“La mayoría de los bailarines de tango viven en el exterior y eso es un poco triste”, admite Indira Hiayes, una joven de Comodoro que por estos días se encuentra en Dubái donde sueña impulsar su carrera de tango, aquella que la ha llevado por diferentes lugares del mundo.

Indira sabe de lo que habla por su experiencia en primera persona y por lo que le ha pasado a muchos de sus colegas, quienes tuvieron que irse del país para poder vivir de lo que tanto les gusta. Por eso no duda en afirmar, que “en Argentina se  tendría que explotar más el tango; tendríamos que sostener a esa gente que lo difunde, porque gracias a los bailarines que viven en el exterior se esparce por otros países”.

La joven tiene 25 años, nació en Comodoro y ha bailado tango en China, Nueva Zelanda, Australia, Turquía, Francia, Alemania, entre otros países. Recientemente estuvo en Qatar, donde participó de la bienvenida a los voluntarios que estarán en el Mundial, la cita donde Argentina sueña gritar campeón.

El 6 de septiembre más de 16.000 voluntarios llegaron a ese país e iniciaron su formación para la Copa del Mundo. Los voluntarios fueron recibidos en el estadio de Lusail, la mayor sede de la competición, y tuvo por objetivo crear un mayor sentido de comunidad y ayudar a los voluntarios a familiarizarse con sus respectivas actividades.

Indira estuvo presente en esa ceremonia, y fue parte de un espectáculo que reunió a bailarines argentinos, colombianos, rusos, cubanos, entre otros países, todo coreografiado por un bailarín de Reino Unido.

La joven asegura que fue una experiencia hermosa y que todo se dio en un abrir y cerrar de ojos. Es que recién habían pasado cuatro días de su llegada a Dubái, cuando la llamaron para que sea parte de ese espectáculo. Por eso no duda en afirmar que “fue un regalo”.

“Fue una experiencia muy linda, realmente un regalo porque estaba en Europa, dije voy a ir a Dubái, porque quiero hacer mi carrera de tango allá y a los cuatro días me llamaron para hacer este trabajo. Fue algo más fuerte que yo y fui, pero fue algo muy lindo porque fue el primer espectáculo de FIFA para los voluntarios, gente de todo el mundo. Ensayamos cuatro días, entre 8 y 10 horas por día, y al quinto bailamos. Fue mucho trabajo, muy cansador pero muy lindo”, dijo desde Dubái a ADNSUR.

Indira junto al grupo con el que bailó en Qatar.

BAILAR DESDE LA CUNA

Para Indira esta experiencia es un paso más en su trayectoria, porque como cuenta baila desde que tiene memoria. A los 4 años comenzó a dar sus primeros pasos en la Asociación Portuguesa de Comodoro Rivadavia, y a los 8 descubrió lo que quería hacer toda su vida. Cuenta que una noche, sus padres estaban mirando el programa de Susana Giménez cuando vio un baile que le voló la cabeza. 

“Yo era chiquita, pero vi una pareja de tango en el programa de Susana Giménez y le pregunté a mi mamá que era lo que estaban bailando. Me dijo que era tango y le dije que quería bailar eso. Ella me dijo que sí, pero después no me llevaban”.

Indira asegura que no se dio por vencida y continuó insistiendo en su pedido, hasta que finalmente una tarde su papá lo llevó a El Camaruco, el ballet de tango y folclore que ha representado a Comodoro por el mundo.

En ese ballet la joven hizo toda su formación, graduándose en tango y folklore, y una vez terminó la secundaria decidió continuar aprendiendo en Buenos Aires. “Fui con la intención de estudiar tango, profundizar, pero siempre teniendo mucha información de distintas danzas. No me quise quedar con el tango solamente, me inscribí en un instituto de danza en general y eso me fue nutriendo un montón como artista y me dio la posibilidad de recibir información de diferentes estilos que me terminó ayudando acá en Dubái para poder acomodarme”.

Mientras estudiaba en Buenos Aires, Indira también comenzó a tomar clases con Dante Sánchez, otro comodorense que es referencia en el género. Durante un año y medio, Dante fue su profesor, y luego se convirtió en su pareja de baile. 

Con él bailaron en Señor Tango en una cena show en Barracas y viajaron por el mundo bailando el 2x4. Estuvieron en diferentes países hasta que la pandemia suspendió todo.

Tras las restricciones que impuso el Covid, finalmente decidieron seguir caminos por separado. Indira se quedó en Europa y hace unos meses decidió irse a Dubái, cuando la llamaron para un espectáculo de tango. 

La joven, en diálogo con ADNSUR, cuenta que desde 2019 no ve a su padres, dos profesores de Educación Física muy conocidos en la ciudad, y admite que extraña. Aún no sabe cuando podrá volver a sus pagos de visita, pero afirma que quiere seguir haciendo camino con este género que la rompe en el extranjero, y no tanto donde es originario. 

Por eso, no duda en pedir que “se apoye a los artistas de Comodoro y de la Patagonia en general. Hay mucho talento, hay que acompañar para que no sean admirados cuando se van, porque el momento de aplaudir a la gente es cuando lo están remando”, dice Indira, está joven que se animó a ir tras su pasión y recorre el mundo bailando. 

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Del Instagram de indihiayes
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