Se conocieron en la vieja Escuela Normal de Bellas Artes y juntas hicieron de la disciplina su vida
Ilia Ruiz y Claudia Agusti aman el arte. Se conocieron en el 70 en la vieja Escuela Normal de Bellas Artes de Comodoro Rivadavia y desde entonces el camino las ha reunido en diferentes proyectos. El último de ellos Apasionadas por el arte, un espacio que busca darle lugar a todos los artistas, como una forma de difundir el trabajo al que le dedican su vida.
“Era muy chico, cada vez que se inundaba nuestras obras quedaban en todos lados, pero fue una linda época, muy bohemia; pasamos frío, no teníamos gas, pero lo disfrutamos; los recuerdos son hermosos”; dice Ilia Ruiz al recordar el viejo edificio de la Escuela Municipal de Bellas.
Illia fue de las primeras estudiantes de ese establecimiento, que en 1987 pasó a depender de la provincia y hoy se conoce como la Escuela de Arte, siendo único espacio de este tipo en la ciudad.
Con alegría recuerda esos años. Como dice eran tiempos distintos en que todo estaba por hacerse. En esas paredes forjó una gran amistad con Claudia Agustí, con quien hace unos años creó Apasionadas por el Arte, un espacio que busca darle lugar a todos los artistas de la ciudad como una forma de difundir el trabajo al que le dedican su vida.
LOS INICIOS
Claudia e Illia cursaron sus estudios en la década del 70. Cuatro años antes se había creado la escuela. Illia estaba en el tercer año de su cursada cuando entró Claudia con solo 13 años, gracias a que la dejaron participar de una experiencia piloto, ya que para ingresar al establecimiento uno de los requisitos era tener tercer año aprobado.
En ese tiempo la escuela funcionaba en el Hotel de Turismo y como recuerda Illia cuando había marejada muchas veces se inundaba. Para Claudia entrar a ese establecimiento fue el inicio de todo, pasar de chica a interactuar con grandes y sumergirse en el arte, algo que le apasionada.
Sobre esos años, recuerda. “Yo iba a expresión infantil y rogué tanto que me dejaron entrar, pero hice Bellas Artes y el Nacional porque antes se entraba con tercer año aprobado. La escuela estaba en el hotel de turismo y cursamos de seis a diez y media”.
Illia también recuerda que los profesores “eran muy exigentes”. Entre ellos estaban Loli Morón, Blanca Negri, entre otros. “Eran muy exigentes. Teníamos que estudiar, era una escuela con toda una currícula que tenías que cumplir. Uno está agradecido. Después cada uno siguió su propia búsqueda. A mi me encanta la escultura, pero en ese momento era para todos iguales”.
Illia se graduó en 1974 y Claudia en 1977. Una ya había sido mamá. Mientras la otra, más chica, aún estaba dando sus primeros pasos y decidió seguir estudiando en la Universidad de la Plata, aunque no le convenció y volvió.
“Me acuerdo habían sacado a los artistas y eran todos profesores. Entonces era todo muy teórico”, recuerda Claudia sobre esa época en La Plata. “Acá era distinto porque hacíamos de todo, mucha práctica, nos preparaban para dar clases”, dice con orgullo.
Tras su paso por la escuela cada una continuó su vida. Formaron familia y buscaron un sustento, porque como dicen del “arte es muy difícil vivir”.
En 1982 otra vez ellas se volvieron a encontrar a través del arte. Fue en “Taller 10”, una experiencia de 10 artistas plásticos que funcionó donde antes estaba Lahusen.
Durante cuatro años apostaron a la actividad, participando de exposiciones en diferentes ciudades, como por ejemplo Esquel, Trelew, pero también en Coyhaique, Chile, en una exposición que se denominó “Sin Fronteras”.
Para Claudia esa experiencia terminó cuando se quedó embarazada. Para Illia, cuando tuvo a su segundo hijo, Esteban. Por ese entonces, ya trabajaba en el Colegio Santo Domingo Savio, donde dio clases de artística, dibujo y caligrafía para quienes cursaban la orientación de Perito Mercantil. En paralelo también integraban la Asociación de Artistas Plásticos, seccional Comodoro Rivadavia.
Como dice Illia, a la distancia, les quedan “muy lindos recuerdos de esa época”, tiempos en que todo era distinto.
REPENSAR EL ARTE
En 2007, una vez más, ellas se volvieron a encontrar y esta vez crearon “Apasionadas por el Arte”, grupo que además integran Cristina Piscoliche, hija de Illia, y Norma Pérez, quien escribe poemas o cuentos en base a las obras del grupo.
Al respecto, Illia, asegura. “Nació porque en la ciudad hay poco movimiento y hay mucha historia artística. En otra época se movía la SAAP (Sociedad Argentina de Artistas Plásticos) para exponer. Los negocios, los cines, el aeropuerto daban un lugarcito para exponer, pero eso fue muriendo, y después quedó en la nada, pero nosotras tenemos muchas obras que no hemos expuesto nunca”.
La última presentación que hicieron fue en 2015, en el taller, cuando realizaron una exposición de Arte Correo, con obras que llegaron de diferentes partes del país. En paralelo, también han enviado obras a otros países, como Francia, Canadá, Alemania, España y Puerto Rico. “Es algo muy interesante porque podés participar en todo el mundo. Nos falta mandar a Asia, pero es algo divertido porque hemos recibido obras de otros lados y nosotros también enviamos. Es un ida y vuelta”, explicó Claudia.
Illia asegura que en 2020 ya tenían planificada una exposición. Sin embargo, por la pandemia fue cancelada. Ahora, el objetivo del grupo es volver a exponer pero también impulsar a otros artistas, tanto aquellos que alguna vez lo hicieron y después dejaron, como aquellos que son más incipientes. “Creemos que nuestra ciudad tiene muchos artistas, pero no porque seamos nosotras sino porque hay muchos artistas que no se conocen o muchos chicos que pasaron por la Escuela de Arte y luego quedaron olvidados, pero pertenecemos a una comunidad y está bueno que se sepa”, sentenció, Illia, esperando que pronto puedan volver a mostrar su trabajo.