Solo 25 palabras y 130 caracteres bastaron para recordar la figura de María Isabel Fernández, la geóloga que dejó una huella en la carrera que supo defender y donde tuvo el honor y privilegio de ser la primera graduada. 

“Marisa”, como la conocen todos, fue la primera mujer que se recibió en la carrera de Geología cuando nació la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco.

En la actualidad está jubilada, tiene 78 años y cinco nietos. Aún disfruta de la música que siempre le gustó y recuerda a esa mujer que alguna vez supo ser. Es que, en tiempos en que no se hablaba de feminismo fue una mujer empoderada que trabajó, estudió y, sobre todo, supo transmitir la pasión por su profesión a sus colegas que aún hoy la recuerdan.

Marisa fue la primera graduada de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco.
Marisa fue la primera graduada de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco.

Marisa nació el 21 de septiembre de 1946 en Comodoro Rivadavia, la capital nacional del petróleo. Su infancia pasó en las calles del Centro, recorriendo los pasillos cercanos a Sarmiento 762, donde vivió su madre, pilar fundamental en su vida.  

Es que, esa mujer, que crió a sus hijas sola por el precoz fallecimiento de su marido, supo inculcarle el valor del esfuerzo y el amor por la lectura. La propia Regina, hija de Marisa, quien el último 9 de junio publicó un tweet que se volvió viral, recuerda a aquella mujer que fue bibliotecaria. 

“En la familia de mi mamá todas eran muy lectoras. Mi abuela era bibliotecaria como segundo laburo y era, en parte, la base de la vida de mi mamá. Ellas tuvieron una vida de muchísimo esfuerzo, mucho trabajo. Ahora estamos empoderadas, pero había que empoderarse hace 70 años en una Patagonia, una ciudad chica, viviendo tres mujeres solas y apechugando a la vida”.

Marisa tenía 16 años cuando salió a trabajar. Todavía estudiaba en el Colegio Perito Moreno luego de haber hecho la primaria en la histórica escuela 24, hoy conocida como 83. Amante de los libros y del estudio, sabía que quería ir a la universidad. Su corazón decía ‘Inglés’, pero las posibilidades ‘Geología’, la profesión que se convirtió en su pasión. 

Marisa en su juventud.
Marisa en su juventud.

En abril de 1963, antes de cumplir 18 años, ingresó a la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco y en 1970, finalmente se recibió. Por entonces ya había comenzado a gestarse la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, transformándose en la primera graduada de la carrera. 

Sus primeros pasos en el mundo del trabajo fueron en la Municipalidad, donde conoció a Hugo Covaro, el escritor y cantautor con quien se casó y tuvo tres hijos: Regina, Soledad y Brián.

Marisa junto a Hugo Covaro. Se conocieron en la Municipalidad y tuvieron tres hijos: Regina, Soledad y Brián.
Marisa junto a Hugo Covaro. Se conocieron en la Municipalidad y tuvieron tres hijos: Regina, Soledad y Brián.

Un documento elaborado por un grupo de profesionales que decidió homenajearla en el XXI Congreso Geológico Argentino, que se realizó en 2022 en Puerto Madryn, indica que en 1978 ingresó al Servicio Minero Nacional. Fue en el Plan Patagonia Comahue, para desempeñar tareas como petrógrafa. Esa área se “constituyó en un instrumento de mucho valor para enfocar áreas de interés económico” con la creación de los Planes de Exploración Geológico-Minera dentro del actual Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), destacan los profesionales al recordar esos tiempos en el mismo documento.

Dentro del Servicio Minero, “Marisa se formó en el equipo de Petrografía y Calcografía dirigido por la Dra. Milka Brodtkorb, en especial con la Dra. Marta Godeas, con quien mantuvo una estrecha relación de amistad”.

El equipo elaborado por los geólogos Nicolás Foix, José M. Paredes, Nilda D. Menegatti, Gabriela Massaferro, Marcelo J. Márquez, Raúl E. Giacosa, Viviana Alric, S. Mariela Ocampo, José O. Allard y Sabrina X. Olazábal, no duda en afirmar que “formó parte de una generación de mujeres dedicadas a esta disciplina junto a otras colegas del resto del país”.

En relación a su trabajo, aseguran que “sus estudios permitieron la identificación de rocas y alteraciones hidrotermales en muchos yacimientos minerales de Santa Cruz (Cerro Vanguardia, el Dorado-Monserrat, Río Pinturas) y Chubut (Huemules, Cordón Caquel, Cerro Cuche, Cerro Coihue), y permanecen archivados sistemáticamente como Informes Preliminares en los archivos del SEGEMAR”. 

A Marisa siempre le gustó el trabajo de campo.
A Marisa siempre le gustó el trabajo de campo.

La profesional también participó en “tareas de campaña y en la elaboración de informes, hojas geológicas, cartas minero-metalogenéticas de la región patagónica”.

Su carrera también incluyó a la casa de altos estudios, donde ingresó en 1979 como jefa de Trabajos Prácticos de la cátedra de Petrología, continuando en el cargo una vez que se fusionaron las dos universidades. 

En 1995 fue designada profesora de la materia, cargo que desempeñó hasta 2013 cuando se jubiló luego de 30 años de servicio, formando a varias generaciones de profesionales y como jefa del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Naturales.

En su carrera participó “en numerosos proyectos de investigación relacionados a la petrografía y geoquímica de rocas ígneas de la Patagonia. Además, fue autora y coautora de resúmenes en congresos nacionales e internacionales, así como también de artículos en revistas científicas".

Los profesionales aseguran que su inseparable amigo fue el microscopio, “la herramienta que más disfrutó para describir y clasificar las rocas”. 

Y consideraba tan valiosa la investigación y la información, que dedicó gran parte de su tiempo a la creación y organización de la biblioteca del Departamento de Geología, la cual hoy lleva su nombre.

“Es uno de sus legados que hasta el día de hoy seguimos valorando y aprovechando”, indican los profesionales en el paper que le rinde tributo a su figura, y agrega: “La dedicación y responsabilidad puestas en todas las tareas que desarrolló y el afecto transmitido a quienes compartían con ella el día a día, le valieron la admiración y respeto de toda la comunidad geológica. Siempre de buen ánimo, espíritu abierto, cordial y dispuesta a ayudar, Marisa Fernández es una de nuestras reconocidas pioneras de la Geología en la UNPSJB”.

Marisa organizó la biblioteca de geología. En reconocimiento a su labor, el espacio lleva su nombre, una grata sorpresa en su vida.
Marisa organizó la biblioteca de geología. En reconocimiento a su labor, el espacio lleva su nombre, una grata sorpresa en su vida.

Regina, su hija mayor, es diseñadora gráfica y hace poco tiempo ganó el concurso para hacer el diseño de la bandera de ceremonia de la universidad. El recuerdo de la casa de altos estudios, donde también realizó la secundaria, siempre está latente. Por esa razón, el último 9 de junio, Día del Geólogo, decidió homenajear a su madre sin imaginar que esas 25 palabras se iban a volver virales.

Por supuesto, muchos mensajes llegaron producto de esa publicación, pero ella se queda con una definición. “Era una excelente madre, atenta a todas las necesidades y más preocupada por los demás que por ella misma. Una persona muy generosa en todo sentido: material, intelectual y emocionalmente”. Así es Marisa Fernández, la geóloga que es pionera en el sur de la Patagonia, donde aún hoy muchos la recuerdan.

X de Regina Covaro
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