Puerto Madryn se llenó de mariposas: las razones detrás del atractivo fenómeno
Germán Cheli, investigador del CONICET, explica por qué se ven más insectos que en otros veranos.
Su nombre científico es Tatochila theodice, pero es popularmente conocida como “lecherita” o “lechera patagónica”. Con sus alas blancas y pequeñas líneas negras, estas mariposas, características de la Patagonia, “invadieron” en los últimos días las calles de Puerto Madryn.
Quienes hayan caminado por la rambla de la ciudad balnearia seguramente habrán tenido que repartir su atención entre el imponente azul del mar y la hermosa paleta de colores dibujada por las mariposas que volaban entre las plantas, posándose sobre las flores. Si bien predominaron las "lecheritas", también estuvieron acompañadas de ejemplares de otras especies, como la "Dama Manchada" (rojas y negras).
Germán Cheli, investigador del CONICET y director del Grupo de Trabajo en Entomología Patagónica del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC - CCT CENPAT-CONICET), explicó a ADNSUR las razones detrás de esta “invasión” de mariposas.
“Tuvimos una primavera muy lluviosa, lo que permitió que el 2024 fuera un año húmedo luego de tres años de sequía. Eso hace que haya mucha agua disponible para que crezcan las flores y para que los insectos no mueran”, resumió el especialista, quien también es profesor adjunto de Biología de Artrópodos en la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud (UNPSJB).
Los picos de insectos suelen registrarse en primavera y otoño. Sin embargo, el inicio del verano, con temperaturas que no fueron tan altas, permitió que se mantuvieran esas condiciones de humedad.
“Es algo normal, cíclico. Tenemos años secos con menos insectos y otros más húmedos donde las condiciones climáticas permiten que haya una población más grande”, agrega Cheli, quien desde hace más de 20 años estudia cómo el comportamiento de los insectos brinda indicadores precisos sobre los cambios ambientales.
Aunque las mariposas llaman más la atención porque vuelan y son más atractivas, el aumento de la cantidad de insectos está presente en todos lados. “Hay más arañas, por ejemplo. Y en la laguna de San Martín y Villarino hay sapos”, detalla el investigador.
Las mariposas viven normalmente tres meses como larvas, en forma de oruga, y entre una semana y 15 días como adultas. Las orugas se alimentan de las hojas de los árboles, mientras que las mariposas lo hacen con el néctar de las flores. Eso les permite no competir por el alimento.
