Orgullo de Trelew: Paula Monsalve se convirtió en la primera ingeniera en petróleo de la UBA
Luego de atravesar una exigente carrera universitaria, obtuvo su título, que fue el resultado de su perseverancia, pero también del respaldo de sus familiares y amigos. Es una historia inspiradora que nos enorgullece, pero que también renueva el debate para que nuestra provincia pueda jerarquizar el desarrollo humano en todos sus niveles.
Desde las aulas de la Escuela Nueva en Trelew hasta los campos petroleros de Neuquén, Paula Monsalve marcó un camino que no sólo enorgullece a su familia y amigos sino también a toda una provincia.
Convertirse en la primera ingeniera en petróleo egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) fue un logro que, según sus propias palabras, demandó sacrificio, esfuerzo y una vocación que descubrió en el último año de la secundaria.
“Siempre amé mi ciudad, pero sabía que para cumplir mis sueños debía partir. Llegar a Buenos Aires fue un shock: una ciudad inmensa, clases con cientos de alumnos y la nostalgia de estar a 1500 kilómetros de casa", recordó en diálogo con ADNSUR.
"Sin embargo, entendí que estudiar era un privilegio y eso me impulsó a dar lo mejor de mí”, valoró.
Entre odontología e ingeniería en petróleo, optó por esta última fascinada por el desafío del sector energético.
El camino no fue sencillo. Paula enfrentó el dolor del desarraigo con la misma determinación que aplicó a sus estudios.
En el medio, se desempeñó como arbitra de hockey por sus conocimientos adquiridos en el club Patoruzú de Trelew cuya experiencia fue útil en su trayectoria educativa.
No fue fácil dejar Trelew, pero aprendí a querer Buenos Aires. La ciudad me dio oportunidades que nunca imaginé. Al mismo tiempo, ser del interior me enseñó el valor del esfuerzo y a celebrar cada pequeño avance”, aseguró.
"EL DESARROLLO HUMANO VA DE LA MANO DEL DESARROLLO ENERGÉTICO”
Su incursión laboral comenzó temprano, a los 22 años como parte de un proyecto de investigación de la Fundación YPF.
Un año después, ingresó a la petrolera como pasante, para luego ser contratada de forma efectiva.
Entre sus responsabilidades iniciales y su tesis final, Paula consolidó su carrera mientras viajaba entre las cuencas de Neuquén.
“Estar en el campo fue clave. Allí entendí cómo lo aprendido en los libros cobraba vida y esa experiencia me enriqueció profundamente”, destacó.
“Estas vivencias me enseñaron que el desarrollo humano va de la mano del desarrollo energético. Todas las situaciones que pude observar me permitieron llegar a esa conclusión”, consideró.
En un sector predominantemente masculino, Paula destaca como ejemplo de perseverancia.
“Ser mujer en esta profesión no es común pero nunca me sentí limitada. Mi pasión y el apoyo de mi familia fueron fundamentales para abrirme camino y demostrar lo que podía aportar”, relató.
Mirando hacia el futuro, Paula mantiene sus sueños intactos. Considera la posibilidad de realizar un posgrado y hasta de explorar una segunda carrera, aunque por ahora se enfoca en disfrutar de su trabajo y los frutos de tanto esfuerzo.
El título obtenido en la UBA, una universidad pública y gratuita, simboliza su esfuerzo individual pero también el de su entorno.
“Este logro es de mi familia, mis amigos y de toda la gente que me apoyó. Sin ellos, nada de esto habría sido posible”, expresó en un tono emotivo.
Hoy, Paula Monsalve se ha convertido en una figura inspiradora para otros jóvenes. Su historia demostró que, con esfuerzo, perseverancia y apoyo, los sueños más grandes pueden hacerse realidad.
De regreso a Trelew para festejar las fiestas de fin de año, Paula reflexionó sobre su camino atravesado y sobre las metas a futuro.
“Nunca imaginé todo lo que me depararía la vida: estudiar en Buenos Aires, recorrer el país y abrirme paso en un sector tan desafiante. Estoy agradecida por cada experiencia y por quienes me acompañaron en este viaje”, repasó.
A continuación, proyectó “luego del enorme sacrificio de irme de Trelew, estoy dispuesta a enfrentar otras situaciones para progresar en mi profesión y ganar experiencia”.
Por supuesto, que el caso de Paula Monsalve es reconfortante y -totalmente- valioso porque es la primera mujer recibida como ingeniera de petróleo en la U.B.A. Pero a su vez, nos permite consignar otra serie de reflexiones.
LA NECESIDAD DE AMPLIAR LA OFERTA EDUCATIVA EN LA PROVINCIA
Por un lado, sería importante que nuestra provincia pueda desarrollar carreras de estas características teniendo en cuenta que la industria del petróleo es una de los matrices fundamentales del desarrollo en la Patagonia.
A su vez, esta historia renueva el interés de realizar un seguimiento más cercano a los centenares de jóvenes que atraviesan sus estudios secundarios con la ausencia de un norte de realización profesional en las carreras que se dictan en la zona.
Por supuesto, que una formación universitaria no es gratuita. Hay que garantizar los materiales de estudio, movilidad, becas, hospedajes, ensanchar las ofertas a lo largo de la provincia y promover todas las condiciones para que se pueda realizar una cursada en el lugar de origen.
En pleno S.XXI y con el auge con el que la Patagonia irrumpe en el escenario nacional, es impostergable brindar este debate.
Durante mucho tiempo, se valoró a esta región como atractiva por sus paisajes, tranquilidad y calidad de vida.
Pero la salud de mediana y alta complejidad como la educación superior formaron parte de los grandes déficits.
Estamos a tiempo de proponer nuevas soluciones para dar el salto de calidad que nuestra región demanda por su crecimiento demográfico de los últimos años y por las décadas de postergación en esos aspectos tan centrales para el desarrollo humano de nuestras comunidades.