“Cuando uno pinta un mural en una medianera ya no ve más el edificio, ve el mural, así que de alguna manera se termina resignificando ese espacio”, dice Martín Ron. El artista está semana fue premiado por la plataforma Street Art Cities con el premio al mejor mural del mundo por una obra de casi 35 metros de altura hecha en 360 grados sobre una torre de agua en Miramar.

El cuadro es protagonizado por Nina y Salvi, un niño que tiene un fuerte vínculo con Chubut y especialmente con Rada Tilly, la ciudad balnearia donde Ron quiere pintar uno de sus próximos cuadros. Así lo confesó el propio artista a ADNSUR

“Me encantaría pintar en Rada Tilly. Bajo mi mirada veo que es un pueblo chico, que es costero y tiene una sola pared gigante. Es la única pared en altura. Su fisonomía es de casitas bajas, residenciales y de pronto crece un edificio gigante. Pero cuando uno pinta un mural tranquilamente puede ser toda una postal, por eso tengo muchas ganas de pintar eso, porque tiene todo para competir por los premios anuales de Street Art Cities y otras organizaciones”, indicó.

Durante muchos años el edificio de Rada Tilly tuvo pintada una publicidad de Coca Cola. Ahora la pared está blanca, lista para ser intervenida. ¿Será una posibilidad?

Ron admite que en 2018 ya tuvo un contacto con las autoridades de la villa. Ramiro Jerzak, un amigo de él que forma parte de su equipo, estaba realizando una gira por el sur cuando vio el edificio. Por ese entonces todavía tenía la publicidad de Coca Cola y vio en esa pared una oportunidad para el artista, reconocido entre otras obras por el retrato de Diego Armando Maradona, en un edificio de San Juan al 1600.

La idea quedó latente y los primeros contactos incentivaron la ilusión pero el tiempo diluyó esa posibilidad. Así, Ron siguió pintando por el mundo, hasta que conoció a Jimena Bustos, la madre del niño que ilustra la torre de Miramar.

Martín junto a Jimena y Salvador.

UN CONTACTO QUE LO TRAE AL SUR

Ron cuenta que estaba buscando un niño para que sea protagonista en uno de sus murales cuando se cruzó con Salvi y su familia. “Desde hace años los protagonistas de mis murales son los chicos a través de la expresión y la gestualidad que me brindan, y sobre todo en cómo funcionan en la escala gigante y la llegada que tienen al público. Tengo elaborado ciertos perfiles de chicos con casting que hice entre amigos y conocidos, buscando el perfil que más se adecua a la obra. En el caso de Salvi me puse en contacto con los papás que son amigos a través de un amigo mío y accedieron automáticamente porque ya venían siguiendo mis obras y siempre teníamos la posibilidad de charlar. Hicimos un primer mural en noviembre para una campaña solidaria y funcionó, así que lo convoqué para un segundo mural porque tenía las características perfectas para lo que necesitaba: un chico de pelito largo para generar el efecto de agua”.

Pero esta vez Salvi no fue solo. También se sumó Nina, una amiguita del colegio que también quería posar. Así, ambos terminaron siendo los protagonistas del mural del tanque de agua. 

Martín junto a Nina y Salvi durante la sesión de fotos que se utilizó para darle vida al mural en Miramar.

UNA OBRA CON IDENTIDAD

La obra es un mural hiperrealista, “un tanque de cristal donde se ven dos criaturas divirtiéndose, mientras disfrutan un baño de agua salada”, dice Ron. 

La idea surgió en debates con la gente de la localidad y busca mostrar la ciudad balnearia, la niñez y la diversión, pensando tanto en chicos como en aquella nostalgia de los grandes.

El resultado fue un mural que se pintó durante cinco semanas con casi 1000 metros cuadrados de pintura, 35 por casi 40 metros pintados. El equipo estuvo integrado por Nicolás Dicianno, Mariana Parra, Érica Ávalos y Joaquín Cava.

El mural visto desde sus ambos lados, Salvi y Nina.

En mayo el trabajo se presentó en la plataforma Street Art Cities y Ron se quedó con el premio al mejor mural del mundo entre más de 300 trabajos. Pero la felicidad no fue solo suya luego de dos segundos puestos en 2022 y 2021. Jimena, Salvador y toda su familia en Rada Tilly también explotan de felicidad por estos días.

“Estamos felices, no esperábamos que tenga tanta repercusión a nivel país”, dice Jimena a ADNSUR desde San Isidro. “La verdad es algo que nos sorprendió porque ya había pasado toda la alegría de la familia, las redes sociales, los amigos y ahora con lo del premio volvió a surgir de una manera impresionante y está en todos lados; es una locura y a él le encanta”.

Salvador tiene solo 7 años, va a segundo grado en el Colegio Fátima y le encanta dibujar pero prefiere las matemáticas. Cuenta su madre que está fue su primera experiencia como modelo. Por eso le sorprende la facilidad con que se adaptó a la idea y lo mucho que la disfrutó.

El pequeño, por su parte, con su timidez propia de la edad, asegura que se sintió feliz cuando vio su cara en el mural y al momento de elegir lo que más le gustó, no duda: jugar con su amiga Nina. 

Por supuesto, su familia también está contenta, especialmente su tía y su abuela. “Mi mamá está anonadada, nunca pensó que esto iba a tener repercusión a este nivel. Cuando empezó a aparecer en redes sociales le escribieron sus amigas y le dijeron ‘ese no es tu nieto’. Ahora no lo puede creer, tiene la foto de perfil de Whatsapp y todo, está contenta”, dice Jimena.

Salvador junto a su familia materna en Rada Tilly.

El pequeño tiene un fuerte vínculo con la villa y por lo menos una vez al año viaja a la zona a visitar a sus familiares. Por supuesto, la playa es uno de sus lugares preferidos. 

Su familia sabe que Ron quiere pintar el edificio de la villa y se ilusiona con que eso suceda y por qué no, que Salvi sea uno de los protagonistas.

Por lo pronto, el artista -que ya pintó Córdoba, La Pampa, San Nicolas, Rosario, Capital Federal y provincia de Buenos Aires- se prepara para viajar a Singapur, Estados Unidos y Francia, donde también plasmará su arte. Aunque su ilusión también es pintar aquel histórico edificio de un pequeño pueblito de casas bajas en el que ve potencial para que sea una postal. 

“Para mí es el mejor lugar para pintar un mural, tienen potencial para hacer una obra de magnitud que trascienda en estos premios, pero más allá de la apuesta al arte y el embellecimiento puede haber una resignificación del espacio; porque paredones grandes se convierten en postales y esa particularidad que para mi es única en Rada Tilly”, dice mirando al sur. 

“Cuando uno pinta un mural en una medianera ya no ve más el edificio, ve el mural, así que de alguna manera se termina resignificando ese espacio”, dice Martín Ron. El artista está semana fue premiado por la plataforma Street Art Cities con el premio mejor mural del mundo por una obra de casi 35 metros de altura hecho en 360 grados sobre una torre de agua en Miramar.

El cuadro es protagonizado por Nina y Salvi, un niño que tiene un fuerte vínculo con Chubut y especialmente con Rada Tilly, la ciudad balnearia donde Ron quiere pintar uno de sus próximos cuadros. Así lo confesó el propio artista a ADNSUR. “Me encantaría pintar en Rada Tilly. Bajo mi mirada veo que es un pueblo chico, que es costero y tiene una sola pared gigante. Es la única pared en altura donde estaba el cartel de Coca Cola. Su fisonomía es de casitas bajas, residenciales y de pronto crece un edificio gigante. Pero cuando uno pinta un mural tranquilamente puede ser toda una postal de Rada Tilly, por eso tengo muchas ganas de pintar eso, porque tiene todo para competir por los premios anuales de Street Art Cities y otras organizaciones”, indicó.

Ron admite que en 2018 ya tuvo un contacto con las autoridades de la villa. Ramiro Jerzak, un amigo de él que forma parte de su equipo, estaba realizando una gira por el sur vinculado cuando vio el edificio. Por ese entonces todavía tenía la publicidad de Coca Cola y vio en esa pared una oportunidad para el artista, reconocido entre otras obras por el retrato de Diego Armando Maradona, en un edificio de San Juan al 1600.

La idea quedó latente y los primeros contactos incentivaron la ilusión pero el tiempo diluyó esa posibilidad. Así, Ron siguió pintando por el mundo, hasta que conoció a Jimena Bustos, la madre del niño que ilustra la torre de Miramar.

UN CONTACTO QUE LO TRAE AL SUR

Ron cuenta que estaba buscando un niño para que sea protagonista en uno de sus murales cuando se cruzó con Salvi y su familia. “Desde hace años los protagonistas de mis murales son los chicos a través de la expresión y la gestualidad que me brindan y sobre todo en cómo funcionan en la escala gigante y la llegada que tienen al público. Tengo elaborado ciertos perfiles de chicos con casting que hice entre amigos y conocidos, buscando el perfil que más se adecua a la obra. En el caso de Salvi me puse en contacto con los papás que son amigos a través de un amigo mio y accedieron automáticamente porque ya venían siguiendo mis obras y siempre teníamos la posibilidad de charlar. Hicimos un primer mural en noviembre para una campaña solidaria y funcionó, así que lo convoqué para un segundo mural porque tenía las características perfectas para lo que necesitaba: un chico de pelito largo para generar el efecto de agua”.

Pero esta vez Salvi no fue solo. También se sumó Nina, una amiguita del colegio que también quería posar. Así, ambos terminaron siendo los protagonistas del mural del tanque de agua. 

UNA OBRA CON IDENTIDAD

La obra es un mural hiperrealista, “un tanque de cristal donde se ven dos criaturas divirtiéndose, mientras disfrutan un baño de agua salada”, dice Ron. 

La idea surgió en debates con la gente de la localidad y buscaba mostrar la ciudad balnearia, la niñez y la diversión, pensando tanto en chicos como en aquella nostalgia de los grandes.

El resultado fue un mural que se pintó durante cinco semanas con casi 1000 metros cuadrados de pintura, 35 por casi 40 metros pintados. El equipo estuvo integrado por Nicolás Dicianno, Mariana Parra, Érica Ávalos y Joaquín Cava.

En mayo el trabajo se presentó en la plataforma Street Art Cities y Ron se quedó con el premio al mejor mural del mundo entre más de 300 trabajos. Pero la felicidad no fue solo suya luego de dos segundos puestos en 2022 y 2021. Jimena, Salvador y toda su familia en Rada Tilly también explotan de felicidad por estos días.

“Estamos felices, no esperábamos que tenga tanta repercusión a nivel país”, dice Jimena a ADNSUR desde San Isidro. “La verdad es algo que nos sorprendió porque ya había pasado toda la alegría de la familia, las redes sociales, los amigos y ahora con lo del premio volvió a surgir de una manera impresionante y está en todos lados; es una locura y a él le encanta”.

Salvador tiene solo 7 años, va a segundo grado en el Colegio Fátima y le encanta dibujar pero prefiere las matemáticas. Cuenta su madre que está fue su primera experiencia como modelo. Por eso le sorprende la facilidad con que se adaptó a la idea y lo mucho que lo disfrutó.

El pequeño, por su parte, con su timidez propia de la edad, asegura que se sintió feliz cuando vio su cara en el mural y al momento de elegir lo que más le gustó, no duda: jugar con su amiga Nina. 

Por supuesto, su familia también está contenta, especialmente su tía y su abuela. “Mi mamá está anonadada, nunca pensó que esto iba a tener repercusión a este nivel. Cuando empezó a aparecer en redes sociales le escribieron sus amigas y le dijeron ‘ese no es tu nieto’. Ahora no lo puede creer, tiene la foto de perfil de Whatsapp y todo, está contenta”, dice Jimena.

El pequeño tiene un fuerte vínculo con Rada Tilly. Por lo menos dos veces al año viaja a la zona a visitar a sus familiares. Por supuesto, la playa es uno de sus lugares preferidos. Su familia sabe que Ron quiere pintar el edificio de la villa y se ilusiona con que eso suceda y por qué no Salvi sea uno de los protagonistas.

Por lo pronto, el artista que ya pintó Córdoba, La Pampa, San Nicolas, Rosario, Capital Federal y provincia de Buenos Aires, se prepara para viajar a Singapur, Estados Unidos y Francia, donde también plasmará su arte. Aunque su ilusión es pintar aquel histórico edificio de un pequeño pueblito de casas bajas en el que ve potencial para que sea una postal. 

“Para mí es el mejor lugar para pintar un mural, tienen potencial para hacer una obra de magnitud que trascienda en estos premios, pero más allá de la apuesta al arte y el embellecimiento puede haber una resignificación del espacio; porque paredones grandes se convierten en postales y esa particularidad que para mi es única en Rada Tilly”.

“Cuando uno pinta un mural en una medianera ya no ve más el edificio, ve el mural, así que de alguna manera se termina resignificando ese espacio”, dice Martín Ron. El artista está semana fue premiado por la plataforma Street Art Cities con el premio mejor mural del mundo por una obra de casi 35 metros de altura hecho en 360 grados sobre una torre de agua en Miramar.

El cuadro es protagonizado por Nina y Salvi, un niño que tiene un fuerte vínculo con Chubut y especialmente con Rada Tilly, la ciudad balnearia donde Ron quiere pintar uno de sus próximos cuadros. Así lo confesó el propio artista a ADNSUR. “Me encantaría pintar en Rada Tilly. Bajo mi mirada veo que es un pueblo chico, que es costero y tiene una sola pared gigante. Es la única pared en altura donde estaba el cartel de Coca Cola. Su fisonomía es de casitas bajas, residenciales y de pronto crece un edificio gigante. Pero cuando uno pinta un mural tranquilamente puede ser toda una postal de Rada Tilly, por eso tengo muchas ganas de pintar eso, porque tiene todo para competir por los premios anuales de Street Art Cities y otras organizaciones”, indicó.

Ron admite que en 2018 ya tuvo un contacto con las autoridades de la villa. Ramiro Jerzak, un amigo de él que forma parte de su equipo, estaba realizando una gira por el sur vinculado cuando vio el edificio. Por ese entonces todavía tenía la publicidad de Coca Cola y vio en esa pared una oportunidad para el artista, reconocido entre otras obras por el retrato de Diego Armando Maradona, en un edificio de San Juan al 1600.

La idea quedó latente y los primeros contactos incentivaron la ilusión pero el tiempo diluyó esa posibilidad. Así, Ron siguió pintando por el mundo, hasta que conoció a Jimena Bustos, la madre del niño que ilustra la torre de Miramar.

UN CONTACTO QUE LO TRAE AL SUR

Ron cuenta que estaba buscando un niño para que sea protagonista en uno de sus murales cuando se cruzó con Salvi y su familia. “Desde hace años los protagonistas de mis murales son los chicos a través de la expresión y la gestualidad que me brindan y sobre todo en cómo funcionan en la escala gigante y la llegada que tienen al público. Tengo elaborado ciertos perfiles de chicos con casting que hice entre amigos y conocidos, buscando el perfil que más se adecua a la obra. En el caso de Salvi me puse en contacto con los papás que son amigos a través de un amigo mio y accedieron automáticamente porque ya venían siguiendo mis obras y siempre teníamos la posibilidad de charlar. Hicimos un primer mural en noviembre para una campaña solidaria y funcionó, así que lo convoqué para un segundo mural porque tenía las características perfectas para lo que necesitaba: un chico de pelito largo para generar el efecto de agua”.

Pero esta vez Salvi no fue solo. También se sumó Nina, una amiguita del colegio que también quería posar. Así, ambos terminaron siendo los protagonistas del mural del tanque de agua. 

UNA OBRA CON IDENTIDAD

La obra es un mural hiperrealista, “un tanque de cristal donde se ven dos criaturas divirtiéndose, mientras disfrutan un baño de agua salada”, dice Ron. 

La idea surgió en debates con la gente de la localidad y buscaba mostrar la ciudad balnearia, la niñez y la diversión, pensando tanto en chicos como en aquella nostalgia de los grandes.

El resultado fue un mural que se pintó durante cinco semanas con casi 1000 metros cuadrados de pintura, 35 por casi 40 metros pintados. El equipo estuvo integrado por Nicolás Dicianno, Mariana Parra, Érica Ávalos y Joaquín Cava.

En mayo el trabajo se presentó en la plataforma Street Art Cities y Ron se quedó con el premio al mejor mural del mundo entre más de 300 trabajos. Pero la felicidad no fue solo suya luego de dos segundos puestos en 2022 y 2021. Jimena, Salvador y toda su familia en Rada Tilly también explotan de felicidad por estos días.

“Estamos felices, no esperábamos que tenga tanta repercusión a nivel país”, dice Jimena a ADNSUR desde San Isidro. “La verdad es algo que nos sorprendió porque ya había pasado toda la alegría de la familia, las redes sociales, los amigos y ahora con lo del premio volvió a surgir de una manera impresionante y está en todos lados; es una locura y a él le encanta”.

Salvador tiene solo 7 años, va a segundo grado en el Colegio Fátima y le encanta dibujar pero prefiere las matemáticas. Cuenta su madre que está fue su primera experiencia como modelo. Por eso le sorprende la facilidad con que se adaptó a la idea y lo mucho que lo disfrutó.

El pequeño, por su parte, con su timidez propia de la edad, asegura que se sintió feliz cuando vio su cara en el mural y al momento de elegir lo que más le gustó, no duda: jugar con su amiga Nina. 

Por supuesto, su familia también está contenta, especialmente su tía y su abuela. “Mi mamá está anonadada, nunca pensó que esto iba a tener repercusión a este nivel. Cuando empezó a aparecer en redes sociales le escribieron sus amigas y le dijeron ‘ese no es tu nieto’. Ahora no lo puede creer, tiene la foto de perfil de Whatsapp y todo, está contenta”, dice Jimena.

El pequeño tiene un fuerte vínculo con Rada Tilly. Por lo menos dos veces al año viaja a la zona a visitar a sus familiares. Por supuesto, la playa es uno de sus lugares preferidos. Su familia sabe que Ron quiere pintar el edificio de la villa y se ilusiona con que eso suceda y por qué no Salvi sea uno de los protagonistas.

Por lo pronto, el artista que ya pintó Córdoba, La Pampa, San Nicolas, Rosario, Capital Federal y provincia de Buenos Aires, se prepara para viajar a Singapur, Estados Unidos y Francia, donde también plasmará su arte. Aunque su ilusión es pintar aquel histórico edificio de un pequeño pueblito de casas bajas en el que ve potencial para que sea una postal. 

“Para mí es el mejor lugar para pintar un mural, tienen potencial para hacer una obra de magnitud que trascienda en estos premios, pero más allá de la apuesta al arte y el embellecimiento puede haber una resignificación del espacio; porque paredones grandes se convierten en postales y esa particularidad que para mi es única en Rada Tilly”.

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