La ruta de los descubrimientos: Un itinerario desde los viñedos australes hasta los dinosaurios

Un viaje de oeste a este a través de la provincia de Chubut revela una sorprendente variedad de paisajes, propuestas culturales y sitios que nos conectan con el pasado. Desde la cordillera hasta el valle, este recorrido de aproximadamente 500 kilómetros ofrece una experiencia única para explorar los tesoros naturales y patrimoniales de esta región patagónica.

El circuito sugerido comienza en la ciudad de Esquel, con la opción de llegar por vía aérea o terrestre. A tan solo 25 kilómetros se encuentra Trevelin, un pequeño poblado donde se asentaron colonos galeses a fines del siglo XIX. Aquí se propone pasar la primera noche, con la posibilidad de visitar Sierra Colorada, donde se combinan actividades al aire libre con la cultura mapuche, y el Lago Rosario, que mantiene viva la historia de los pueblos originarios. Al atardecer, es imperdible acercarse a la tradición galesa a través de una deliciosa merienda en las casas de té locales. 

De regreso a Esquel, la ruta 259 ofrece una gran variedad de atractivos. Primero, se destaca el Área Natural Protegida Cascadas Nant y Fall, con sus impresionantes saltos de agua en un entorno mágico del Bosque Andino Patagónico. 

Aquí también se encuentran los viñedos más australes del mundo, donde es posible realizar visitas guiadas. Y si vas entre  el 7 de octubre al 7 de noviembre vas a poder conocer el Campo de Tulipanes, un atractivo único en Argentina que cada primavera sorprende con una paleta de colores inigualable.

Continuando el recorrido, se puede visitar el Museo Molino Harinero Nant y Fach, que refleja las costumbres de antaño, y descubrir propuestas gastronómicas y enológicas en la zona, como la Estación de Piscicultura Arroyo Baguilt, el Establecimiento Jordán y la Casa Yagüe, donde se puede disfrutar de una degustación de vinos.

Luego de este primer tramo, se llega a la ciudad de Esquel para descansar y emprender el siguiente día un viaje de 80 kilómetros hasta Gualjaina, adentrándose en la estepa patagónica. Aquí se visita el Área Natural Protegida Piedra Parada, con una imponente formación volcánica que alberga pinturas rupestres y fósiles, y el Cañadón de la Buitrera, con sus impresionantes paredes rocosas.

Continuando hacia Trelew, se hace una parada en Paso del Sapo, con su joven actividad vitivinícola, y en Los Altares, donde los imponentes farallones y cañadones forman un escenario cinematográfico. Un plus con el que cuenta la Ruta 25 es un extraordinario sándwich que se sirve en la estación de servicio de Los Altares y que lo convierte en una parada obligada para los viajantes.

¿Qué lo hace extraordinario? Tiene un elemento que la hace única y que nadie debería pasar por alto:  los mejores sándwiches de pan casero, de jamón crudo con manteca y queso. Imperdibles.

Más adelante, se llega a Las Plumas, con importantes yacimientos de piedras rupestres y árboles petrificados, y al Dique Florentino Ameghino, ideal para actividades recreativas y deportes de aventura.

Finalmente, en Trelew se visita el Centro Astronómico y el Museo Paleontológico Egidio Feruglio, que alberga uno de los descubrimientos más relevantes de la paleontología: los restos del Patagotitan Mayorum, el dinosaurio más grande del mundo. 

Antes de regresar, se sugiere aprovechar la estadía para realizar avistajes de fauna, como los pingüinos de Magallanes en Punta Tombo o las ballenas francas australes en Península Valdés.