Los cultivadores solidarios de cannabis medicinal de Trelew que proveen a pacientes de la región
Hace poco más de cinco años, se reguló en todo el país el cultivo de cannabis para uso medicinal y con fines científicos. Ahora promulgaron una ley para fomentar esta industria y la del cáñamo. En el Valle hay varios productores que vienen desarrollando proyectos para ayudar a pacientes autorizados. ¿Cómo funcionan estos cultivos?
Desde hace unos meses, en Trelew y la zona del Valle, se consolidaron clubes y asociaciones civiles que se dedican a cultivar cannabis con fines de uso medicinal, y dispensan a pacientes con recetas médicas y autorización del Ministerio de Salud de la Nación, que sufren desde enfermedades terminales hasta trastornos de sueño, estrés, ansiedad e insomnio crónico.
ADNSUR dialogó con los integrantes del primer club consolidado en Trelew, denominado "4 Almas", que cuenta con cultivadores, asesores legales y contables. Ellos brindan charlas y capacitaciones para fomentar un uso responsable del cannabis, entendido como una manera de lograr una mejor calidad de vida en aquellas personas que requieran el tratamiento.
Lo inédito de este proyecto hecho en Trelew, es que sienta las bases de un sistema de salas de producción de cultivo en hidroponia, que genera un cannabis de calidad bajo condiciones controladas; es decir, al resguardo de condiciones climáticas, de suelo y fitopatológicas extremas, que logra el control de las variables, y permiten obtener un producto medicinal más seguro y predecible.
“Controlamos el agua, el PH, la comida que tiene la planta en todo el ciclo de vida; buscamos lograr el mayor potencial de crecimiento mediante sistemas controlados en salas de cultivo modelo. Germinamos la semilla y logramos el cultivo con determinadas características que nos permiten brindarles a nuestros pacientes el cannabis que indica la receta”, dijo un productor.
Los clubes de cultivo de cannabis son organizaciones civiles sin fines de lucro; se sostienen con los aportes solidarios de los mismos pacientes, que permiten afrontar los costos del proceso productivo, desde la compra de semillas hasta el pago de los servicios que insume el cultivo, y la mano de obra.
Para asociarse a un club de cultivadores de cannabis, hay que presentar una carta de intención con la prescripción médica, abonar una membresía y firmar un convenio de exención de responsabilidad penal en caso de que el paciente decida comercializar el producto.
De hecho, la misma entidad ha decidido incluir como cláusula la obligación de denunciar penalmente a la persona que vende el cannabis que produce el club.
REGISTRO NACIONAL
En el 2017, el Gobierno Nacional promulgó la Ley 27.350 que reguló el uso del cannabis con fines medicinales y de estudios científicos. En el 2021 el Ministerio de Salud de la Nación creó el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) para que usuarios y usuarias puedan inscribirse con el fin de obtener autorización para cultivar la planta con fines medicinales, terapéuticos y/o paliativos del dolor, para sí o a través de otra persona, o de una organización civil autorizada.
El Anexo II de dicha normativa fija los parámetros respecto de qué cantidad se puede cultivar, y qué cantidad de cannabis o derivados de este, se puede transportar en todo el territorio argentino.
La resolución vigente establece que el cultivo de cannabis debe ser controlado. No pone límites a la cantidad de plantas en estado de vegetación, pero sí establece que no pueden tener más de nueve plantas en estado de floración.
De igual forma, la ley autoriza a una persona que tiene su carnet de REPROCANN, a transportar por cualquier medio hasta 40 gramos de cannabis seco y de uno a seis frascos de 30 mililitros de aceite de cannabis.
En el registro queda asentado si la persona va a cultivar para uso propio, para un tercero o para diversos pacientes. Para ello se requiere el consentimiento de un médico registrado, que entrevista al paciente, revisa la historia clínica, hace el diagnóstico, describe la patología y receta la dosis correspondiente.
El REPROCANN evalúa y autoriza o no al paciente dependiendo la urgencia del caso. Por ejemplo, un paciente con trastorno de sueño puede llegar a tardar diez días en tener la autorización. Se ha observado mayor celeridad en obtener el permiso en pacientes con afecciones más complejas.
¿MÉDICOS EN CHUBUT?
En Chubut no se conoce la cifra de médicos registrados en el REPROCANN. Este tipo de prácticas por lo general no están visibilizadas y es muy poco lo que sale a la luz.
En la cordillera y en Puerto Madryn, por ejemplo, hay algunos profesionales que están trabajando con cannabis medicinal, mientras que en Trelew esa práctica no existe al menos de forma visible.
De hecho, un médico de Esquel fue uno de los principales promotores del uso medicinal del cannabis en la zona del Valle, hace tres o cuatro años atrás, cuando los cultivadores comenzaron a organizarse y a divulgar estas prácticas, dijeron fuentes del ámbito.
Según estimaciones, habría unas 100.000 personas registradas en la base de datos del REPROCANN en todo el país. En algunos casos las recetas en la zona del Virch son emitidas por médicos de la provincia de Buenos Aires o Capital Federal.
POTENCIAL PRODUCTIVO
El jueves pasado, el presidente Alberto Fernández promulgó la ley del cannabis y cáñamo para uso industrial, que permitirá crear 10.000 puestos de trabajo en la próxima década, 500 millones de dólares en ventas al mercado interno y 50 millones de dólares de exportación.
Esto genera expectativas entre los cultivadores de Trelew y el Valle, que están sentando las bases y los procesos para desarrollar una incipiente industria que podría fabricar aceites, cremas, tinturas y hasta –¿por qué no?- alimentos.
La nueva ley de cannabis y cáñamo industrial, que ya está publicada en el Boletín Oficial, prevé un plazo de 180 días para su reglamentación. Contempla la creación de una agencia dentro del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social y la Mesa de Trabajo de Cannabis Medicinal y Cáñamo industrial del INAES, que contribuirá a que los emprendedores se organicen.
Los productores locales esperan con ansias la posibilidad de que el gobierno provincial genere normativa interna que prevea beneficios en cuanto al acceso de créditos a tasas blandas, o beneficios fiscales en los procesos productivos a desarrollarse, en miras a fomentar el trabajo agrupado, ya sea mediante el cooperativismo o formas asociativas símiles.
PRODUCCIÓN LOCAL
La panacea de este modo de producción controlado, es generar un cannabis con las propiedades exactas que necesita cada paciente con su prescripción médica. Una semilla con una genética de calidad cuesta entre 4000 y 6000 pesos, y son pocos los cultivadores que pueden acceder a esos estándares de excelencia.
Por esta razón, es común que experimenten con las semillas que tienen a mano y que circulan en forma solidaria. En Trelew producen las variedades de cannabis índica y sativa en proporciones similares. La primera tiene efectos relajantes y la segunda es más bien estimulante.
En el caso de la variedad sativa, hay una regulación estricta de la cantidad permitida de THC que puede tener el cannabis.
La planta de cannabis crece en condiciones ideales entre 18 y 26 grados de temperatura, aunque también resiste otras franjas más amplias que van desde los 14 a los 35 grados, según explicó un cultivador.
Hay plantas que superan los 2,25 metros de altura en tres meses, y han llegado a crecer 3 centímetros por día. Un cultivo controlado interior, con las condiciones ideales, puede dar cuatro cosechas en un año.
Una lámpara para producir en interior o indoor puede costar desde 18.000 hasta 250.000 pesos dependiendo de la calidad del producto.
Un frasco de aceite de cannabis de 30 mililitros, de buena calidad, en Trelew cuesta unos 3.500 pesos, siempre hablando de un aceite producido de forma artesanal, y sin una trazabilidad comprobada.
OTRAS ENTIDADES
Por otro lado, en Puerto Madryn y la zona del Valle hay una organización denominada Cannabicultores del Este Patagónico (CEPa), que se conformó hace cuatro años, y dicta talleres de cultivo de cannabis de uso medicinal, extracción de aceite y capacitaciones para profesionales de la salud.
Según comentó uno de sus integrantes, han dispensado cannabis y derivados de uso medicinal a pacientes con fibromialgia, epilepsia, dolores musculares, artritis, problemas de estrés, migrañas, enfermedades oncológicas y diabetes.
También hay veterinarios que recibieron consultas para probar este tipo de tratamiento en perros y gatos.