Las manos y los pies fríos son una experiencia incómoda que puede afectar la vida diaria, especialmente al momento de conciliar el sueño o realizar actividades. Si bien en algunas ocasiones se debe a las bajas temperaturas, hay otras causas relacionadas con problemas de salud que es importante conocer.

Algunas de las principales razones por las que se pueden tener las extremidades frías incluyen:

Mala circulación sanguínea: El estrechamiento de las arterias (vasoconstricción) reduce el flujo de sangre, lo que provoca que las manos y los pies se enfríen. En casos más graves, como la vaso-oclusión, los vasos pueden bloquearse casi por completo.

Anemia: La disminución de glóbulos rojos y hemoglobina, encargados de transportar oxígeno, limita la circulación y genera sensación de frío en las extremidades.

Foto: Ilustrativa-google
Foto: Ilustrativa-google

Diabetes: Los altos niveles de glucosa pueden dañar los nervios de manos y pies, afectando la sensibilidad al frío.

Hipotiroidismo: La falta de producción de hormonas tiroideas interfiere en la regulación de la temperatura corporal, provocando entumecimiento y frío en las extremidades.

Para revertir estos problemas, es clave consultar a un médico, quien diagnosticará la causa subyacente y recomendará un tratamiento adecuado. Además, adoptar hábitos saludables como hacer ejercicio, dejar de fumar y seguir una dieta equilibrada pueden mejorar significativamente la circulación sanguínea y la salud general.

Con información de Infobae, mejorada con IA y editada por un periodista de ADNSUR. 

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