuestros vehículos enterrados como en un arenero y tuvieron que ser rescatados por grúas municipales".
Lo que vendría luego de esta experiencia que dejó a un Comodoro devastado sería la reconstrucción total, dificultosa, lenta -aún en proceso- y un temor constante de la comunidad ante cada alerta meteorológica.
“En el barrio tenemos muchas calles que se han vuelto a asfaltar pero tenemos acá en esta calle emblemática (Juana Azurduy) que sigue igual, el canal de la Roca, se están ensanchando las boca calles, una obra que se demoró pero que se está terminando. Falta el cruce de Lisandro de la Torre y Roca. Se está haciendo la obra del reservorio que esa sí es una de las obras de fondo que mitigaría una situación como la que vivimos en el 2017. Lo del canal de la Roca soportaría quizás una lluvia de 30,40 mm por hora que es bastante eso igual. Pero no soportaría lo del 2017”, relató Victor Bonzano, vecino del barrio Juan XXIII e integrante de la Unión Vecinal de aquel entonces.
Pasaron dos años hasta que María Elena Martín y su familia lograron reconstruir y volver a darle vida a su hogar destruido por la lluvia. “El temporal fue un antes y un después, fue muy fuerte todo esto y lo único que espero es que alguien se ponga en el lugar de los afectados, alguien con poder de decisión, que realmente hagan las cosas que hay que hacer, que terminen de pavimentar, encaren un arreglo realmente efectivo respecto al canal y las obras antes de llegar al canal”.
EL RECUERDO DE LA FAMLIA REMOLCOY, LA VÍCTIMA FATAL
Luis tenía 44 años, trabajaba en la empresa Otero, vivía en la zona de Los Tres Pinos y el 7 de abril de 2017 en horas de la madrugada recorría con su camioneta la avenida 10 de Noviembre repartiendo agua de manera voluntaria entre los vecinos damnificados del temporal. La calle parecía un río, el agua corría de manera torrencial y, según las pericias, Luis fue arrastrado unos 500 metros por un canal hasta quedar entrampado entre árboles y matas sin poder salir.
Fue la única víctima fatal que se cobró el temporal que azotó a Comodoro Rivadavia entre el 29 de marzo y el 7 de abril de 2017.
"A mí lo que me duele es que nunca se habló de esto”, dice su padre quien junto a la familia construyó, en la vera del camino, una “nimita” para tener un lugar físico donde recordar a Luis y llevarle flores. Los inundados, los barrios annegados, los servicios colapsados y los pedidos desesperados de ayuda de los vecinos de casi todos los barrios de la ciudad, dejaron rápidamente en el olvido la tragedia a la que se enfrentó la familia Remolcoy.
El trabajador petrolero se bajó de su vehículo en el medio del diluvio, quiso cruzar, se derrumbó el terreno y fue arrastrado unos 500 metros por la avenida 10 de Noviembre. “Encima con el barro que viene trayendo, creo que ningún ser humano aguantaría”, dice Luis su padre, cinco años después mientras recorre el lugar. La camioneta quedó estacionada, estaban sus pertenencias, pero él ya no. “No se veía nada, esto era un mar”.
El cuerpo no se encontró hasta que bajó el nivel de agua, cerca de las dos de la tarde. “Había rescatistas de todos lados, los perros apuntaban ladrando hacia el lugar donde había quedado atrapado el cuerpo. Fue con lo más precario que se pudo recuperar, estaba enganchado en una raíz, trajeron un unimog, pero no anduvo y con un malacate improvisado y una tabla de rescate lo trajeron. Mi hermano hizo un camino con ramas para poder sacarlo. Agradezco a la Policía Montada y a la seccional 6ta que fueron los que más pusieron el lomo, ellos lo rescataron”.
La muerte de Luis Remolcoy fue por inmersión, “vino el Juez y me dijo ´tenes que irte porque es muy bravo lo que vas a ver´. No - le dije- yo a mi hijo lo perdí así que ya no hay nada que hacer”, recordaron sus familiares sobre una de las tragedias más fuertes que dejó este temporal en la ciudad.