Tristeza por la muerte del único habitante del pueblo de Buenos Aires que quedó bajo agua
Se trata de Pablo Novak y fue la persona que se quedó a vivir en el lugar, luego de la impactante inundación que sufrió la localidad durante 1985.
Este lunes, se conoció la triste noticia de la muerte de Pablo Novak, el único habitante de Villa Epecuén, un pueblo de Buenos Aires que quedó bajo agua. El hombre de 93 años fue la única persona que se quedó a vivir en el lugar, luego de la impactante inundación que sufrió la localidad durante 1985.
Así lo confirmó Javier Andrés, intendente de Adolfo Alsina en sus redes sociales y a través de un emotivo posteo. “Hoy es un día para decir adiós, aunque no sé si a las leyendas se las despide”, comenzó su mensaje.
“Don Pablo Novak, así: sonriente, entusiasta, siempre dispuesto a largas charlas y relatos de anécdotas quiero recordarte”, agregó. “Así: recorriendo Epecuén en tu bicicleta, leyendo el diario en una esquina de las ruinas, compartiendo como guía tus experiencias con los turistas y los periodistas de todos lados que preguntaban por El Último Habitante de Epecuén. Así todos vamos a recordarte”, añadió el intendente.
“Hoy es un día para decir ¡Gracias Don Pablo! Descansa, que nosotros cuidaremos tu legado aunque nunca será lo mismo”, señaló el hombre en su cuenta de Facebook.
DÓNDE QUEDA EPECUÉN Y CÓMO FUE LA SORPRENDENTE INUNDACIÓN
El pueblo Villa Epecuén se fundó en el año 1921 a orillas del lago homónimo y se encuentra ubicado en Adolfo Alsina, provincia de Buenos Aires. Según El Observador, la localidad contaba con gran cantidad de comercios y amplio desarrollo del turismo, donde en 1970 recibía la visita de 25.000 turistas en épocas de verano. Además, destacaba su tranquilidad y sus aguas hipersalinas. Sin embargo, en 1985 la tragedia golpeó el lugar.
En esa época, la provincia bonaerense se encontraba con gran cantidad de inundaciones y una de ellas generó un gran impacto en Epecuén. Cabe señalar que la localidad tenía obras que no fueron finalizadas y el muro de contención cedió, por lo que el lago inundó el pueblo, que quedó con siete metros de agua.
Si bien no hubo víctimas fatales, las pérdidas materiales fueron totales, por lo cual las personas dejaron la localidad. En tanto, a través de los años, el agua fue bajando y dejó los rastros de la impactante tragedia. Así, el lugar comenzó a ser turístico para todas las personas que querían visitar la también conocida “ciudad fantasma”. Novak fue el único ciudadano que decidió quedarse a vivir en el lugar hasta su último día de vida.