“Yo siempre le tuve un aprecio especial al Alvear porque ahí fueron mis primeras prácticas”, admite Chiara Arcioni. “Me encanta, estoy súper orgullosa de mi hospital. No lo puedo explicar con palabras, pero cuando me dijeron que abría la residencia, no dudé. Era el destino”, agrega con orgullo. 

El primer día de este septiembre, Chiara Arcioni culminó su residencia en Clínica Médica en el Alvear, el nosocomio que el próximo 26 de diciembre cumplirá 100 años de vida. Así se convirtió en la primera egresada de esa especialidad, con un plus, también integró la primera camada de médicos egresados de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB). 

El 1 de septiembre, Chiara Arcioni se convirtió en la primera médica egresada de la residencia de clínica médica del Hospital Alvear.
El 1 de septiembre, Chiara Arcioni se convirtió en la primera médica egresada de la residencia de clínica médica del Hospital Alvear.

ESTUDIAR EN COMODORO

El próximo año se cumplirá una década del inicio de esa carrera en Comodoro Rivadavia, un hecho histórico para la educación que en su momento sufrió duros cuestionamientos, pero que hoy demuestra la importancia de la apertura de carreras esenciales en una ciudad que puede tener más crecimiento universitario. Para dimensionarlo, basta decir que a la fecha la casa de altos estudios ya certificó a 26 médicos “Made in Comodoro”, otros dos tienen su título en trámite, mientras que otra camada avanza con la Práctica Final Obligatoria.

Hoy Chiara está del otro lado del mostrador, además de residente también es auxiliar de la famosa PFO y de alguna forma muestra que el círculo puede dar la vuelta completa. Pero vamos al principio. 

Chiara forma parte de la primera camada de médicos egresados de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
Chiara forma parte de la primera camada de médicos egresados de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

Chiara tiene 29 años, dos hijos - Nina (2) y Victorio (3) - y viene de familia de médicos. Sus abuelos paternos y maternos fueron médicos y su padre, Anibal, también se dedica a la atención sanitaria, en su caso como oftalmólogo. Por eso siempre quiso ser médica, no veía otras opciones para su vida, y cuando terminó la secundaria decidió estudiar la carrera. 

Como en ese momento, no estaba la carrera de Medicina en Comodoro, Chiara se fue a Buenos Aires para cursar en la Universidad del Salvador. Sin embargo, cuando la curricula abrió en la ciudad no dudó en volver y darle una oportunidad a esa carrera que muchos miraban de reojo.

El 2 de marzo de 2020, luego de cinco años de cursada, la joven comodorense comenzó la Práctica Final Obligatoria, pero la pandemia la obligó a posponer la finalización de la carrera. En el medio fue madre de Victorio y se dedicó al cuidado de su niño, pero eso no impidió que no culmine sus estudios. 

Chiara junto a Melisa Botha y Noelia Ruarte, otras dos jovenes de Comodoro que forman parte de la primera camada de médicos de la ciudad.
Chiara junto a Melisa Botha y Noelia Ruarte, otras dos jovenes de Comodoro que forman parte de la primera camada de médicos de la ciudad.

Chiara lo admite, el apoyo de su familia fue fundamental. “Yo creo que parte de que haya hecho la universidad y la residencia con hijos fue porque tuve una familia que me apoyó. Mis viejos, mi marido, mis hermanos, todos me apoyaron. Me saco el sombrero con mi familia”, dice con orgullo.

Por supuesto, tampoco se olvida de sus docentes, aquellos colegas que, en muchos casos, la formaron en la Universidad y luego en la residencia. “Yo le digo que todos son mis jefes, porque son todos mis jefes. El doctor Luna Cáceres, Mariana Fernández, Cristina Fernández, Victoria Rebecchi (cardiología), Jimena Gauna (diabetóloga), Lucía Martín, la jefa de servicio; Andrea Fara”.

Chiara sabe que ahora viene otra etapa la carrera. Su deseo es quedarse en el Alvear y continuar con su formación, por supuesto, también en Comodoro. 

La médica, realizará una concurrencia de hematología, ad honorem, en Clínica del Valle con Marita Rios Part. Y en paralelo, continuará como auxiliar de la PFO, también ad honorem, porque siente que es una forma de devolver algo a la universidad que tanto le dio. Está entusiasmada y lo deja ver. 

“Quiero abocarme a eso, ponerle todas mis ganas, abocarme a la formación, una posbásica como le decimos nosotros. Siempre me gustó la parte de microscopio, es algo que leo y puedo estar horas leyendo. Me gustó el trabajo, cuando hice la rotación la doctora que me tocó me hizo ver de otra forma la especialidad. Así que está bueno”.

Chiara aún no sabe dónde la llevará el destino, pero sí reconoce que en la docencia hay algo que le gusta, además de la atención al paciente, cara a cara. “Me gusta ese fogueo de estar con un equipo de trabajo, la docencia también y me gusta mucho la parte humanitaria de la medicina: el tratar con el paciente, el tratar de entenderlo, el tratar de aliviar alguna dolencia…me gusta mucho el contacto con el paciente”, dice con orgullo la primera médica Made In Comodoro, un logro de la universidad pública, más allá de Buenos Aires. 

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