En Argentina son las 7 de la tarde; Algunos meriendan y otros se preparan para cenar. Mientras tanto, más al norte, en Estados Unidos, Francisca Lazaro tiene todo listo para descansar y pasa los minutos de su día mirando una peli y el teléfono. Ya hubo cena, cerca de las 6 de la tarde, y solo queda esperar la hora de dormir; Una de las tantas cosas que odificó en sus hábitos este último tiempo. 

Francisca hace dos meses está en Charlotte, una ciudad del condado de Mecklenburg, Carolina del Norte, adonde llegó para trabajar como niñera gracias a un programa de intercambio que conoció a través de la red social Tik Tok.

Al otro lado de la pantalla a la joven de 19 años se la ve contenta, feliz. No solo está conociendo un mundo totalmente nuevo, sino que también tuvo la suerte de encontrar una familia que la cuida, casi como a una hija. 

¿Pero cómo terminó una comodorense en Estados Unidos gracias a una red social?

DE TIK TOK A ESTADOS UNIDOS

En julio del año pasado, en plena pandemia, un día cualquiera Francisca estaba descansando en su casa, cuando vio una publicidad en Tik Tok que preguntaba: '¿Te querés venir a Estados Unidos como niñera con una promoción muy buena?'. 

A ella siempre le había interesado irse de intercambio, pero por cuestiones económicas era algo casi imposible. Por eso, sin nada que perder decidió entrar al anuncio y se encontró con "Au pair", una modalidad de intercambio que invita a trabajar cuidando niños en otro país a cambio de casa, un salario y una vida en familia. 

Al recordar ese momento, Francisca cuenta entre risas, que "surgió literalmente de la nada”, y recuerda que siempre había querido irse de intercambio. “Cuando era chiquita quería hacer un intercambio, pero era mucha plata y no se podía. Ese día estaba acostada a la noche, en plena cuarentena, y estaba mirando videos en Tik Tok y me encontré con uno que decía te querés venir a Estados Unidos a trabajar como niñera. Apreté, comencé a ver todo y vi que decía Au pair, pero no conocía el término. Así que empecé a averiguar, a ver experiencias de chicas, a ver cómo era el tema y me gustó. Al otro día hablé con mi mamá y le dije ‘me quiero ir a Estados Unidos’. Ella no entendía nada, y bueno empecé con todo el proceso”, cuenta con alegría.

Tres meses después de esa noche, Francisca terminó eligiendo la propuesta del sitio “Au pair In America”, y comenzó el proceso, completando un perfil, contando su experiencia con niños, sus gustos y otros aspectos personales. 

Poco tiempo después tuvo que rendir un examen de inglés. Pero todo no terminó allí. Durante otros seis meses hizo papeles, y completó documentación para poder viajar sin problemas. 

La decisión ya estaba tomada, y solo quedaba esperar, tener suerte y encontrar alguna familia, sabiendo que cumplía con los dos requisitos indispensables: tenía experiencia cuidando chicos y conocimientos de inglés, gracias a dos años de estudio en un instituto y las canciones que traducía de adolescente.

La joven cuenta que tuvo casi 18 entrevistas hasta que pudo dar con la familia que hoy la cobija. Incluso previo a encontrarlo tenía todo arreglado con otra familia. Sin embargo, tuvieron que mudarse a Irlanda y a pesar que le ofrecieron que vaya a ese país, no quiso hacerlo, ya que no tenía la seguridad que este tipo de programas ofrece en Estados Unidos.

Es que como cuenta, cada una de las partes tiene que cumplir ciertas condiciones. Por ejemplo, ella no se puede quedarse menos de un año, caso contrario tendría que pagar su pasaje de vuelta por sus propios medios, y en el caso de ellos deben brindarle un techo, un salario y tiempo de descanso, a fin de cuentas es un trabajo.

“Eso es lo que te da seguridad, pero también hay toda una etapa de conocerse", dice sobre cómo son los procesos de selección. "Las familias te buscan a vos y vos la aceptás para hacer una entrevista. Entonces, te van preguntando cosas y vos a ellos, sobre los nenes, sobre ellos. Ahí ves si conectás o no. Yo me conecté con 18 o 20 familias e me iba a ir con la primera familia, pero tuvieron que ir a Irlanda, me ofrecieron ir, pero me iba sin agencia, sin familia, sin respaldo. Así que seguí buscando hasta que di con ellos. Me encantaron”. 

TRABAJAR COMO NIÑERA EN EL EXTRANJERO 

Por estos días, son tiempos de vacaciones escolares en Estados Unidos. Así, Francisca, comienza su jornada bien temprano, cuando Leyla y Dan, sus patrones, se van a trabajar. Ella se levanta y le hace el desayuno a las nenas de 7 y 8 años que cuida, y comienza la jornada. Cerca del mediodía almuerzan, con el lunch, y continúan hasta la tarde jugando, metiéndose a la pileta o visitando un parque. 

A veces se desocupa más temprano y a veces más tarde, pero siempre tiene tiempo para recorrer un poco la ciudad. 

Respecto a la familia que le tocó sólo tiene palabras de agradecimiento.  “Me tienen como una hija. Son un diez, me preguntan siempre si necesito algo, cómo me siento, si me falta algo. Son muy atentos”, dice con entusiasmo. “La llevamos súper bien, las edades son buenas porque son nenas grandes, por ahí se complica un poco por el idioma, pero la llevamos súper bien”.

Por suerte también le tocó una ciudad que le gusta. “Es como cordillera, es muy lindo; también es muy ciudad, tiene unos edificios super lindos, super seguros. Antes de venirme pensé que era como un pueblo, pero es todo lo contrario, es hermoso”. 

Al ser consultada por lo que más le llamó la atención, Francisca no duda. “Hay mucha seguridad. Hay partes peligrosas como en todas partes. Pero por ejemplo, hoy salí con la nena más grande a una placita de acá cerca y dejé todas las cosas en una banquina y volvimos a la hora y media y las cosas seguían intactas, nadie había tocado nada. Después casi todos piden paquetes por Amazon y todo llega a la puerta de tu casa. Podés estar de vacaciones, pero el paquete va a estar ahí, es muy seguro”.

En contrapartida Francisca también tuvo que adaptarse a las costumbres de otro lugar, como por ejemplo, los tiempos, la forma de comer, y los horarios de dormir. Pero lo mejor de todo, asegura, es la posibilidad de viajar.

Con una chica que conoció en el mismo vuelo que viajó a Estados Unidos, se fueron juntas a Washington DC un fin de semana largo. Y con la familia que la hospeda fue a New York, toda una experiencia para ella. “Siempre quise ir, desde muy chiquitita. Para mi fue como cumplir un sueño, es hermoso”, admite con felicidad. 

En las próximas semana Francisca viajará a Boston nuevamente con la familia que la hospeda, y continuará con esta experiencia de ensueño.

Por lo pronto, sabe que se puede quedar hasta dos años, pero aún no decidió cuando tiempo será su estadía en ese país. Lo que sí sabe es que quiere volver a Argentina, a Comodoro, completar sus estudios de azafata, y terminar esa etapa. Luego habrá tiempo para pensar, quizás alguna otra aplicación la vuelve a tentar para animarse a buscar otra nueva experiencia.

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