La odisea de volver: hace 6 días una familia chubutense y otra de Santa Cruz intentan regresar a sus hogares
Dos matrimonios -con dos hijos menores cada uno- hace seis días intentan volver a Argentina desde Nueva Zelanda, a donde viajaron cuando la pandemia aún no llegaba al país. Entre fronteras cerradas y suspensiones de vuelos, quedaron varados en Chile junto a otros 150 argentinos. Esta tarde finalmente podrían regresar al país. “Si tenemos que hacer dos cuarentenas las vamos a hacer. Hay rumores que nos mandan a un hotel, pero es el 'minuto a minuto', porque hay momentos que estamos convencidos que viajamos y momentos que no”, contaron a ADNSUR desde Santiago de Chile.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Un verdadero calvario están viviendo dos familias patagónicas, una de Chubut y otra de Santa Cruz, que intentan volver al país luego de un viaje que combinó trabajo y placer.
Se trata de la familia de la comodorense María Marraco, quien reside en Esquel y viajó con su esposo y sus dos hijos, acompañados por el núcleo familiar de Flavio Figueroa, su mujer y sus dos hijas.
El 2 de marzo ellos viajaron desde Ezeiza a Nueva Zelanda, pero nunca imaginaron que ese hermoso viaje rural iba a terminar en una odisea dentro de dos aeropuertos.
“En este momento estamos bastante emocionados. aparentemente el vuelo embarca en breve. Estamos medio estresados pero con buen pronóstico”, confió María a ADNSUR desde Santiago de Chile donde están varados hace dos días.
Por estas horas ellos volverían a Argentina. Sin embargo, María es cauta y dice que las cosas van cambiando minuto a minuto.
“Es medio incierto el panorama. Nosotros partimos el 2 de marzo a Nueva Zelanda porque mi marido (Michael Gough de cabaña El Cóndor de Esquel) fue invitado como jurado argentino de merino a una exposición. Somos dos familias que viajamos juntas e íbamos siguiendo todas las paradas, hasta el dia 20 que llegamos a Auckland para volver a Buenos Aires y nos suspendieron el vuelo”.
Con cuatro menores de edad los dos matrimonios se quedaron en el aeropuerto esperando novedades. Primero les dijeron que iban a viajar derecho a Ezeiza. Sin embargo, luego hubo cambio de planes y la aerolínea les endosó el pasaje con un vuelo de Latam que los llevó a Chile.
En Santiago continuó la incertidumbre, con trabas en cada ventanilla y el hacinamiento de gente. Hasta un ofrecimiento para llegar a Brasil, lo que calificaron los viajeros como "una locura".
“El tema es que volamos con niños pequeños y el grado de hacinamiento en Chile es grande, no respetabamos las distancias que tenemos que respetar. Pasamos de preocupación en preocupación, viajabamos con cuatro menores y para ellos es un juego, pero queremos volver a casa”, explicó María.
“Cada aerolínea de la manera que pudo nos ayudó. La gente en Chile es muy amable, se portaron re bien pero hoy se armó un barullo bastante grande cuando salió el último vuelo a la mañana y quedamos 156 pasajeros. Ahí fue que empezamos a difundir en las redes, y nos acaban de avisar para volver a Argentina”, agregó.
María asegura que todo es de película. “Parece que le está pasando a otro, porque es como una película. Primero la situación mundial y después que nos esté pasando a nosotros, yo creo que el momento en que caigamos de todo lo que pasamos vamos a caer con todo, porque es una experiencia medio surrealista”, aseguró.
Y admitió: “La preocupación de todos es estar sanos. Por eso si me piden 80 cuarentenas las hago, yo lo que quiero es llegar a casa. Pero por ahora todo es confuso. Creo que lo que corresponde es bajarse en Ezeiza y seguir las instrucciones del gobierno para cuidarse uno y cuidar al otro. Estamos convencidos que las cuarentenas hay que hacerlas. Si tenemos que hacer dos cuarentenas las vamos a hacer. Hay rumores que nos mandan a un hotel, me prestan un departamento o me voy a Bariloche y me voy a mi casa y me encierro. Pero no sabemos. Y al estar tan lejos vemos que nos falta un tramo bastante largo y bastante incierto. Es el minuto a minuto porque hay momento que estamos convencidos que viajamos y momentos que no”, sentenció, esperando poder viajar.