Un nene que fue violado en el 2014 volvió a pedir ayuda médica por las secuelas físicas que aún sufre
Cuando ocurrió el aberrante hecho tenía tan sólo ocho años, y fue abusado por un hombre que era vecino de la zona. Ahora deberá recibir un trasplante de intestinos y su familia pide ayuda ya que no cuentan con muchos recursos.
Santiago cumplió 14 y hace seis tortuosos años vive en permanente pelea contra las secuelas físicas de la horripilante agresión que sufrió por parte de un vecino del barrio, quien también era el padre de un amiguito en Resistencia, Chaco.
Estuvo cerca de tres años internado en diferentes centros asistenciales y ahora vuelve a afrontar una crisis de salud que obligó a regresar a la ciudad de Buenos Aires. “Se le infectó el catéter que tiene conectado en la pancita porque le entró un virus y eso le ocasionó fiebre por tres días. Ahora es necesario cambiárselo para que su cuadro no se complique. Por eso, nos dijeron los médicos que había que llevarlo urgente y ya lo están esperando en el Hospital Italiano para evaluarlo y ver cómo continúan”, contó Miguel, el padre del menor.
Si bien el viaje se pudo realizar por la ayuda del gobierno de Chaco, ahora su familia, de condición económica humilde, pide ayuda para poder costear los gastos de su estadía en Buenos Aires (no saben cuánto tiempo deberán estar) y de las medicaciones que llegue a necesitar Santiago mientras se define si puede ser trasplantado de sus intestinos o no.
“Necesitamos una mano de quienes puedan ayudar”, clamó Miguel y contó que apenas el niño arribó a Buenos Aires, una ambulancia lo esperaba para llevarlo de urgencia al hospital para detener la infección ya iniciada.
Desde que ocurrió el aberrante hecho, en agosto de 2014, Santiago debió pasar por múltiples intervenciones porque el violador le destrozó los intestinos y el pequeño debió portar una bolsa de colostomía, y más tarde un catéter ya que aún no puede defecar por sus propios medios. Pese al paso del tiempo, la pesadilla no terminó para él ni su familia.
El atroz hecho ocurrió una tarde, cuando el pequeño fue a jugar a la casa de un vecinito y el padre encendió una máquina de cortar el césped para ahogar sus desesperados gritos. Lo violó despiadadamente y lo amenazó diciéndole que si contaba algo de lo sucedido, lo mataría.
El pequeño no habló por días y debido a los intensos dolores en su abdomen, su familia lo llevó al hospital para ver qué le pasa. Fue luego de varias consultas que dieron con el cirujano infantil Omar Ale quien les dio el diagnostico: el niño tenía graves lesiones en los intestinos, compatibles con una violación. El pediatra realizó la denuncia en la comisaría 1ra de Resistencia y se abrió una causa judicial.
“No sabíamos si no estaba comprometido el entorno familiar, porque suele suceder que un tío o un abuelo son responsables”, dijo entonces el pediatra a medios locales que, según narraron, el pequeño había llegado al consultorio de Ale de urgencia debido a “un absceso abdominal, con fiebre, con pañales y bañado en pus”. Cuando intentaron operarlo, ya en el quirófano, descubrieron una destrucción interna que revelaba el abuso.
El niño debió quedar conectado a dos máquinas y tardó meses en puede comer por boca. Le dejaron una ventana abierta de 10 por 15 centímetros en su pancita. “Eso le cerró, pero nunca pudieron sacarle el catéter que desde entonces lo tienen conectado a él para defecar”, explicó su padre a Infobae y contó que, pese a todo, con el paso de los años “él está bien de ánimo y tiene muchas ganas de salir adelante y hacer una vida lo más normal posible”.
El violador, Omar Alberto Verón, conocido como “Japo”, había desaparecido de todos los lugares que frecuentaba mientras el niño debió ser trasladado por la complejidad de su cuadro al Hospital Garrahan. Recién en 2019 fue condenado a 38 años de prisión.
Quienes deseen colaborar, está abierta una cuenta en el Nuevo Banco del Chaco a nombre de Mirta Nélida Ávalos (mamá de Santi”: Caja de ahorro en pesos CBU 3110030211000082961071.