Los temporales de nieve que sorprendieron a la región patagónica, con fuertes impactos en Chubut, Neuquén y Santa Cruz, anticiparon en junio un invierno especialmente crudo. Con al menos 6 muertes de personas por las bajas temperaturas y una pérdida material millonaria que aún está por medirse, tanto en la actividad petrolera como rural, el primer mes invernal de 2024 ya dejó registros fuertemente negativos.

Como punto de partida, un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) registró a mayo con la temperatura promedio más baja desde que se inició el registro histórico, en 1961, al menos por lo ocurrido en los primeros 27 días de ese mes.

En ese período, en todo el país se registró una anomalía técnica de -2,46º, es decir casi 3 grados por debajo de lo normal. El mismo servicio no lo confirmó todavía, pero de no haberse revertido la tendencia en los últimos 4 días de aquel mes, se habrá convertido en el mes más frío de la historia, al menos desde el año 1961, en el que se iniciaron estos registros.

En cualquier caso, mayo fue un preludio para lo que ocurriría en junio, con el temporal de nieve iniciado el día martes 18 y prolongándose hasta el 24, con distintos grados de impacto, en algunos casos con graves consecuencias y pérdidas de vidas humanas.

Según el Servicio, para esos días se contemplaron acumulaciones de nieve, en las zonas cordilleranas de las provincias de Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Río Negro, de entre 15 y 60 centímetros, extendiéndose incluso hasta la zona costera, como quedó reflejado en Comodoro Rivadavia y su incomunicación por varios días con la ciudad de Trelew por ruta 3.

El temporal además costó al menos 3 vidas de pobladores rurales, uno en Santa Cruz y dos en Chubut, a causa de las temperaturas extremadamente bajas. En el sur chubutense todavía es buscado, además, el trabajador rural Luis Cea, desaparecido desde el día mismo del inicio del temporal.  

En tierras santacruceñas debe agregarse además la muerte de 3 jóvenes, presumiblemente por inhalación de monóxido de carbono, al intentar hacer noche en un puesto rural cercano a Tres Cerros. 

En cuanto a las pérdidas materiales, todavía están por contabilizarse. Tanto en Santa Cruz como en Chubut hay estimaciones de directivos ruralistas que hablan de alrededor de un 30% de la hacienda, lo que significarían cifras catastróficas para la actividad, aunque todavía no pueden certificarse porque aún hay caminos cerrados y campos inaccesibles. Los daños materiales terminarán de conocerse hacia agosto o septiembre. 

En lo que hace a la actividad petrolera, en Chubut ya se elevaron las proyecciones de pérdida de producción en junio del 15 al 18%, lo que traerá aparejado también una consecuente reducción en materia de regalías petroleras. Algo similar puede estimarse para Santa Cruz, que incluso tuvo una afectación mayor en sus campos petroleros. 

NO TAN FRÍO COMO EN LOS REGISTROS HISTÓRICOS, PERO CON GRANDES ACUMULACIONES DE NIEVE

El docente en climatología Walter Maza, de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de la Patagonia, comparó los registros históricos para la zona de influencia de Comodoro Rivadavia, cuya zona de influencia se vio impactada por el temporal, pero no llegó a temperaturas extremadamente bajas como en los récords históricos.

El 25 de junio de 1964, por ejemplo, la temperatura mínima alcanzó los 8,5 grados Celsius bajo cero. Posteriormente, el 24 de julio de 2001, cuando también se concentraron fuertes nevadas, se alcanzaron los 7,5 grados bajo cero.

“Entre el 15 y 26 de julio de 2001, hubo 12 días con temperaturas promedio de 4,9 grados bajo cero y mínimas de 7,5 bajo cero; luego, en 1982, hubo 13 días, entre el 13 y 23 de junio, con mínimas de 8,2 bajo cero y promedio de 3,4 grados bajo cero”, detalló.  

“En función de eso, no deberíamos alarmarnos, si bien mayo ha sido particularmente frío. Y los meses de junio y lo que va de julio, si bien fueron fríos, no alcanzaron registros tan bajos como estos datos históricos”.

Reconoció, sin embargo, que el contraste es especialmente notorio frente a los inviernos anteriores, sobre todo en los últimos 3 años, que estuvieron afectados por el fenómeno de ‘La Niña’, que suele coincidir con temperaturas más altas de lo habitual en invierno y precipitaciones más bajas de lo normal.

Lo que sí estuvo a la altura de los inviernos más crudos fue la acumulación de nieve, por ejemplo, frente al temporal de julio de 2001, cuando se acumularon 10 centímetros de nieve en 4 días o el de 1984, cuando la persistencia de la nieve se prolongó por varios días al combinarse también con bajas temperaturas.

En esta ocasión, especialmente zonas de las mesetas como Pampa Salamanca o Del Castillo, camino a Sarmiento, los registros fotográficos mostraron más de 30 centímetros de nieve acumulada (en Manantiales Behr, zona petrolera, hasta un metro o más). En especial, al combinarse con el ‘viento blanco’, las acumulaciones terminaron conformando bardas que cerraron caminos, tal como destacaron trabajadores de Vialidad Nacional durante el temporal de junio.

“Tenemos una orografía compleja en la meseta intermedia -indicó Maza-, entonces depende mucho también de la ubicación de los cañadones y en función del viento generalizado de cada lugar puede haber mayor acumulación. Eso no se puede registrar, porque las mediciones deben hacerse bajo ciertas condiciones estandarizadas, justamente para evitar distorsiones en función del viento”, explicó el docente. 

Y si bien las acumulaciones no inciden sobre los registros, a los fines prácticos terminaron incrementando las dificultades para la circulación del tránsito en aquella crítica semana de junio, con rutas cortadas en casi todas las provincias patagónicas. 

“Puede haber un cañadón de Oeste a Este que tendrá un tipo de acumulación de nieve y otro de sur a norte donde será diferente, por lo que no es posible precisar la cantidad de nieve o vincularla con el viento. Pero obviamente que hablamos de promedios de 30 centímetros de acumulación, aunque hemos visto fotos donde la nieve alcanzaba hasta la ventanilla de una camioneta, lo que significa 1,20 metros”, comentó Maza. 

LAS TEMPERATURAS MÍNIMAS Y PRECIPITACIONES DE MAYO Y JUNIO

Para dimensionar el fenómeno climático, Maza citó datos oficiales del SMN, en los que se refleja que Comodoro Rivadavia tuvo una temperatura mínima de 2,5 grados bajo cero en mayo, atenuándose en junio, con 1,6 bajo cero. En Esquel, las mínimas para cada mes fueron de 8,6 y 7,4 bajo cero, para mayo y junio, respectivamente; en Trelew, 7 y 5,2; y en Perito Moreno,12 y 15,8, siempre en mediciones por debajo de cero.  

Las mayores precipitaciones de nieve se concentraron en Esquel, con 6 días de entre 10 y 50 centímetros, mientras que Perito Moreno tuvo medidas acumulaciones similares, a lo largo de 3 días.

La zona de Comodoro Rivadavia y golfo San Jorge, por sobre lo normal para el período que va desde el 19 de junio al 18 de julio. Contrariamente, en la zona cordillerana hubo entre 30 y 90 milímetros de precipitaciones por debajo de lo normal. 

Las temperaturas mínimas de Neuquén, por otra parte, alcanzaron 3,1 y 4 grados bajo cero, para mayo y junio, mientras que en Maquinchao se registraron los pisos de 11,6 y 10,4 grados bajo cero. En la provincia neuquina se registraron además precipitaciones por debajo de lo normal en ambos meses, salvo una pequeña porción en la zona Este.

PRONÓSTICO PARA LOS PRÓXIMOS 3 MESES: VUELVE LA NIÑA, CON TEMPERATURAS POR SOBRE LO NORMAL Y SEQUÍA

Maza se refirió además al pronóstico para los próximos 3 meses en Chubut y la Patagonia, los cuales anticipan precipitaciones menores a los valores normales, combinándose con temperaturas por sobre lo habitual.

Esto alinearía a la región con lo que está ocurriendo a nivel global, ya que más allá del fenómeno focalizado con bajas temperaturas y nieve en el último mes, la temperatura media en el planeta aumentó “por encima de lo esperado, ya que se espera un umbral de 1,5 grado pero se está hablando de que en junio en todo el globo habría ascendido 1,6 grado por encima del valor normal”, dijo Maza. 

El docente e investigador indicó que las mismas proyecciones, de temperaturas por sobre lo normal y precipitaciones por debajo, empiezan a extenderse para la primavera y verano, en congruencia con el regreso del fenómeno de La Niña, que ya estuvo presente entre 2021 y 2023 y provocó grandes sequías en el país.  

“Hoy estamos en una fase neutra -indicó- y los pronósticos indican que la mayor posibilidad es que a partir de octubre nuevamente nos enfrentaremos a un fenómeno de La Niña, como lo que tuvimos durante 3 años consecutivos, hasta 2023, lo que resulta algo inusual”, advirtió.

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