Lección de vida: una joven compartió la última sesión de quimioterapia con sus compañeros de escuela
Luego de atravesar el tratamiento de una enfermedad compleja durante un año junto con sus padres, Bianca Lagos mantuvo una videollamada con sus compañeros de escuela cargada de emociones, sentimientos encontrados y la ansiedad por reencontrarse personalmente.
En diciembre de 2023 – luego de síntomas preocupantes – Bianca Lagos (de 15 años) tuvo que mudarse desde Rawson a Capital Federal para atravesar un tratamiento de salud de extrema complejidad en compañía de sus padres, Malvina y Ariel.
Durante el tratamiento, Bianca encontró refugio en el apoyo constante de sus amigos, compañeros y docentes tanto del colegio Don Bosco de la capital provincial como así también de la Escuela Adventista de Balcarce (provincia de Buenos Aires) donde concurría en la actualidad.
Su aula se trasladó a la pantalla de su celular, donde las charlas cotidianas y los chistes se convirtieron en su medicina emocional.
Para sus compañeros, ella nunca dejó de ser parte de su mundo y se encargaron de demostrarle cada día que la distancia física no era un obstáculo para el cariño.
Ese último día de quimioterapia fue diferente. Bianca sabía que cerraba un ciclo, pero también comprendía que su vida tiene que mantenerse en cuidados extremos durante un tiempo prudencial bajo un monitoreo permanente de los médicos de la zona y también de Buenos Aires.
Durante la mañana del viernes 6 de septiembre, Bianca atravesó su última sesión de quimioterapia de manera colectiva.
Al aceptar la llamada, la pantalla se llenó de rostros sonrientes, carteles y gritos de alegría por la última batalla de salud y el comienzo de una nueva etapa.
Sus profesores también estuvieron presentes en la videollamada, quienes reconocieron la valentía de Bianca durante todo el año escolar.
A pesar de los desafíos, Bianca continuó con sus estudios de manera virtual para demostrar que - aunque el cuerpo puede estar debilitado- la mente y el corazón se consolidan ante las dificultades.
La pantalla vibraba de emociones como si cada abrazo virtual se sintiera tan real como el apoyo que le dieron a lo largo de este difícil proceso a pesar de los 1500 kms de distancia sólo geográfica.
Hoy, la joven comienza un nuevo capítulo. Todavía le esperan controles y seguimiento médico, pero el peso de la quimioterapia ha quedado atrás. Para ella, este no es solo el fin de una batalla personal, sino una victoria compartida con quienes la sostuvieron a cada paso.
En los próximos días, Bianca va a regresar a Rawson, donde va a tener un recibimiento de su comunidad cargado de afecto y el abrazo real para acompañarla en los futuros desafíos que tiene por delante, porque ella no es la misma persona que antes y sus compañeros, tampoco.
Esa transformación moral y actitudinal que enfrentaron en la adolescencia los va a acompañar toda su vida. Es el paso para modelar personas que cultiven la empatía, solidaridad, comprensión, resiliencia y sentido profundo de la existencia.
Son ejemplos concretos que nos permiten proyectar un futuro mejor que desarrolla la juventud a la que se interpreta desde otras generaciones -a veces de manera cruel- con parámetros desactualizados.
Cuando los jóvenes construyen comunidad con sus nuevas pautas, demuestran que una sociedad mejor es posible con la continuidad de los valores profundos de la vida humana y un perfil de persona atravesado por la tecnología, cambios vertiginosos, nuevos modos de relacionarse, estéticas diversas y preferencias artísticas que merecen ser respetadas. Si el hilo conductor de un sentido ético de vida se mantiene intacto, el resto puede ser anecdótico y complementario.