La gripe aviar sigue sumando casos en Argentina. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) ya confirmó 76 casos positivos de Influenza aviar (IA) H5, y entre ellos se suma esta última semana el caso de Chubut, que obligó a sacrificar más de 400 mil aves en una granja de Gaiman. Los efectos ya empiezan a sentirse en el país, afectando en mayor o menor medida a todos los eslabones de la cadena de producción; desde grandes distribuidores de pollos, hasta pequeños productores y, por supuesto, los comercios y el cliente. 

Para ejemplificar, basta decir que en los últimos días en Comodoro Rivadavia hubo un importante aumento del pollo y la docena de huevos. Este ronda entre el 35 y 40%, según las fuentes consultadas por ADNSUR, y por lo pronto no se sabe si será el último o no.

“MÁS QUE UN KILO DE CARNE”

Silvia es propietaria de Pollería Saavedra y, en diálogo con este medio, asegura que las consecuencias ya se hacen sentir. “Nos afecta principalmente por el tema de los aumentos. Tenemos stock pero subió más del 40% en 10 días. Un kilo de pollo fresco hoy sale $1350, y el kilo de pechuga deshuesada sale más que un kilo de carne. Los huevos, pasé de pagar una caja 5.000 pesos a 9.000 y ahora se va a 11.000. Pero no puedo sostener el precio, y esto no para”.

Silvia admite que todos los aumentos afectan, porque “viene la gente a comprar y lo primero que hace es preguntar por el precio. Hay gente que venía tres veces a la semana y ahora viene una”

Antonia coincide con lo que dice Silvia. En su caso, tiene una carnicería en Avenida Roca 1098, y sintió el aumento de los precios, pero además asegura que está limitado el stock. “A mí, en particular, el vendedor me dijo que no hay pollo. De hecho yo pido cinco o seis cajas y me mandaron tres. Al igual que huevos. Antes no había problema, conseguía, pero de hecho ahora salís a comprar huevo y te arrancan la cabeza. La pechuga en algunos lugares sale más que el asado, porque no hay, entonces venden al precio que le da al comercio, porque todo sube”.

El kilo de pollo aumentó en los últimos días. En algunos casos su precio se equipará con la carne.

UN EFECTO CADENA

Patricio Gallardo es uno de los distribuidores de pollo que tiene la ciudad, y confirma lo que dice la comerciante. “Al tener menos cantidad que nos proveen, achicamos nuestra venta. Tuvimos que achicar el número de entregas para cubrir a todos los clientes que tenemos y apalear esta situación que se normalizará en unos meses. El tema es que esto es algo general, no tenés otra alternativa y deriva en varias cosas”.

Patricio hace 20 años trabaja en el rubro, y asegura que es la primera vez que vive algo así. “Es un poco la situación que estamos pasando, hay poco abastecimiento de producto. Sabemos que Comodoro es una ciudad muy grande de mucho consumo de pollo, porque es uno de los productos más baratos en tema de carne, pero al pasar esto también está aumentado, más o menos un 35%”. 

En algunos casos hay mejor stock y eso se traduce en menos cantidad de producto que llega a los comercios minoristas.

Lo cierto es que la gripe aviar también afecta a los pequeños productores de la zona, en virtud que no pueden comprar nuevas aves por la resolución que lanzó SENASA y que los contempla por el encuadre forrajero que disponen. 

En algunos casos la situación es más compleja que otras, tal como dice Cinthya Evelyn Sepúlveda Schroeder, productora de Bella Vista Norte. “La verdad que está siendo un problema terrible, porque para nosotros es nuestra única entrada, nuestro único trabajo; vivimos de eso y no nos autorizan a entrar los pollitos por más que estamos exentos de su decreto. Entonces se va a cortar la cadena de producción y ya teníamos todo armado desde 2017, donde ya teníamos pollerías fijas y vendíamos en la feria”.

Cinthya se refiere a la resolución que emitió SENASA por el brote. El artículo 4 prohíbe la venta de aves vivas en todo el territorio nacional en forrajes, agropecuarias y veterinarias. En su caso están encuadrados como forrajería a pesar de que son pequeños productores. 

Ella ve crítico el panorama, entiende la situación, pero sabe que en su caso es un golpe al bolsillo. “Lo único que nos queda son las gallinas con los huevos, pero pollo no va a haber por un tiempo hasta que ellos no cedan un poco. Nosotros tuvimos reuniones pero no se llegó a ningún punto con SENASA. Entendemos la problemática, pero justamente el doble pechuga se cría en cautiverio, es un animal que se lo cuida muchísimo. No sé de qué vamos a vivir nosotros”.

Cinthya y su marido crían 300 pollos doble pechuga. Ahora les queda solo una camada que pronto saldrá al mercado. Luego vaciará el galpón, lo desinfectará y esperará una respuesta o una ayuda sin saber cuándo podrán volver a criar. 

Cinthya es una de las productoras de pollo de Comodoro. En su caso vive exclusivamente de la actividad. "No sé de qué vamos a vivir nosotros”, se pregunta por estos días.

José Alfredo Chávez Nitor, está en una situación similar. En su caso, es productor de Km. 17, vende pollos y también verduras, pero en otoño el fuerte son los productos vinculados a aves. “La verdad que con esto de la gripe aviar estamos bastante comprometidos, porque la mayoría vivimos de la chacra. Lo fuerte era el pollo pero ahora no hay ni fecha, ni nada para cuando se pueda levantar la barrera sanitaria. No se puede mover animales de una granja a otra, menos nosotros que adquirimos pollo y lo traemos de Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba. Así que se nos cortó la cadena de producción porque ya no podemos tener pollos. Necesitamos 60 días para poder criarlo para que salgan al mercado”. 

José suele traer 400 o 500 pollos por mes. Tiene clientes fijos en feria y también algunas pollerías que suelen pedirle producto de granja. “El producto tiene aceptación”, dice con orgullo, pero le preocupa qué pasará en el corto plazo, porque mantener las gallinas será más costoso, y mientras tanto los precios siguen aumentando.  “Ahora cortamos la cadena y después tendremos que volver a buscar los clientes. Eso va a llevar un tiempo largo donde vamos a tener que hacer el gasto y no hay bolsillo que aguante, porque no es lo mismo tener la cadena hecha, con una tanda alimentás a los que vienen. Y el otro problema grande es que el alimento sube todos los días. Estamos complicaditos”.

El reciente caso que se detectó en Gaiman encendió las alertas en Chubut. Desde SENASA trajeron tranquilidad al confirmar que no hay inconvenientes en consumir los productos. Sin embargo, es momento de esperar, tal como dice José. “Esto, seis meses largos va a traer cola, no se va a cortar de la noche a la mañana”.

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