¿Cuál es el futuro del Museo de Astra? es la pregunta. La respuesta es incierta y el presente desolador. En el lugar, al borde de la Ruta Nacional 3, y frente a lo que era la vieja estación de servicio de ingreso al barrio homónimo, se encuentra el museo que alguna vez perteneció a la empresa Astra y que hoy está en manos de YPF. 

La imagen desde afuera es desaladora; un lugar en ruinas, con la historia a la deriva y el patrimonio abandonado. Adentro, en el pequeño edificio que tiene el museo, el panorama es aún peor: vidrios rotos, cables colgando y murales agrietados y dañados producto del paso del tiempo.

Frente a este escenario es necesario preguntarse ¿Cuál es la importancia del patrimonio?

Sin alambrado, con postes caídos, y en total abandono. Así se encuentra hoy el Museo de Astra.

EL INICIO DE LA HISTORIA

El Museo fue construido en 1987 por iniciativa del ingeniero Juan Carlos Queirolo, que ese entonces administraba la empresa. Así lo indica un informe que fue elaborado por personal técnico de la Municipal cuando se comenzó a pensar en una posible recuperación del espacio. 

Era un museo petrolero y paleontológico, el más importante de la ciudad por ese entonces.

Su construcción contó con el apoyo de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y el trabajo de artistas como Misceláneo Dola y Hugo Vignolo.

Allí, alumnos, turistas y gente de paso podía apreciar parte de la historia petrolera de la ciudad donde se descubrió el oro negro. Era toda una aventura. Sin embargo, cuando Astra fue vendida a Repsol todo cambió, y tras la compra de YPF, quedó en manos de la operadora multinacional. Nada volvió a volvió a ser igual. 

En 2006, ya en estado de abandono, las instalaciones del Museo de Astra fueron cerradas para siempre. Por entonces, ya habían sido escenario de robos y vandalismo.

Cristina Nieva, presidente de la Biblioteca del barrio, aún recuerda esos años de esplendor del Museo. Por ese entonces, era docente y trajo alumnos de la 711 a conocer el lugar. “Era muy interesante conocer todo lo que era paleontología, también las eras geológicas que estaban pintadas”, dice en una entrevista con ADNSUR. “Me acuerdo que esa vez la empresa nos invitó a la administración a ver unas proyecciones y nos hizo un recorrido por el barrio. Todavía funcionaba todo bien”, dice Nieva, quien años después decidió irse a vivir a Astra, cuando la empresa se desarmó y vendió las casas a sus empleados, uno de ellos su marido.

En su interior el museo también sufrió el paso del tiempo.

Estamos hablando de un barrio con identidad, que primero fue campamento y que siempre funcionó como un pequeño pueblo alejado del centro de Comodoro Rivadavia. 

El Museo de Astra forma parte de esta historia, así como el viejo cine, el histórico bar, y la misma administración que tuvo la empresa, donde hoy funciona la biblioteca.  

Según explicó Nieva, hace años vienen tratando de recuperar el museo, primero gestionando a través de YPF, ya estatizada, y luego a través de la Municipalidad. “Cuando estaba Diego Touriñán comenzamos esto de querer recuperar el museo”, cuenta Nieva. “Antes lo veníamos hablando, sobre cómo hacer. Habíamos hablado con YPF pero nos había dicho que no, entonces cuando vino Diego Touriñan nos dijo que sí le interesaba recuperarlo y nos acompañó en todo esto”.

“La idea es recuperarlo porque es la puerta de entrada a la ciudad", dice Nieva. "Además que es un museo paleontológico y del petróleo que pertenecía a la empresa Astra, y ahora pertenece a toda la ciudad. Mucha gente que ha venido se imagina que puede entrar, porque de hecho antes la gente entraba, era al primer lugar que visitaba al entrar a Comodoro o el lugar emblemático que veía cuando llegaba, pero una vez que se fue la empresa se fue deteriorando”. 

Lo que queda del Museo de Astra, un lugar que podría ser restaurado y reutilizado.

Nieva, tal como pudimos ver en el lugar, asegura que “la estructura está bien, pero hay que arreglar todo: las paredes, la pintura, los vidrios que son toda una cúpula, la calefacción”. No obstante, no es “una inversión millonaria, es algo que se puede hacer”, dice con seguridad.

La recuperación del museo es uno de los objetivos que tiene la Biblioteca, entidad que se propuso recuperar el patrimonio cultural, tanto intangible como tangible del barrio. Así, en los últimos años, ya trabajó en la recuperación del viejo cine y el edificio de la administración, que hoy está en manos de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada.

Según contó Nieva, las gestiones no son sencillas. Cuando se fue Diego Touriñán del Municipio, pudieron continuar con Germán Issa Pfister, y en ese marco, hubo un encuentro con YPF, pero no llegó a buen puerto.

“Concretamos una reunión con Germán Stocker, que era el gerente de YPF, pero no tuvimos suerte porque nos dijo que habían cambiado las reglas de juego. Antes nos habían dicho que estaban dispuestos al traspaso, pero en ese momento nos dijeron que habían cambiado las reglas de juego. La Municipalidad estaba dispuesta a invertir, pero no pudimos seguir con la reunión, porque pedían tierras”, recordó la referente barrial

Más allá de este revés, ellos continuaron gestionando, tanto con la operadora como con la Municipalidad, y finalmente hubo un principio de acuerdo, pero se cayó. “Nosotros seguimos gestionando, tratando de hablar con YPF, comunicándonos con el directorio en Buenos Aires. Luque que era viceintendente nos dijo que íbamos a seguir la gestión, y en diciembre nos avisan que YPF estaba dispuesto a cederlo. Tuvimos una reunión donde estuvieron la secretaria de Cultura, Liliana Peralta, Gabriela Zuñeda y Eduardo Carrasco de Comodoro Turismo, y dos personas de YPF. En ese momento se habló de un contrato de comodato para trabajar después en el traspaso. Salimos todos contentos, ya teníamos todo listo, incluso el proyecto de recuperación de la totalidad del museo que lo realizó la Municipalidad a través de Cultura. En esa reunión YPF quedó en comprar parte del alambrado que falta y la Municipalidad poner la mano de obra. Pero quedó todo ahí”, dice Nieva, sin poder explicar qué fue lo que sucedió con el avance de las negociaciones.

ADNSUR consultó a la secretaría de Cultura, Liliana Peralta, por el estado de las negociaciones, y la funcionaria aseguró que todo quedó en la nada, pero no dio más detalles.

Para Nieva por el momento todo es incertidumbre, pero el deseo continúa siendo el mismo: recuperar este espacio que forma parte de la historia del barrio y la ciudad; un emblemático sitio al borde de la Ruta Nacional N° 3, donde hoy el abandono y la desidia se hacen notar; justo en el ingreso a la capital nacional del petróleo. 

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