Es de Comodoro y creó el primer vivero del país que produce plantas de vid inoculadas
"El trabajo es todo artesanal; se trabaja estaca por estaca, planta por planta, cuidando principalmente la sanidad de todo el proceso", dice Gastón Touriñan al explicar cómo es la tarea en el vivero de vid que creó en Lago Puelo. Se trata de un proyecto orgánico que, en la actualidad, tiene 14 variedades de uvas de Chubut y Río Negro, y que apunta a superar las 50 mil plantas.
“Toda mi vida quise venir a vivir acá”, dice Gastón Touriñan cuando cuenta la historia de aquella chacra donde hoy se encuentra el primer vivero del país que produce plantas de vid inoculadas. Tenía 6 años cuando sus padres compraron ese pedazo de tierra. El Bolsón no era lo que es ahora y cada verano sentía que era el lugar donde quería vivir.
Hace 12 años, finalmente tomó la decisión de radicarse allá, sin imaginar que la vida lo iba a llevar a encarar un proyecto que promete tener un impacto en la producción de vinos de la zona.
“Es un desafío grande generar un primer vivero de vid en la Patagonia”, dice Gastón a ADNSUR. “Mi idea es llegar a 50 mil plantas incorporando mayor tecnología en lo que es sanidad, porque la estrategia sanitaria del vivero es poder conservar un estatus sanitario de lo que es la Patagonia”.
Precisamente, esa necesidad de controlar el estatus sanitario de su propio vivero fue lo que llevó a generar esta idea. “Acá nunca hubo una actividad comercial; era más una cuestión recreativa, pero desde que yo me vine, empezamos con diferentes actividades y en 2018 comenzamos con un viñedo. En 2019 ampliamos, en 2020 ampliamos y cambiamos el sistema productivo, y en 2022 tuvimos que traer plantas de Mendoza para hacer una reposición. Tuve el ingreso de una plaga que me llevó a decidir hacer esto; necesitaba manejar un estatus sanitario”.
Con esa premisa, Gastón decidió construir el primer vivero de vid de la Patagonia. El proyecto cuenta con el asesoramiento del ingeniero agrónomo Darío Maldonado, quien está a cargo de la dirección técnica y está autorizado por el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria).
“Fue un gran desafío comenzar”, admite. “No había mucha información; toda la información está en la zona de Cuyo, pero durante 2023 me dediqué a hacer una colección de varietales adaptados a la Patagonia que tengan un alto valor comercial y también sostengan una rusticidad".
"Junté en Río Negro y Chubut, desde la Comarca Andina hasta Bahía Bustamante en la Costa Atlántica, con variedades de la meseta.”
Gastón hizo poda en muchos viñedos de la región, eligiendo planta por planta. “Elegí las plantas más sanas, las más vigorosas, las que hayan tenido mejor producción. Me faltaban tres variedades y las pude conseguir, pero tengo variedades blancas como tintas y dos clones de una variedad rosada”.
La chacra “Temazcal”, ubicada en el paraje Entre Ríos, tiene una superficie de 3 hectáreas y cuenta con torrontés, chardonnay, merlot, ancellotta, pinot noir, gewürztraminer, riesling y pinot gris, entre otras vides.
En un principio, se habían destinado 500 metros cuadrados al vivero y la proyección es alcanzar los 5,000 metros cuadrados con 14 variedades de uvas de Chubut y Río Negro, desde uva fina de verificación hasta variedades de mesa y uva criolla para consumo en fresco.
En una primera etapa el proyecto apuntó a 3500 plantas. Ahora el objetivo son 33.330.
Con esta extensión, el proyecto pasó de ser considerado un vivero propagador identificador Categoría K1 a un vivero de alta producción. Aunque el objetivo de Gastón es llegar a ser un vivero certificador y “armar el camino para la certificación orgánica”.
“Acá no se utiliza ningún tipo de agroquímico, es agroecológico. Trabajo y represento a tres laboratorios orgánicos de Chubut y logro manejar una cuestión simbiótica sin aplicar fertilizantes.Lo que busco es generar una simbiosis entre hongos y bacterias en conjunto con la planta para poder utilizar los nutrientes del suelo y no utilizar agroquímicos, porque la idea es ser el primer vivero del país que produzca plantas orgánicas. Hoy es el único vivero del país que produce plantas de vid inoculadas”.
Gastón produce mucho más que vid. En la chacra, donde confluyen varias actividades entre sí, desde un tambo que produce leche a baños de gong y retiros, también tiene aromáticas, como lavanda y romero, salvia, algo de salicias, álamos y sauces.
“La idea es vender un paquete tecnológico adaptado para la Patagonia dentro de un formato agroecológico donde las plantas tengan un buen manejo sanitario, de fertilización y contra el viento, para que puedas llevarte el paquete que mejor se adapte a tu establecimiento”, explica en ese sentido.
“Lo que busco es que la planta se adapte a la zona. Por eso, la planta, desde que se procesa hasta que se comercializa, pasa 12 meses, porque necesita su desarrollo. Busco que sufra el frío, que esté adaptada a eso y, en el momento en que el productor la plante, ya esté adaptada al frío”.
Gastón ya distribuyó plantas a Río Mayo, Trelew y El Bolsón. Admite que hoy es todo inversión y mucho trabajo, pero cree 100% en el proyecto. “Estoy muy contento, en un año haber podido crecer en algunas actividades en cuanto a lo que es productivo es un montón, sobre todo al mantener la línea de seguir siendo artesanal e ir buscando planta por planta, porque la intención en el camino es la excelencia. Es un trabajo constante, pero no hay que tenerle miedo a innovar. Superé un cáncer hace cuatro meses, así que superé a todos los objetivos. De acá en adelante es todo yapa”, dice, orgulloso de este proyecto que apunta a ser otro gran paso de Chubut en la consolidación de la producción de vinos en la zona.