Una cooperativa de Dolavon lanzó una leche para recuperar los tambos del valle inferior de Chubut
“Con un valle tan productivo como el nuestro es un crimen que no haya producción de leche”, dice Luis Ñancucheo, presidente de Copatre, la Cooperativa de Trabajo que el próximo mes lanzará al mercado “Buena leche”. Se trata de un producto elaborado en Dolavon que pretende recuperar la actividad tambera en el valle inferior de Chubut, incentivando a los productores a ordeñar y generar un producto de origen local como sucedía en el pasado.
“Tenemos muchas expectativas", reconoce Luis Ñancucheo. “Cuando empezamos a pensar el proyecto algunos nos decían ‘son unos románticos ustedes, la leche no funciona, hay mucho de romanticismo’ y yo digo: ‘Sí, puede ser que haya un poco de romanticismo, pero es necesario para poder llevar adelante esto que nos planteamos como objetivo’”.
El presidente de Copatre, la Cooperativa de Trabajo que el próximo mes lanzará al mercado “Buena leche”, asegura que el proyecto tiene mucho potencial y lo ejemplifica.
“Imaginate que esto le empieza a generar movimiento económico a las familias, les garantiza un ingreso diario que le permite mejorar su economía. En el valle hay mucha vaca; calculá cinco vacas que te den 5 litros de leche por día, son más de 5 mil pesos, sumalo al mes y el productor solo tiene que ordeñar, se le paga y no tiene que ver qué hace con el producto”.
Buena leche comenzó a gestarse hace dos años buscando reflotar la actividad tambera de una zona que tuvo un importante desarrollo en el rubro. “Hace dos años comenzamos a pensar cómo podíamos recuperar algunas actividades de la provincia y el tema de la lechería de pequeños tambos a escala familiar”, explica Ñancucheo, técnico universitario en producción agropecuaria que siempre estuvo vinculado al sector. “Veíamos que muchas familias tenían cuatro, cinco o diez vacas y también sabíamos que la zona del valle tiene una historia muy rica en la producción de leche y de quesos. Entonces hicimos un diagnóstico inicial y vimos que los productores no estaban comercializando bien la leche, que la estaban comercializando cruda, y pensamos ‘hay que reflotar esto’”.
Para apuntalar el proyecto era necesario encontrar alternativas de producción viables. Así, buscando y buscando, la cooperativa, a través del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, supo de una pasteurizadora que había desarrollado la Universidad de Buenos Aires (UBA) junto al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) con financiamiento de SENASA.
Se trata de una máquina pensada para pequeños tambos que funciona con un solo batch, modular, que trabaja a 63 grados durante 30 minutos, “un sistema muy práctico con una sola ensachetadora, una sola bomba y un solo tacho de llenado”, asegura Luis.
Para su adquisición, la cooperativa obtuvo financiamiento del INAES y luego apoyo del Municipio de Dolavon para poner en marcha la producción.
“Es un proceso bastante sencillo de realizar. Tenemos una médica veterinaria, Mafalda Mosello, que se encarga de toda la parte alimenticia. Es leche 100% pura. Va a tener cinco días de vencimiento pero está probado que ocho días dura perfectamente. Si el día 7 hacés un arroz con leche o un dulce de leche te dura un poco más. Pero con este tipo de pasteurizado es una leche entera que viene del tambo al sachet y de ahí a pasteurizar. No sufre ninguna alteración en la manipulación. Entonces cambia el sabor, la densidad, es distinta a la que se compra en el supermercado”.
En agosto “Buena leche” podría salir al mercado con un precio que no superará los 500 pesos y una pequeña producción que incluye hasta el momento a cinco productores: uno de Gaiman, otro de 28 de Julio y tres de Dolavon.
El horizonte inicial es alcanzar los 10 productores y dar forma a una red tambera que permita que el proyecto siga creciendo. “Ese es el objetivo macro, pensamos una pequeña red de tamberos. En principio queremos garantizar que el productor no tenga que hacer 20 kilómetros para vender cinco litros de leche y que garantice las cuestiones sanitarias, que lo poco o mucho que salga lo pueda comercializar en el día y no tenga que andar repartiendo. Por eso tenemos una camioneta preparada con equipo de frío. Pero también buscamos que quienes participan de esa red tengan algunas ventajas y algunos beneficios, que puedan acceder a microcréditos para mejorar instalaciones, comprar animales y sostener la calidad de la leche. Lo pensamos de manera integral para empezar a reflotar en serio la actividad. Lo único que ponemos como requisito es tener el certificado de SENASA de la sanidad del rodeo”.
LECHE 100% PURA
Según explicó Luis, cada productor cobra 220 pesos el litro de leche. La producción de cada uno dependerá del tipo de animal que tenga, porque como dice, “una vaca bien alimentada puede dar entre 7 y 15 litros de leche por día, dependiendo la genética y otros aspectos”.
De alguna forma, la cantidad de productores impondrá los tiempos de trabajo. “Nuestro equipo tiene capacidad para 100 o 120 litros cada 8 horas. Entonces va a depender de la cantidad de turnos que hagamos y la cantidad de leche que tengan los productores porque calculamos que el pico va a comenzar a levantar en septiembre por el ciclo productivo de los animales. Pero si se van sumando más productores será cuestión de ir buscando fondos para ampliar el esquema de producción. Lo bueno de esta máquina es que tiene un solo batch, es modular, entonces se pueden ir agregando otros batches para pasteurizar los sachets. Es muy práctica”.
La idea es comenzar con leche y luego darle valor agregado con otros productos. Por supuesto, son conscientes que la producción será más costosa que en el norte del país, donde hay toda una industria en torno a los tambos. Sin embargo, los integrantes de la cooperativa entienden que este tipo de emprendimientos necesita el apoyo del Estado.
“El Estado tiene que acompañar para que este valle produzca leche. Entonces, ¿cómo, si se juntan el estado municipal, el estado nacional y las organizaciones sociales, no vamos a garantizar que esto funcione? Hay que hacer leche, yogurt, no es descabellado, pero hay que generar las condiciones para que se pueda hacer. Hay que acompañar el proyecto hasta que esté en marcha y después pueda continuar solo, porque también se trata de eso, de recuperar la confianza del productor, que vea que es un proyecto serio, que cobra por su trabajo y por su producción, porque ya he visto que han habido muchas intervenciones con los productores pero no se sostienen en el tiempo y el productor termina descreído".
Luis está entusiasmado y lo reconoce. "Nosotros vemos que tiene mucho potencial. Imaginate que para el productor es un gran paso, empieza a generar movimiento económico y quien compra está apoyando a un emprendedor local. Cierra todo el círculo, y lo tenemos acá en Chubut para trabajarlo”.