“El lunes para mí es ideal”, escribe Pablo a través del WhatsApp cuando coordinamos la entrevista. El horario pautado es después de su trabajo, bien por la tarde, y si es ese día es mejor, avisa de antemano. Claro, tiene lógica cuando cuenta el estricto entrenamiento que cumple semana a semana donde complementa más de 70 kilómetros de corrida con clases de funcional

Finalmente, nos reunimos el lunes por la tarde como estaba pautado. Es el día de descanso de sus entrenamientos y, con timidez, cuenta parte de su historia. “Nunca pensé que iba a correr tanto, cuando empecé a correr este deporte veía la UTMB y era como otro planeta para mí”, comienza diciendo.

Pablo junto a su medallero, el recuerdo de cada una de sus carreras.
Pablo junto a su medallero, el recuerdo de cada una de sus carreras.

Pablo Almonacid (39) empezó a entrenar en 2016. Tenía 31 años y trabajaba en YPF. Primero comenzó con amigos, saliendo a cerrear, hacer un poco trekking, pero le gustó tanto que decidió entrar a un gimnasio. 

“Empecé a entrenar de a poco. Antes de eso hacía otros deportes, jugaba al fútbol, al paddle, salía a correr un poco y también hacía gimnasio. Empecé a correr en marzo y me acuerdo que a los pocos meses, en junio, corrí una carrera de 10 kilómetros en cerro. Una vez que le agarré la mano con el aire pude correr bastante bien y desde ahí empecé a evolucionar en distancia”, recuerda sobre sus inicios.  

Pablo admite que practicar deporte le ayudó mucho en sus comienzos en el running y mucho más aún para poder correr ultramaratón. Es que, de alguna forma, toda la vida estuvo ligado al deporte amateur entre amigos. Cuando era chico jugó al básquet en el Municipal y ya de grande practicó varias disciplinas grupales. 

Al momento de pensar cada etapa de su vida asegura que los tiempos de universidad fueron en los que menos deporte hizo, pero una vez que terminó Ingeniería Electrónica en la San Juan Bosco, volvió a los partidos. 

Quizás por eso se sorprende de las carreras en las que hoy participa. “Nunca pensé que iba a correr tanto. Yo vivía cerca de Crónica y una vez corrí una categoría de chico, después nunca más. Siempre iba a ver la carrera, pero nunca pensé que iba a correr tanto. Hasta la Corrida de Crónica me parecía mucho y ahora es un entrenamiento más”, dice con sinceridad.

Es que luego de 8 años, Pablo está acostumbrado a correr carreras de larga distancia. Tres años después de sus entrenamientos, hizo su primera competencia de este tipo. “La primera fue en la Cordillera. Calvario Race que fueron 28 kilómetros”, recuerda. “Fue durísimo para mí porque hacía poco tiempo que hacía el deporte. No fue tan bueno el resultado en cuanto a sensaciones y la dureza de la carrera, pero bueno, fue la primera experiencia”, cuenta.

El ingeniero asegura que por turismo conocía los cerros de la cordillera, pero cuando comenzó a correr se dio cuenta que era otra cosa. “El problema de correr es que al principio es más lo que te cuesta que lo que disfrutás, entonces, cuando empezás a agarrarle el gusto y tenés más aire para no estar agitado, es mejor. Porque cuando no corría era como que hacía muy poco e iba muy exigido. Pero el deporte de correr en la montaña, conocer paisajes distintos, disfrutar el día de otra forma, es algo diferente. Esa combinación de disfrutar al aire libre y, sobre todo, correr en la montaña está bueno, y más que lo puedo hacer acá que tenemos cerros desafiantes”.

Pablo corrió diferentes circuitos en estos últimos 8 años.
Pablo corrió diferentes circuitos en estos últimos 8 años.

Esa primera competencia en Calvario Race fue el despegue para que Pablo piense en más kilómetros y entrene distancias más largas. Así, los entrenamientos también cambiaron y la constancia y la mente se volvieron un aliado fundamental, porque como dice: “en este deporte hay una parte que es todo mental”.

“Hay mucho de la cabeza en esto, porque estar tantas horas corriendo requiere estar concentrado para no tener emociones negativas o no querer dejar ante cualquier imprevisto que tengas. Una semana normal, por ejemplo, hago 70 kilómetros y clases de funcional. Más o menos son 10 kilómetros por día y el finde un poco más dependiendo del volumen, pero siempre distinto tipo de entrenamiento. A veces es correr, a veces velocidad, ir al Infiernillo y subir y bajar muchas veces; por eso digo que es todo mental también”. 

Carrera como la UTMB requieren correr en distintos niveles. Por eso subir y bajar el cerro es fundamental para esa preparación. “Se suben montañas de más de 1.500 de kilómetros de desnivel de la base hacia arriba, en cambio acá subimos como mucho 300 metros en cerros que tenés más diferencia de desnivel”, explica Pablo.

Lo cierto es que el corredor a lo largo de estos ocho años ha participado en diferentes competencias de larga distancia. 

North Face en La Cumbrecita, Córdoba, fue su primera ultra trail de 50 km. Luego vino Patagonia Run, en San Martín de Los Andes. Primero hizo 70, luego 110 y en 2022 completó las 100 millas. 

En su largo calendario de carreras también completó los 50 y los 50K de la UTACH (Ultra Trail Comechingones), en las Sierras de Córdoba, Valhöll Argentina y Comodoro Ultra Trail, en 2023.

Sin embargo, en 2022 llegó su primer gran desafío pensando en Mount Blanc, Francia. 

“En 2022 fui a hacer la primera edición de la carrera de Niza con el objetivo de poder correr y clasificar a Mount Blanc. Fue una carrera muy dura, tardé 37 horas. Fue la primera carrera que hice en mi vida y era parecida en desnivel a la UTMB, 170 kilómetros, con 10 mil metros de nivel positivo y un poco más de negativo. Arrancabas en un pueblo de los Alpes y llegabas a Niza que está en la costa de Francia. Fue la más larga en tiempo”.

Es ingeniero electrónico, comenzó a correr a los 31 años y fue el tercer mejor argentino en la UTMB de 171 kilómetros

Pablo tardó 37 horas, cuatro más del tiempo que un año después iba alcanzar en Mont Blanc donde tardó 33 horas y 50 minutos. A la distancia, admite que la carrera, donde fue asistido por su hermano Maxi, fue compleja, la sufrió por momentos pero lo normal en este tipo de competencias, excepto un tramo, donde tuvo un percance que hizo todo más difícil.

“La sufrí en partes pero lo normal, siempre estuve enfocado y sabiendo que la iba a terminar en más o menos tiempo, pero fue una carrera muy dura sobre todo por los niveles acumulado que tiene, más de 10 mil metros positivos y negativos, y en el kilómetro 30 se me partió un bastón y tuve que utilizar un solo bastón para las subidas, lo cual lo hizo bastante desafiante. Luego conseguí que me prestaran un bastón de mayor longitud que me sirvió a medias. Mi objetivo ideal era tardar menos de 30 horas y tardé tres horas más, pero estuvo bien igual porque en las carreras van pasando muchas cosas y es difícil lograr un tiempo así para un atleta amateur”.

Pablo fue el tercer argentino en llegar a la meta. Delante de él llegaron Santos Gabriel Rueda de Salta y Sergio Pereira, dos corredores internacionales reconocidos en el mundo del running. 

Pablo en plena competencia. "Es fundamental estar concentrado, en este deporte influye mucho lo mental".
Pablo en plena competencia. "Es fundamental estar concentrado, en este deporte influye mucho lo mental".

Por supuesto, ahora Pablo quiere ir por más, aunque todavía no sabe cuál será su próximo objetivo. “Me gustaría volver a Valhöll, en Córdoba o hacer alguna carrera en San Juan, Ushuaia que son lugares que aún no conocí corriendo. Afuera me gustaría volver a la UTMB y después hay carreras de más distancia. Hay una 320 kilómetros y hay muchas más, pero bueno, ya veremos”.

Lo cierto es que, más allá del destino, el ingeniero se siente realizado y tiene sentido, no todo el mundo puede realizar este tipo de hazañas. “Siempre me fui sorprendiendo de mis logros, sobre todo al principio cuando empecé a correr ultramaratón, pero lo que me parece importante de esto es que uno con disciplina y haciendo lo que le gusta, puede lograr muchas cosas, porque cuando le ponés pasión a las cosas se siente en los resultados y te da la impresión que podes lograr cualquier cosa que te propongas en este deporte y se puede aplicar a muchas cosas de la vida”, sentencia el ingeniero que se animó a romper sus propias metas.

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