Nacho Mena, el comodorense que tocó en grandes escenarios de Europa y ahora volverá a la ciudad
Nacho Mena nació en Comodoro Rivadavia y desde los 17 anda rumbeando por el mundo. Primero estuvo en Dinamarca estudiando y luego volvió a Buenos Aires, donde se terminó de formar e hizo carrera. Allí se presentó en diferentes escenarios, tocó en importantes orquestas, y luego partió rumbo a Italia para seguir perfeccionándose. Historia de un joven que soñó con hacer música, y que llegó a hacer gira con Anna Oxa, una importante cantante italiana que interpreta en el mundo “Todo cambia”.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - “Cambia el rumbo el caminante”, dice “Todo Cambia”, la canción que hizo grande Mercedes Sosa y que alguna vez el comodorense Nacho Mena tocó en Italia con Anna Oxa, una famosa cantante de ese país.
En internet, gracias a las bondades del siglo XXI, hay videos de ese día que Nacho tocó esa pieza magistral y es imposible no sentir que se eriza la piel. Todo cambia.
Él recuerda ese momento y lo atesora en su corazón. “Me acuerdo que un día estábamos en un ensayo hablando y me dice ‘Yo cante con Mercedes Sosa, hicimos una canción, pero siempre quise cantar con ella una Todo cambia’. Me preguntó si la conocía, le dije que sí, y me dijo ‘toca algo’. Lo pasamos una vez, me dijo ‘que bello esto’. Le dije que para mi era un honor tocar con ella y el primer día de la gira veo en la playlist ‘Todo cambia’, pero lo habíamos ensayado como mucho 15 minutos”.
Cuando Nacho lo cuenta deambula entre la emoción del recuerdo y la gracia del momento. Asegura que al ver el tema en la lista enseguida se puso a ensayar junto al guitarrista, sin poder creer lo que pasaba. “Fue uno de los momentos más lindos de la noche y después lo seguimos haciendo durante toda la gira. Hay algunos videos de Youtube y cuando lo veo se me caen las lágrimas, porque cantar con ella un tema tan representativo de nuestra tierra fue mágico”, cuenta a ADNSUR desde Roma.
Nacho es Ignacio Mena, uno de los hijos de “El pobre Mena”, ese popular empresario de la década del 90 que hacía ocurrentes publicidades en Radio Del Mar. Él es el menor de tres hermanos, de esta familia de artistas que hizo de la música un estilo de vida. Es que Diego, el padre, en su momento tuvo su propia banda, “Caramelo”, y su hermana, Silvina, en la actualidad tiene su propia academia, y ha bailado en diferentes escenarios del mundo junto a Nazareno Valverdi.
UNA VIDA VINCULADA A LA MÚSICA
Nacho dio sus primeros pasos en la Escuela del Sol, donde hizo la primaria. Luego vinieron las clases de piano con Leticia Olivan, y el Coro de niños Municipal que dirigen María Laura Cerezo y Ester Díaz, algo que recuerda como un niño que disfruta lo hacía.
“A ese coro fui por 12 años. La última vez creo que fue antes de irme a Dinamarca. Por ese entonces también estudiaba música en la Escuela de Arte, canto particular y estudiaba en el Colegio Universitario Patagónico. Pero me acuerdo que de muy chiquito siempre me gustó hacer música, arreglar y cantar. En mi familia todos los fines de semana era hacer comidas y gente que venía. Se cantaba y se hacía karaoke”.
En su corazón también hay grandes recuerdos del Colegio Universitario Patagónico. Asegura que fue una gran influencia para él. Allí pasó sus últimos años en Comodoro, previo a irse de intercambio gracias al Rotary Club.
SUS PRIMEROS PASOS FUERA DEL PAÍS
Dejar la Argentina para Nacho no significó dejar la música. En una ciudad cercana a Aalborg participó en diferentes espectáculos escolares que lo ayudaron a seguir creciendo. Esa experiencia quizás fue lo que en los últimos años lo impulsó a volver a ese continente, donde además hizo gira con el ballet El Camaruco, presentando el espectáculo “Malambeando”, que tanto frutos le ha dado a esa escuela.
El Conservatorio Ciudad de Buenos Aires, hoy conocido como Astor Piazzola, fue el lugar donde terminó de formarse. De nuevo en Argentina allí estudió canto y se enamoró del violoncelo, que se convertiría en su hijo inseparable. Pero, en esa ciudad también estudió teatro musical y actuación, lo que lo llevó a participar en espectáculos de Ricky Pashkus, Pepe Cibrian y José María Múscari.
Eran tiempos en que desplegaba sus facetas de canto, actuación y bailarín, según cuenta. En el medio llegaron los viajes a Europa con El Camaruco y la posibilidad de presentarse en Francia, España, Suiza, Italia y también Argentina.
De espíritu inquieto un día Nacho decidió volar, y se fue a Italia, donde hizo una especialización en violonchelo en el Conservatorio de Roma, culminando esa etapa con la presentación de su tesis en la sala académica del Santa Cecilia.
En ese país, aprovechando su DNI, apostó al tango. Así en Youtube, se pueden encontrar algunos recitales y canciones interpretadas por él, y el trío que formó junto a dos artistas, una de sus experiencias más importantes junto a haber integrado la Orquesta Sinfónica Clandestina y tocado con Anna Oxa, con quien se presentó ante miles de personas en diferentes escenarios de Italia y Europa.
A lo largo de su trayectoria, Nacho ha logrado tener vastas experiencias. Alguna importantes, como cuando tocó en cruceros, donde se subía como un desconocido y bajaba como un rock stars; y otras más terrenales, como enseñar en Villa Soldati a chicos de bajos recursos, o en plena pandemia tocar en una plaza por placer y por la obligación de pagar el alquiler.
Pero más allá del escenario, para él, según cuenta, lo importante es tocar. “Tocar en la calle me encanta. Todos mis videos en Instagram son tocando en la calle y lo disfruto muchísimo. Es un lugar muy interesante, pero hay veces que tocó en el subte. Yo toco porque además lo necesito. Es un placer para mi como también es una necesidad. Necesito ir y tocar. Y me he encontrado tocando en un parque a dos cuadras de mi casa, porque además tengo que pagar el alquiler, y recibí unas cosas de la gente, que me llenan el corazón y me dan ganas de seguir haciendo cosas. Pero extraño un poco mi tierra", admite.
"Yo me fui a los 16 años y si bien volví a dar clases, hacer giras, a dar seminarios, máster, creo que es un buen momento para volver y quedarme un tiempo. Voy con muchas pilas para enseñar, poder hacer proyectos y mover un poco la cultura y la enseñanza de la música en nuestra zona, que en definitiva es lo que nos gusta a todos los artistas”, sentencia este músico que se animó a soñar en distintas parte del mundo, sabiendo que “Todo cambia”, y hoy, aunque sea por un tiempo, llegó el momento de volver a casa.