En el corazón de la Patagonia argentina, donde el Atlántico Sur abraza la tierra con su brisa salada, se encuentra un lugar único: las Islas Blancas. Ubicadas a escasos 4 kilómetros del pueblo de Camarones, este archipiélago compuesto por tres islotes, Isla Blanca Mayor, Isla Blanca Menor Este e Isla Blanca Menor Oeste, emerge como un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y los buscadores de experiencias distintas.

"Desde hace 15 años, hemos compartido con visitantes de todas partes del país, y del mundo, las maravillas que existen en Islas Blancas", comenta Leandro Juanto, dueño de la empresa local Viento Azul. Leandro cuenta que su emprendimiento comenzó ofreciendo servicios de lancha a buques pesqueros durante los inviernos patagónicos. "Con la llegada del verano, descubrimos un nuevo horizonte: las excursiones turísticas por la región", destaca.

Cada excursión, que tiene una duración de aproximadamente dos horas, es una ventana al asombroso mundo natural que habita en estos islotes. "Es fascinante ver la variedad de vida marina que podemos encontrar aquí", explica Leandro. "Desde ballenas y delfines hasta la espectacular presencia de orcas que, en ocasiones especiales, tuvimos la oportunidad de verlas”, asegura.

Una aventura en el Mar Patagónico

La experiencia comienza en la bahía de Camarones, donde grupos de toninas suelen acompañar a la embarcación mientras parten hacia el archipiélago. Viviana López, guía turística local, detalla el itinerario típico de la excursión: "Primero navegamos por la Bahía para luego dirigirnos hacia las Islas Blancas. Allí comienzan las sorpresas porque se puede ver una enorme cantidad de fauna marina y, en la Isla Menor Oeste, está el naufragio histórico del Villarino, un hito en la historia marítima de Camarones", explica.

Las Islas Blancas, además de su riqueza histórica, son un refugio vital para una impresionante variedad de aves marinas. "En cada visita, nuestros exploradores pueden maravillarse con la presencia de petreles, cormoranes, pardelas y ostreros negros, entre muchas otras especies", destaca Viviana. "Cada excursión es una oportunidad única para descubrir algo nuevo y emocionante", añade.

Durante los meses de octubre a noviembre hasta marzo o abril, Viviana y su equipo organizan hasta tres salidas diarias, cada una con un grupo reducido de 10 a 12 personas para asegurar una experiencia íntima y respetuosa con el entorno natural.

"El atardecer en las Islas Blancas es algo realmente especial", comparte Viviana. "La luz dorada del crepúsculo crea un ambiente mágico, perfecto para el avistamiento de fauna y para reflexionar sobre la belleza de la naturaleza salvaje", concluye.

Historias que forman parte del pueblo: el naufragio del Villarino

El naufragio del buque Villarino en las costas de Camarones, Chubut, es un evento histórico que marcó profundamente la región. La embarcación, que era un vapor de carga y pasajeros de la Flota Mercante del Estado argentino, naufragó el 24 de mayo de 1923 debido a las difíciles condiciones climáticas y las peligrosas aguas de la zona.

El Villarino partió desde Buenos Aires con destino a Comodoro Rivadavia, transportando tanto carga como pasajeros. Sin embargo, durante su travesía, enfrentó una fuerte tormenta en las aguas del Atlántico Sur cerca de Camarones, Chubut. A pesar de los esfuerzos de la tripulación por mantener el control del buque, las condiciones adversas prevalecientes resultaron en que el Villarino encallara en las rocas de la costa.

El suceso resonó profundamente en la comunidad, destacando la fragilidad de la navegación en aguas turbulentas y la fuerte potencia del mar.

Islas Blancas: una experiencia distinta

Visitar las Islas Blancas no es solo una excursión turística; es un viaje hacia lo profundo de la Patagonia, donde la naturaleza y la historia entretejen una experiencia distinta. Camarones, con su hospitalidad cálida y su entorno natural inigualable, se presenta como el punto de partida perfecto para quienes desean explorar un tesoro escondido en las aguas patagónicas.

Las Islas Blancas ofrecen una experiencia que cautiva los sentidos, proporcionando recuerdos imborrables de la magia de la vida silvestre y la rica herencia marítima de la región. Para los viajeros en busca de aventuras auténticas y paisajes que dejan recuerdos imborrables, este rincón remoto de la Patagonia promete una experiencia superadora.

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